Pues ahí lo tienen, el PRI se quejó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación porque no se respetaron los tiempos y las formas para elegir al nuevo consejero del IFE, su queja tuvo eco y ahora el Tribunal ordenó a la Cámara de diputados terminar el proceso.
Los tricolores festejaron, aplicaron la de “lero- lero”, pero la oposición, muy relajada y con a mano en la cintura, dijo: “que se reanude el proceso, sí, pero eso no significa que habrá consejero”.
Así de claro fue Miguel Alonso Raya, vicecoordinador del grupo parlamentario del PRD.
“Estamos obligados a votar, a reunirnos, a atender la resolución; no necesariamente a que haya consejero, ¿verdad?”, sostuvo el perredista.
Eso sí es tener pantalones, dijeron algunos. Mira que desafiar así a la máxima autoridad electoral, pues no cualquiera.
Silvano Aureoles, líder de los amarillos en San Lázaro, se vio más mesurado pero en la misma línea, dijo que no era prudente elegir un consejero ahorita, que mejor eligen por paquete hasta octubre.
Los panistas aseguran que respetarán la decisión, que no hay de otra, y pues que sí, que tendrán que llamar a un periodo extraordinario para resolver ese asuntillo pendiente.
Pero acá entre nos, el tono de Gustavo Madero, líder de los azules, fue de avionazo: “Está bien, esta bien, ya qué, que se junten”, dijo con tono de fastidio.
Madero aseguró que si existe un periodo extraordinario, que de una vez le entren al tema de la reforma electoral. Abusado salió el líder azul.
El PRI la tiene difícil, pues con todo y sus aliados suma 251 votos, no son suficientes para juntar las dos terceras partes que se necesitan para un nuevo consejero.
Tendría que convencer a uno que otro panista que quiera hacer berrear a Madero, o a uno del PT que se sienta relegado. ¿Podrá?, ya se verá en próximos días.
Lo que sigue es que la permanente convoque a un periodo extraordinario, la Junta de Coordinación Política saque una terna y la suba al pleno, y ahí, ahí, señores, se verá la pelea.