Fernández Noroña le pide a Trump abrir su corazón

Desde Chicago, el presidente del Senado de la República, le hace un pronunciamiento al presidente electo de Estados Unidos

Noroña en Chicago.avif
Redacción
Nacional
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México-USA, 19 de diciembre. Noroña desde Estados Unidos le pidió al presidente electo del mismo país que reconsidere sus últimas declaraciones sobre expulsar a los migrantes que llevan en el país vecino décadas. Se transcribe aquí su mensaje:

Yo, aquí en Chicago, población de la mexicanidad, junto con Los Ángeles, con la estatua de Benito Juárez García, el más grande presidente que ha tenido México, de origen zapoteca, quiero desde aquí mandarle un mensaje al presidente electo, Donald Trump.

Los Estados Unidos es gran nación y tiene muchas cosas notables. Una de las más bellas es su Declaración de Independencia.

Allí los padres fundadores dijeron, entre otras cosas, que el hombre, a finales del siglo XIX, el hombre y la mujer, el ser humano tienen derechos inalienables, como el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad; y usted, Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, le niega al ser humano el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.

Millones de personas migraron, son migrantes, ya viven aquí desde hace décadas, de muy diferentes nacionalidades.

Hay quienes tienen más de 30 años aquí, llegaron a trabajar, llegaron a buscar una posibilidad. Con su esfuerzo han contribuido a la riqueza de este país; tienen propiedad, casa, han creado negocios, han desarrollado la economía de esta (inaudible), y solo por no ser anglosajones usted los discrimina, los persigue, los incrimina, los hostiliza, pretende sacarlos de esta, que es su patria.

Porque después de décadas, esas personas migrantes ya son parte de Estados Unidos; son ciudadanos de Estados Unidos que además contribuyen con sus impuestos todos los días y no reciben nada a cambio.

Reciben desprecio, reciben maltrato, reciben racismo, a pesar de que por su trabajo y su cultura han enriquecido a esta gran nación.

Podría hablar solo de los mexicanos, pero estoy hablando de todo ser humano que migró aquí, pensando que esta era la tierra de las libertades, la tierra de las oportunidades, la tierra donde podrían salir adelante; y no han pedido nada regalado, ni siquiera tienen un programa social.

Les niegan hasta una licencia, les niegan el trato humano más elemental, y hoy usted dice que, a partir de que llegue a la Presidencia, los expulsará a millones de su patria, no la suya, la de ellos.

La han construido con esfuerzo y con trabajo; han sufrido, se han sacrificado, han luchado para llegar a esta tierra a salir adelante y lo han hecho.

Insisto, tienen empresas, en el caso de las mexicanas y mexicanos, el volumen económico que generan es de 3.7 trillones de dólares. No están pidiendo nada regalado y nada que no les pertenezca.

Yo le pido, parecería ingenuo, que abra su corazón, que se asuma que el color de piel no tiene ninguna relevancia.

Aquí un hubo un gran norteamericano, Martin Luther King, luchó a mediados del siglo XX por la igualdad entre hoy afroamericanos y blancos, y pagó con su vida esa exigencia tan básica que es el respeto a la dignidad del ser humano.

Es infame la política pública que se pretende instrumentar desde su gobierno, es inaceptable.

En pleno siglo XXI eso no debería suceder bajo ninguna circunstancia.

Como presidente de la Cámara de Senadores, le pido que modifique esa decisión, que haga justicia.

Usted dice, y con eso cierro, que quiere volver a hacer a América grande, no puede haber una América grande con racismo, no puede haber una América grande con discriminación, no puede haber una América grande que niegue a sus hijos y a sus hijas, que han contribuido para la grandeza de este país y que ya es su patria, la amenaza de ser expulsados.

La amenaza de dividir familias, la amenaza de quitarle inclusive al derecho a los que nazcan en esta tierra, el derecho a ser estadounidenses no es humano, no es justo, no se apega a esa gran declaración de independencia que vuelvo a decir establece que el ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.

No han encontrado aquí la felicidad mis compatriotas, y si la han encontrado es porque nuestro pueblo es muy grande y se impone a los obstáculos, a las dificultades y a la soberanía, pero la felicidad le ha sido negada por lo menos respecto a su derecho a la vida y su derecho a la libertad.