EL CAMPECHE DE SANSORES: REPRESIÓN Y FALSAS PROMESAS

“Sansores ha prometido cosas que no ha cumplido”.

Esaú Sánchez
Nacional
CAMPECHE

Tras un operativo en el que más de 30 policías resultaron heridos, ciudadanos y agentes se manifiestan contra los altos índices de inseguridad y de la gestión gubernamental.

Un motín en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Francisco Kobén, Campeche, fue la gota que derramó el vaso para policías y ciudadanos, quienes desde finales de marzo organizan marchas y manifestaciones para exigir la renuncia de la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC) estatal, Marcela Muñoz, y hasta de la gobernadora, Layda Sansores.

A las denuncias por malas condiciones laborales, jornadas excesivas, falta de equipo y bajos salarios se sumó la pésima gestión en San Francisco Kobén, en la que decenas de policías resultaron heridos, amenazados de muerte y hasta de violación por los reos del penal.

Más aún, los elementos que fueron desplegados para frenar el motín no estaban informados del operativo que realizarían y, según han relatado algunas mujeres policías, solo les pidieron que se presentaran para un “servicio extraordinario”.

Los altos mandos dirigieron la operación desde las afueras del penal, mientras que los elementos entraban sin tener siquiera el equipo necesario para ello.

Como parte de una pésima decisión por parte de las autoridades, elementos femeninos de la Policía Estatal entraron a un penal constituido exclusivamente por hombres, lo cual provocó que muchas de ellas sufrieran abuso sexual, pues los reos las tocaron y a algunas hasta las desvistieron.

“Por eso se está alzando la voz; gracias a nuestros compañeros policías, que nos sacaron del lugar; sin embargo, pasamos un momento muy feo”, relató una policía que ha preferido mantenerse anónima.

Luego de lo sucedido, y considerando la vulneración de la integridad de casi 40 policías, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Campeche (Codhecam) responsabilizó a Marcela Muñoz del operativo; y señaló a Natasha Bidault Mnisek, subdirectora del Sistema Penitenciario del estado, por solicitar el apoyo de la Policía y no de la Guardia Nacional (GN) o de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Con una cierta autoadulación y ofreciendo un apoyo categórico a Marcela Muñoz, Sansores anunció por su lado una “limpia” de los policías que lideran las manifestaciones, señalando que enfrentará a “nueve canallas y corruptos que los amenazan”.

En el mismo comunicado acusó que hay “dos hombres, amos de la tenebra, lobos disfrazados de ovejas, que manipulan a personas con dineros que vienen de lugares oscuros e inconfesables, para alimentar su incontrolable ansia de poder”.

Lo retórico en Sansores viene, naturalmente, a sustituir por completo la falta de pruebas y argumentos.

Helena de Troya

Cuando fue señalada de nepotismo y tras cuestionarla por el aumento exponencial de los índices delictivos en Campeche desde que inició su administración, Sansores defendió a su secretaria de Seguridad argumentando que es “muy capaz y muy bella, y quienes ya no podrán hacer negocio están molestos porque una mujer no ceda ante sus caprichos”.

Lo cierto es que la belleza poco puede hacer para justificar el crecimiento en delitos como fraude, extorsión y robos: si Sansores y Muñoz asumieron sus cargos en 2021, para 2022 el fraude pasó de cuatro mil 259 casos por cada 100 mil habitantes, a más de seis mil 500, superando incluso el promedio nacional.

“Desde que ella llegó la delincuencia se desató en Campeche. Y si tuviéramos un mando que conociera el estado, lo que hace falta en materia de seguridad, elementos y equipamiento, cambiarían muchas cosas de la Secretaría. ¿Pero cómo pudieron traer a una persona que no es de Campeche, que no conoce el territorio ni a la gente ni a sus elementos?”, cuestionó Jesús Casanova, uno de los policías que se han manifestado en la entidad.

Cabe decir que Muñoz es originaria de León, Guanajuato, y también colaboró con Sansores cuando fue alcaldesa de Álvaro Obregón, en la Ciudad de México. Además de no ser originaria del estado, estudió la Licenciatura en Sicología Educativa en el Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María y Morelos.

“Crecí entre tráileres, nada que ver con seguridad. Empecé a estudiar Sicología porque creo que es un arma letal para cualquier persona”, declara la propia Muñoz, quien recibe un sueldo neto mensual de poco más de 75 mil pesos, según informa el Portal Nacional de Transparencia (PNT).

Por si fuera poco, durante su gestión en la CDMX tanto Sansores como Muñoz dejaron en completa inseguridad a su alcaldía: de 2018 a 2019 el robo a casa habitación creció 163%; el robo a negocio se disparó 143%; y los delitos aumentaron en 17%. Para mediados de 2020 la Álvaro Obregón ya era la cuarta demarcación con el índice delictivo más alto de la capital.

Pocos días después del riesgoso operativo en San Francisco Kobén, Muñoz compareció ante el Congreso local, donde advirtió que no renunciaría y que, en todo caso, la decisión vendría de Layda Sansores.

Más aún, los diputados la cuestionaron sobre las denuncias de espionaje dentro de la SPSC estatal, algo que evadió contestar.

Con todo, para los elementos policiacos y ciudadanos que se han manifestado parece que la belleza y la trayectoria ejemplar tampoco son razones suficientes para que mantenga su puesto y aunque en su pliego petitorio han insistido en la renuncia de Muñoz, Sansores los acusa de caprichosos: “No sabemos cuál es la postura de la señora gobernadora, quien no quiere quitar a la secretaria de Seguridad Pública. Ella ya dijo que no, que es un capricho de nosotros, cuando realmente es un capricho de ella”, puntualizó Casanova.

Del dicho al hecho

“Corruptos” y “canallas” son calificativos que utilizó Sansores para describir a los nueve policías que han liderado las manifestaciones, mismos que denuncian acoso y amenazas por parte del gobierno estatal.

De hecho, en el comunicado donde la gobernadora anunció la “limpia” en la policía, los acusa de “acosar mujeres, corromper y extorsionar a la ciudadanía”, algo que nuevamente se sustenta en el vacío.

Incluso, el 4 de abril la gobernadora reportó que según el Sistema Nacional de Seguridad Pública Campeche se mantenía como el tercer estado más seguro de todo el país, algo que contrasta fuertemente con los datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la que cerca de 62% de los campechanos afirman sentirse inseguros en el estado.

Así, la percepción de inseguridad es la más alta desde 2013 y a esto se suma que actos como la cantidad de robos, el consumo y la venta de droga, las riñas entre vecinos y hasta la presencia de bandas violentas en Campeche actualmente superan el promedio nacional.

Cuando Sansores designó a Muñoz como secretaria de Seguridad prometió mejores condiciones laborales a los policías, mejor alimentación y hasta equipamiento necesario: “Sabemos de sus carencias, sabemos de sus sueños de muchos de ustedes; quiero que un día realmente se sientan cerca de nosotros y pueda hablarle a cada uno por su nombre; que no sea la policía, que sea nuestra policía… que los ciudadanos sientan que son sus policías”.

Quizá lo último sea lo único que se ha cumplido de aquellas promesas: “El pueblo de Campeche nos apoya porque se da cuenta de que tenemos un gobierno tirano, que no escucha, insensible, que solo se dedica a amenazar. Ella dice que hay policías buenos y malos, cuando el gobierno tiene que ser imparcial”, compartió el comandante José Alejandro González, uno de los nueve líderes policiacos.

En uno de los momentos más contundentes de la protesta policial, uno de ellos tomó el micrófono y cuestionó: “El pueblo pone y el pueblo quita. Si el pueblo de Campeche paga el salario de los servidores públicos, ahora exigimos esta destitución por el bien del estado”.

Pero llegó otro Martes de Jaguar, otro comunicado pomposo para intentar desmentir y señalar a los policías y a la ciudadanía que los apoya, porque a Sansores parece preocuparle más la retórica, la palabra rebuscada, el plural mayestático.

Y, a lo mucho, quiere mostrar a los antiguos espíritus del mal que desde la sombra, con su mano pérfida e inmunda, ¡oh, perjurio maldito!, buscan desestabilizar el utópico Campeche. Canta, oh, musa, esa cólera campechana.

Percepción de inseguridad en Campeche

2013 56.7%

2014 58.9%

2015 53.7%

2016 54.4%

2017 57.6%

2018 57.8%

2019 61%

2020 56.1%

2021 53.2%

2022 54.1%

2023 61.6%

Fuente: INEGI

Temas que generan mayor preocupación

Campeche Promedio nacional

Inseguridad 54.2% 60.5%

Aumento de precios 47.2% 44.1%

Desempleo 34.1% 27.6%

Salud 34% 30.5%

Falta de castigo a delincuentes 24.6% 19.8%

Fuente: INEGI