Jane Rolfe, una mujer británica de 42 años, tuvo una reacción alérgica al pegamento usado para unir las pestañas postizas a los párpados, publicó el Daily Mail.
Rolfe acudió una mañana a un salón de belleza para aplicarse estas extensiones en los ojos pero, lejos de lucir más bella, a la mañana siguiente parecía que le hubieran golpeado la cara.
La inglesa argumenta que el establecimiento no le aplicó las pruebas necesarias para descartar la posibilidad de alergias y reacciones secundarias.
Su médico le recomendó regresar al lugar para que le quitaran las pestañas postizas pero el salón de belleza se negó y tuvo que quitárselas ella sola.
“Tardé 5 horas en quitármelas con agua y jabón. Fue una experiencia terriblemente dolorosa”, aseguró Jane.