SE AMPLÍA EL DEBATE CIENTÍFICO SOBRE EL USO DE GLIFOSATO

“Utilizado como dice el etiquetado no es dañino para la salud”.

Norberto Vázquez
Nacional
GLIFOSATO

El debate científico por el uso del glifosato como agente de apoyo industrial para eliminar las malas hierbas en los terrenos de importantes cultivos que aportan al cuadro básico de alimentación ha tocado suelo mexicano a tal grado que instituciones privadas y gubernamentales debaten sobre su uso en uno de los pilares centrales del desarrollo nacional como lo es el sector agrícola.

El gobierno federal señala que no es posible la entrada en vigor del decreto emitido el 13 de febrero de 2023 y que prohibía la compra, venta e importación del glifosato a partir del 1 de abril de 2024, por lo que los agricultores podrán seguir importando el polémico pesticida para su uso en las fincas de siembra.

La controversia se da justo cuando se cumplen 50 años de la entrada en el mercado del herbicida por medio de la compañía Monsanto, que tuvo el monopolio de su venta hasta 2000, año en que decenas de empresas entraron al sector para comercializar y exportar a México el producto.

En el ámbito internacional, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como probable cancerígeno para los humanos, la Autoridad de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA) no lo considera riesgoso en ese sentido, lo que acrecienta el debate entre los organismos encargados del asunto en México, que buscan cómo sustituirlo.

Las posturas en contra de desaparecer el producto afirman que prohibir el uso de herbicidas como el glifosato obligaría a tener que combatir la hierba de manera manual, lo cual vendría a incrementar los costos de producción, además de que la maleza absorbe nutrientes que deben ser para las plantas.

Además, existe un dato revelador que se deriva de una propuesta presentada el 29 de septiembre de 2022 en las comisiones unidas de Salud y Estudios Legislativos de la Cámara de Diputados para reformar diversas disposiciones de la Ley General de Salud en materia de plaguicidas y regulación de bioinsumos: en ese documento se asegura que más de tres mil insecticidas, herbicidas y fungicidas tienen autorización para usos agrícola, forestal, pecuario, doméstico, jardinería, urbano e industrial en México, incluyendo al menos 183 ingredientes activos clasificados en convenios internacionales como altamente peligrosos y de los cuales al menos 111 están prohibidos en otros países.

El debate está en el escenario científico nacional pese a que en noviembre de 2023 la Unión Europea (UE) decidió prolongar diez años más el uso del glifosato ante la falta de acuerdos entre sus 27 Estados miembros.

Celebraron esa decisión el sector agrícola y ganadero mexicano, mientras que los activistas por el medio ambiente condenan que el gobierno federal no haya cumplido su promesa de acabar con el uso del herbicida.

Posturas

Frente a su uso, las posturas han sido variadas por parte de organismos privados y públicos.

Para la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC) la decisión del Ejecutivo federal de posponer la prohibición del glifosato abre el camino para hacer más productivo al campo nacional en beneficio de todos los mexicanos.

La industria de protección de cultivos aplaudió el reconocimiento que realizó el gobierno federal por medio de las secretarías de Agricultura (Sader), Medio Ambiente (Semarnat), Economía (SE) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) debido a que hasta el momento no se ha encontrado un producto que sustituya al glifosato.

Mediante un comunicado la UMFFAAC dijo compartir la preocupación del gobierno para proteger la salud de los habitantes sin afectar la productividad del sector agrícola, por lo que se declaró en completa disposición de colaborar en investigaciones que den como resultado productos agroquímicos más eficientes y amigables con el medio ambiente.

Estableció que con esta decisión del gobierno federal concluye un periodo de incertidumbre y se abre el camino para encontrar juntos —gobierno, industria y agricultores— la vía para hacer un campo más desarrollado, productivo, equitativo y justo.

Según el organismo existe un decálogo de beneficios de este herbicida en la agricultura mexicana. “Utilizado como dice el etiquetado no es dañino para la salud; es un herbicida posemergente y sistémico que actúa al entrar en las malezas a través de sus tejidos sin afectar los cultivos; es económico; no es selectivo; tiene el más alto espectro de control de malezas ya que se desplaza hasta la raíz y no es residual”.

También establece que “se utiliza en una baja dosis, por lo que es fácil de aplicar; no es volátil; (tiene una) mínima filtración en el suelo; es de muy baja toxicidad; y penetra en la maleza muy rápidamente; esto significa que aplicado correctamente no escurre fuera de las áreas destino en caso de lluvia o riego”, determina la UMFFAAC.

Por su parte, el 28 de marzo el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), así como Sader, Semarnat, SE y Cofepris (además de personas de la comunidad científica responsables de los 85 proyectos científicos en el campo mexicano) dieron a conocer los resultados científicos y tecnológicos de acciones probadas en diversos territorios del país, que confirman que sí es posible producir alimentos sin glifosato y la existencia de alternativas viables a este agrotóxico.

Este reporte, al que tuvo acceso Vértigo (el Expediente científico sobre el glifosato y los cultivos GM), asegura que se concretó el desarrollo de tres formulaciones nuevas, 100% mexicanas, con eficiencias de más de 90% y que están en proceso de escalamiento a nivel industrial.

Uno de estos nuevos herbicidas cuenta con dictámenes técnicos de efectividad biológica por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y se turnó oficio a la Cofepris, a la que en breve se ingresará el dossier (conjunto de documentos de diversas dependencias sobre un asunto y que se guardan juntos) para sometimiento a aprobación.

Además, el reporte dice que se han identificado y probado tres bioherbicidas mexicanos comercialmente disponibles y tres en el mundo, todos ellos con eficacias de hasta más de 90% en fases pre y posemergente.

Esto son Beloukha, BurnOut Fórmula 2 y Weed Zap, que cuentan con aprobación tanto en la UE como en Estados Unidos, mientras los tres bioherbicidas nacionales disponibles comercialmente se encuentran por iniciar procesos de aprobación regulatoria, dice el reporte.

Todos estos desarrollos preexistentes y nuevos están en condiciones para el escalamiento industrial con una producción inicial de al menos tres millones de litros, que será posible incrementar a través de transferencias de tecnología según la demanda nacional, establece el informe.

De acuerdo con las evidencias de las alternativas, “los servidores públicos y expertos comprobaron que no hay duda: se puede producir con mayores rendimientos, utilidades, beneficios ambientales y de salud sin glifosato y sin agrotóxicos”.

Las personas expertas —dice el documento— informaron el proceso de validación científica y tecnológica sin precedente, en el cual se validaron 87 planes de manejo agroecológico en 17 mil hectáreas en 22 estados del país, con el trabajo mano a mano de 18 mil productores de pequeña y gran escala, demostrando que la producción agroecológica sin glifosato dio mayores rendimientos, utilidades y beneficios ambientales.

Polémica

Durante su conferencia mañanera del 1 de abril el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que existe una polémica dentro de su gobierno referente al uso del glifosato.

Sobre los resultados del Conahcyt presentados, respondió: “Sí, hay una polémica sobre este tema del glifosato incluso al interior del gobierno, que me parece importante porque son enfoques distintos. Por un lado, Economía dice que ‘necesitamos importar el glifosato porque se requiere deshierbar’; y Salud, Conahcyt y Medio Ambiente dicen que ‘no, porque es dañino a la salud’”, reveló el mandatario.

Estableció que ya se tomó una decisión de no prohibir el glifosato hasta que se tenga un sustituto no dañino a la salud. “Eso fue lo que se acordó. Se le dio apoyo a Conahcyt para buscar opciones, alternativas, y apenas están terminando; y hace falta el trámite para que se autorice y se pueda comercializar; pero, al mismo tiempo, tenemos la necesidad de tener este agroquímico para la producción. Entonces, lo que se hizo fue dejar una pausa en tanto se tiene un sustituto. Y ese fue el acuerdo básicamente”.

Aseguró que se sigue investigando y se buscará la sustitución. “Es un proceso complejo. No hay en el mundo un producto para sustituir al glifosato; hay investigaciones y se sabe que es dañino a la salud, pero no hay un sustituto. Se va a seguir importando, por lo mismo, en tanto tengamos nosotros un producto que no afecte la salud. Es decir, una vez que haya dado luz verde Cofepris en estos bioinsumos que hoy ya se tienen, entonces se pensaría en ya no utilizarlo”, concluyó López Obrador.

El debate sobre el beneficio o el perjuicio de su uso, finalizan los expertos, está en el aire.

Usos actuales

Con base en los hallazgos de la Encuesta Nacional de Uso de Glifosato (ENUG), desarrollada por el Conahcyt en conjunto con la Procuraduría Agraria (PA), se determinó que el uso nacional de glifosato es de poco más de dos millones de litros y la mayoría de los productores de núcleos agrarios aún produce sin este agrotóxico. Incluso, tanto los que usan glifosato como los que no, independientemente de tratarse de gran, mediana o pequeña escalas, incorporan también prácticas adicionales como el deshierbe con machete y manual, labranza mediante el uso de animales, rotación de cultivo, uso de desbrozadora, asociación de cultivos, control mediante fuego, adelanto de siembra y uso de otros herbicidas.

Fuente: Expediente científico sobre el glifosato y los cultivos GM

Constitución científica

El glifosato ácido, cuyo nombre sistemático es N-fosfonometil-glicina, es un sólido cristalino incoloro y sin olor. Es altamente soluble en agua.

La actividad herbicida del glifosato se basa en el bloqueo de la vía enzimática del shikimato, relacionada con la biosíntesis de aminoácidos esenciales.

Al no producirse estos aminoácidos se detiene la síntesis de proteínas en las células vegetales, con lo que el crecimiento de la planta cesa hasta que muere. Los herbicidas hechos con base en glifosato incluyen otros ingredientes, como los surfactantes, que también son tóxicos y pueden generar efectos sinérgicos.

Fuente: Expediente científico sobre el glifosato y los cultivos GM