Ciudad de México, México, 28 de julio. En su conferencia matutina, en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrado destacó la relevancia del caso del ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, sobre presuntos actos de corrupción para conocer y “desterrar” la corrupción en el país, esto último, un objetivo de su administración.
López Obrador señaló que el juicio contra Emilio Lozoya es un parteaguas, “un antes y un después” en el combate contra el flagelo de la corrupción, porque ayudará a que se conozca cómo se entregaban las “tarascadas” para otorgar contratos a la empresa Odebrecht y sobre las “mordidas” que se dieron a legisladores para aprobar la reforma energética. Y pidió que no pase de “noche”.
Afirmó que “nos importa mucho es ver qué podemos recuperar de lo robado”, para devolver a la hacienda pública “lo más que se pueda”. Adelantó que ya hay un ofrecimiento del nuevo dueño de la planta de fertilizantes Agro Nitrogenados para reintegrar los 200 millones de dólares que se pagaron de sobreprecio, por lo que “hay posibilidades de obtener recursos”.
“El juicio es importante porque tiene que ver con las mordidas para recibir contratos en el gobierno, los cuales afectaban la hacienda pública, el presupuesto público, que es dinero del pueblo. Si me preguntan “cuál es el propósito fundamental del gobierno que represento’ y que lo diga rápido, aun cuando no hablo rápido, es acabar con la corrupción”, aseveró.
El mandatario lanzó un llamado a la población para que dé seguimiento al juicio en contra de Emilio Lozoya para que se conozca la red de corrupción que existía para la entrega de contratos del Gobierno federal a empresas privadas mediante “moches”.
“El llamado es a estar pendientes de todo el juicio, que no sea un asunto de tribunales judiciales, sino de un tribunal ciudadano y popular para que todos conozcamos cuál era el modus operandi de los delincuentes de cuello blanco”, expresó López Obrador.
Comentó que a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos que con la información que ofrecen testigos protegidos, por reducción de penas, los bienes se recuperan, “a nosotros nos dejan sin nada” porque los implicados se “van a Estados Unidos, los agarran allá y allá se queda el dinero que es de México”.
López Obrador insistió que el caso de Lozoya no es un asunto “nada más de tribunales, sino de un tribunal ciudadano, popular, para que todos conozcamos cuál era el modus operandi de los delincuentes de cuello blanco; cómo sobornaban, cómo se entregaban esas mordidas, aunque se podría decir tarascadas”. Los grandes atracos, dijo, no se conocían.
El titular del Ejecutivo federal dijo que era “tanto el escándalo” por el caso Odebrecht que en la pasada administración se tuvo que proceder y se presentaron dos denuncias, “creo que de la Secretaría de Hacienda y de Pemex”, pero no se les dio curso. “Es cosa de preguntarle a la Fiscalía General de la República”. Recordó que el Instituto Nacional de Trasparencia hasta estableció que no se podía conocer el expediente.
En este caso se entregaban “moches, mordidas para contratos. Todo esto que pasó con la empresa Odebrecht y el colmo es que se compró la llamada reforma energética. Es decir, se sobornó, se le dio mordida a los legisladores para que se aprobara esa reforma que nos hizo daño, que no benefició en nada el país”.