Ciudad de México, a 30 octubre. Mientras se debate acerca de incrementar la tarifa al transporte público o establecer un apoyo subsidiario, cada día ingresan al país más de mil 700 automóviles nuevos, que contribuyen a la congestión vial, actual colesterol de la ciudad, que genera pérdidas anuales de más de 100 mil millones de horas-hombre y millones de toneladas de CO₂, sostuvo el presidente de Grupo CISA, Jesús Padilla Zenteno.
Indicó que el debate sobre la tarifa al transporte público concesionado debe verse más allá del ajuste económico y centrarse en la necesidad de fortalecer su modelo empresarial, como la pieza clave para garantizar un punto de equilibrio, sin que afecte al bolsillo del usuario, mediante reglas clara, transparentes y auditables, en beneficio de las personas.
Respecto a las posiciones acerca de incrementar la tarifa por parte de transportistas concesionados y organizaciones como Movilidad de Vanguardia (Mova) y la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT), señaló que la tarifa no debe concebirse como un subsidio político, sino como una herramienta que permita mantener la calidad del servicio, la modernización de unidades y la transición hacia la electromovilidad.
“No se trata solo de aumentar la tarifa, sino de consolidar un sistema que sea financieramente viable, socialmente justo y ambientalmente responsable. Las empresas de transporte son el instrumento para lograrlo: generan empleo formal, garantizan la seguridad del usuario, profesionalizan la operación y promueven la innovación tecnológica”, destacó Padilla Zenteno.
Subrayó que la creación de empresas operadoras, como la que dio origen al sistema Metrobús hace 20 años, transformó radicalmente la forma de mover a millones de personas, al sustituir el modelo del hombre-camión por sociedades mercantiles estructuradas, con procesos de planeación, mantenimiento, capacitación y control operativo.
“En su momento, ese paso fue un acto de madurez institucional. Hoy, frente a los desafíos financieros y ambientales, debemos dar un nuevo salto: replantear el modelo económico del transporte concesionado para asegurar su sostenibilidad y calidad”, añadió.
Recordó que algunas razones para consolidar empresas de transporte público se refieren a profesionalizar la operación y eliminar la competencia desleal del modelo informal, integrar sistemas confiables para los pasajeros, modernizar la flota vehicular, reducir emisiones contaminantes, mejorar las condiciones laborales de los operadores,centrar el servicio en el usuario, no solo en la rentabilidad, atraer inversión y sostenibilidad financiera, así como coordinar la planeación metropolitana del transporte, entre otras.
“Un sistema que se sostiene con tarifas obsoletas no puede garantizar seguridad, mantenimiento ni innovación. Necesitamos un marco tarifario que reconozca los costos reales de operación y fomente la renovación tecnológica”, puntualizó.
Sostuvo que el subsidio debe entenderse como un derecho del pasajero y no como un privilegio del transportista, y llamó a replantear las políticas públicas para priorizar al transporte de pasajeros como eje de la movilidad sostenible en la CDMX.
Padilla Zenteno subrayó que la transformación del transporte público sí es posible, cuando existe voluntad, reglas claras y corresponsabilidad entre gobierno, transportistas y ciudadanía.
Finalmente, Jesús Padilla hizo un llamado a construir un nuevo pacto por la movilidad de la Ciudad de México, basado en la profesionalización del transporte, la sostenibilidad ambiental y el bienestar social.

