La Auditoría Superior de la Federación entregó a la Cámara de Diputados el informe de cómo encontró la Cuenta Pública 2013.
El titular de la dependencia, Juan Manuel Portal, dijo que encontraron 13 puntos débiles que el gobierno debe subsanar a la brevedad, pues son problemas que suceden con regularidad.
Integridad gubernamental
Hace falta que las dependencias tengan protocolos de ética y códigos de valores para generar las condiciones necesarias que ayuden a un mejor desempeño en las funciones.
Cultura administrativa
La mayoría de las entidades públicas del Estado mexicano no cuentan con un diagnóstico sobre el entorno de riesgos que puede afectar el cumplimiento de metas y objetivos institucionales. En este contexto es indispensable contar con sistemas de control interno adecuados a la especificidad de cada caso.
Rendición de cuentas en las entidades federativas
Gobierno estatales y locales siguen sin transparentar los recursos que la federación les asigna. La fiscalización, la transparencia y la sanción administrativa y penal, implementadas a nivel estatal, son herramientas que aún no han logrado incidir en la gestión de los gobiernos locales; esto explica, en parte, la recurrente identificación de desvíos y de utilización inadecuada de los recursos federales transferidos.
Padrón de beneficiarios de los programas sociales
Hay problemas en las listas de empadronados, no hay datos sistematizados y eso debilita el impacto de los programas.
Revelación de pasivos y gasto
Debe existir mayor compromiso por parte de las entidades para revelar y publicar cifras confiables respecto a la actividad financiera del Estado.
Participación ciudadana
No hay suficientes elementos disponibles para que la ciudadanía sea vigilante de los gastos del Estado, faltan herramientas proporcionadas por los entes gubernamentales.
Adquisiciones, contrataciones o inversiones poco transparentes
Hay desconfianza en torno a los procesos de adquisición en el sector gubernamental, pues falta transparencia en las licitaciones y contratos, además de que no siempre benefician al Estado.
No hay planeación, supervisión o seguimiento
Falta mayor vigilancia a la hora de planear una obra pública, la mayoría no son concebidas, ejecutadas y controladas a partir de una perspectiva estratégica sustentada en el rigor técnico y el impacto social.
Participación de terceros en la asignación de presupuesto
El ejercicio del presupuesto implica varias etapas antes de que los recursos aprobados estén disponibles para los ejecutores de los programas públicos. Cuando el proceso sufre retrasos debido a la intervención de instancias intermedias, el impacto esperado del gasto público se ve afectado.
Subejercicios
La falta de eficiencia del gasto federalizado se debe a los subejercicios, es decir, la aplicación posterior de los recursos no ejercidos, esto pone en riesgo la garantía de su aplicación efectiva para los fines previstos.
Uso de tecnología
No se aprovecha la tecnología para eficientar la fiscalización en las dependencias, aún rinden cuentas de manera precaria y rudimentaria.
Programas públicos duplicados o poco eficientes
La falta de planeación y seguimiento a la hora de implementar un programa social deriva en la duplicidad o el fracaso del mismo.
Mayor control a los servicios suministrados por particulares
Algunos de los servicios hechos por particulares no cumplen a cabalidad con los principios de eficiencia, eficacia y economía que necesita el Estado, por lo tanto es necesario un mayor control en este tipo de transferencia.