Costo-beneficio de la seguridad fronteriza de EU

Como condición para aprobar la reforma migratoria, el Senado estadunidense exige duplicar la extensión del muro en la frontera con nuestro país, decisión que encuentra voces a favor y otras en contra.

Como condición para aprobar la reforma migratoria, el Senado estadunidense exige duplicar la extensión del muro en la frontera con nuestro país, decisión que encuentra voces a favor y otras en contra
Foto: Creative Commons, jimgreenhill
Arturo Moncada
Política
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Una vez más, el debate sobre el tema migratorio en Estados Unidos cobra precio a los casi doce millones de indocumentados —en su mayoría mexicanos— que viven en esa nación, mediante la militarización de la frontera: la próxima aprobación de la reforma migratoria por parte del gobierno del presidente Barack Obama traerá consigo una enmienda, aprobada en el Senado por presión de los republicanos, para el reforzamiento de la seguridad en su frontera sur, que incluye duplicar el muro entre México y la Unión Americana.

Hace apenas unas semanas, el senador John McCain anunció que el proyecto de inmigración del Senado daría lugar a “la frontera más militarizada desde la caída del Muro del Berlín”.

Si bien la expresión no es exacta, porque no se acerca siquiera al número de efectivos desplegados en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, sí será la más excesiva en cuanto a seguridad y tecnología… al menos por el momento.

Paquete

El paquete de reformas al sistema migratorio incluye un plan impulsado por miembros del Partido Republicano para incrementar la seguridad en los tres mil kilómetros de frontera que EU comparte con México.

Para ello se prevé terminar la construcción de un muro fronterizo de mil 200 kilómetros, como se tenía planeado (actualmente cuenta con 560 km de construcción), así como para desembolsar casi 30 mil millones de dólares a lo largo de la próxima década para contratar a casi 20 mil nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza, un número que duplicaría la fuerza actual y que muchos expertos en inmigración consideran innecesario.

Fue el pasado 27 de junio cuando el Senado aprobó, por 68 votos a favor y 32 en contra, esta reforma migratoria.

A pesar de ciertas divisiones dentro del Partido Republicano, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, estos siempre han insistido en condicionar la legalización al cumplimiento de objetivos para la seguridad fronteriza y en imponer restricciones para la eventual legalización.

De inmediato surgieron voces a favor y otras en contra de estas condiciones impuestas por los republicanos, como bien dice a Vértigo Javier Oliva, especialista en temas de seguridad nacional e internacional.

—¿Está división republicana es solo para no perder electores o hay un trasfondo político?

—Es una parte de las negociaciones políticas del Partido Republicano, que muestra una profunda división, tanto en la Cámara de Senadores como en la de Representantes. Como un ejemplo: el senador republicano de Florida votó a favor y el de Texas sufragó en contra de la reforma. Entre las medidas que se concedieron para esta reforma está la adquisición de 40 helicópteros para la frontera, donde ya comenzó la puja entre las principales empresas que fabrican estos aparatos militares, entre ellos Eurocopter; la construcción de mil 200 kilómetros más de muro y la contratación de 20 mil agentes fronterizos. También, el uso de drones y otros sistemas de videovigilancia.

Esto implica, señala el experto, “una erogación aproximada de 45 mil millones de dólares. Esta cifra es importante, porque atenuará el recorte en materia de defensa de 86 mil millones de dólares para este año. Entonces, estamos frente a un entramado de intereses que muchas veces en México, desde nuestra interpretación de la relación con Estados Unidos, no tomamos en cuenta. Pero es muy importante entender las dinámicas que hay al interior de los grupos de intereses y disputas en Estados Unidos”.

El alto presupuesto destinado al proyecto, explica Oliva, “será recibido, en su mayoría, por compañías militares que han trabajado por varios años para el gobierno de Washington en Irak y Afganistán, e incluye la construcción de cientos de torres de observación, la instalación de cámaras y sensores de movimiento. Las consecuencias políticas y diplomáticas de la construcción del muro y la excesiva vigilancia en la frontera tienen para algunos un alto costo económico y, para otros, un amplio beneficio”.

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