Tratar de sacar ventaja para resolver una situación podría ser interpretado como ser más listo, vivaracho u oportunista, pero para 4 de cada 10 mexicanos eso representa ser gandalla, abusivo por naturaleza, defecto que a nadie enorgullece.
Valerse de esa actitud parece que no tiene consecuencia, sin embargo a 6 de cada 10 ciudadanos les molesta que otra gente se aproveche y se meta en la fila, se apropie de lo ajeno o incurra en actitudes por el estilo que, a final de cuentas, afectan sus intereses.
En una encuesta realizada por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), 40.6% de los consultados opinó que el mexicano es gandalla por naturaleza, lo que niega 52.1%.
El Diccionario de Mexicanismos define al gandalla como aquella “persona que, de manera artera, se aprovecha de alguien o se apropia de algo”.
Al poner como ejemplo el dicho “El que fue a la Villa perdió su silla”, se evidencia una actitud ventajosa cuando más de 60 de cada 100 entrevistados justifican la frase.
Para 28% tiene mucha razón el refrán y otro 23.6% le concede alguna, mientras 17.4% considera poco cierto el dicho y menos de una cuarta parte lo rechaza (24.5%).
En las opiniones sobre este comportamiento son más las mujeres (42 de cada 100) que argumentan que el gandallismo forma parte del ser de los mexicanos, que los hombres (38). Pero hay 54 caballeros por cada 49 damas que no lo creen.
El estudio de GCE / Kaleydoscopio.mx. planteó a los participantes calificar el grado de gandallismo en México, y en una escala donde cero es nada y 10 es mucho, el promedio la gente le otorgó 6.6% en promedio; sólo 9% piensa que el abuso ciudadano es mucho y apenas 1.8% cree que no es nada.
Con el tema sobre la mesa, los consultados definieron en 5 categorías quién es gandalla: primero, quien quiere sacar ventaja de todo (57.6%); segundo, quien abusa del poder (26.1%); tercero, el prepotente (7.1%); cuarto, una mala persona (3.2%), y quinto, quien reúne todas o una sola de estas características (2.7%).