Piden campañas masivas para promover recolección de residuos fecales de mascotas

Buscan evitar degradación del medio ambiente

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El senador Israel Zamora Guzmán solicitó a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México que, en coordinación con las 16 alcaldías, realice campañas masivas para promover la recolección y manejo de residuos fecales de mascotas, como una de las principales acciones de limpieza y mantenimiento de parques y jardines en la capital del país.
Dijo que no sólo se requiere de cariño y tiempo para el bienestar de los animales, sino que quienes tienen una mascota en casa también deben asumir la responsabilidad en el manejo de sus desechos, recoger cualquier rastro o residuo fecal en la calle para evitar fuentes de contaminación y enfermedades.
El legislador del PVEM destacó que 69.8 por ciento de los hogares mexicanos cuentan con animales de compañía y se calcula que 80 millones de mascotas viven en las casas mexicanas. Los perros son los de mayor prevalencia con el 55 por ciento, seguidos de los gatos con 20 por ciento y el resto otro tipo de animales domésticos.
En la capital del país se estiman alrededor de un millón y medio de perros y medio millón de gatos, pero a esto se adicionan 148 mil perros y 50 mil gatos que se encuentran en situación de calle:
“Considerando que un perro mediano puede generar en promedio 18 kilos de excremento al mes y que un gramo de heces de perro tiene cerca de 23 millones de bacterias, la cantidad de contaminantes en el suelo y en el aire es considerablemente alto”.
Las heces fecales de las mascotas depositadas al aire libre degradan el ambiente debido a que, al secarse y convertirse en partículas finas se esparcen con el aire que respiramos o son arrastradas por el agua pluvial que contaminan los cuerpos de agua, lo que puede provocar enfermedades gastrointestinales, de la piel y hasta ceguera.
Los parásitos que provocan estas enfermedades pueden presentarse tanto en perros que tienen dueño como en aquellos que viven en la calle, ya que los primeros, aunque sí han sido desparasitados, cuando sus dueños los sacan a la calle, pueden oler o lamer el pasto de algún jardín donde previamente hubo materia fecal infectada.