Ibrahim Langoo, un estudiante de 19 años, encontró un riñón junto al pollo frito que había ordenado.
Langoo, quien radica en la localidad de Colchester, en el Reino Unido, compró su comida en KFC.
Cuando se disponía a disfrutar el platillo, su sorpresa sería mayúscula al encontrar “un cerebro arrugado” como el mismo lo definió.
“Lo arrojé a mi charola inmediatamente, era como un cerebro, de repente me sentí horrorizado y enfermo, era como la una de la tarde y el restaurante estaba muy lleno así que nadie me atendió de inmediato” comento Ibrahim.
Al ser notificada la gerencia del restaurante, se disculparon y afirmaron que no era un cerebro, más bien un riñón (menos mal).
La franquicia le regaló a Langoo decenas de vales para conseguir comida gratis...claro en KFC.
“Mealbreaker” es la palabra inglesa para describir “una desagradable sorpresa en tu comida”
Recordar cierta ocasión en la que un arete para la nariz, “apareció" dentro de un burrito en otra conocida cadena de restaurantes.
“Jamás volveré a comer en KFC” sentenció el joven, quien seguramente probará alguna dieta vegetariana durante las próximas semanas.
Con información de HuffingtonPost.