Reducción de pobreza y hambre, metas logradas

El gobierno mexicano tiene un trabajo complicado para cumplir objetivos pendientes en materia de mortalidad materna, equidad de género y calidad de vida, entre otros.

Bienestar
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A casi dos años de arribar a 2015, fecha límite para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), en México, América Latina y el Caribe se logran cumplir tres de los ocho ODM: reducir la pobreza extrema, disminuir el hambre y la desnutrición, así como prevenir y descender el índice de mortalidad infantil.

Sin embargo, faltando 850 días para que todos los gobiernos presenten sus respectivos informes sobre la evolución de sus compromisos en el combate a la pobreza, alimentación, salud, igualdad entre géneros, educación y medio ambiente, especialistas reconocen que a pesar de los avances aún queda mucho por hacer, por lo que ya empiezan a trabajar en las metas post 2015.

El Informe 2013 sobre los ODM, que presentó en Ginebra el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señala que durante 2012 la ayuda de los países industrializados a las naciones en vías de desarrollo descendió 4%, lo que representa 126 mil millones de dólares menos.

Pese a los recortes, el representante de la ONU dijo que ve oportunidades de lograr objetivos para combatir la pobreza y destacó, por ejemplo, que se redujo a la mitad la cuota de personas que viven con menos de un dólar y medio al día, frente a la cantidad de 1990.

También la población con problemas de desnutrición se redujo de 23 a 15% desde entonces, lo que se suma a avances en la lucha contra la malaria, la tuberculosis, el sida o la mortalidad infantil.

Sin embargo, Ki-moon advirtió que los objetivos medioambientales no se cumplen: “Los bosques continúan perdiéndose a una tasa alarmante”, señaló el informe, destacando que los más pobres del mundo dependen de los bosques para comer, obtener combustible y medicinas.

Desigualdad

El informe resalta que en México y América Latina se logró reducir a la mitad los niveles de pobreza extrema, al pasar de 12% en 1990, a 6% en 2010; así como la desnutrición, que pasó de 15% en el lapso 1990-1992, a 8% en el periodo 2010-2012.

Asimismo, el acceso a la educación primaria mejoró: la matrícula neta creció de 88% en 1990, a 95% en 2011.

En ese mismo lapso se logró que la cifra de siete millones de niños sin acceso a la escuela se redujera a tres millones.

Otro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que la región está a punto de superar es el relativo al porcentaje de la población con acceso a servicios de saneamiento (letrina e inodoro), que pasó de 68 a 82% entre 1990 y 2011. También el acceso al agua potable se incrementó, al pasar de 85 a 94% en el mismo tiempo, con lo cual se alcanza la meta antes del plazo de cumplimiento de 2015.

Hasta ahí lo avanzado, pero el combate a la desigualdad constituye uno de los obstáculos primordiales para cumplir cabalmente con los ODM según reconocen expertos como Marcia de Castro, coordinadora residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien señala que es imprescindible colocar en el centro de los mismos, así como en la agenda post 15, la protección de los derechos humanos, de los recursos naturales, atacar la multidimensión de equidad y desigualdad, y fortalecer las instituciones y la gestión pública.

Añade que en el tema de la educación, en México, “origen es destino”, ya que la calidad de la educación está estratificada por niveles de ingreso; es decir, en términos generales “quien nace en condiciones de pobreza tiende a reproducirla”, debido a que no tiene las mismas oportunidades educativas, que es uno de los factores de la desigualdad.

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