EL DESEABLE EXISTIR DEL MUNICIPIO PRECAVIDO

No soslayemos que desde el municipio se previene la desgracia fortuita que ocasionan los riesgos naturales.

Foto: Especial
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Redacción
Política
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Por Guillermo Deloya

Cierto, el municipio mexicano requiere un fortalecimiento presupuestal ya ácidamente reclamado en días pasados por diversos presidentes municipales. Sin embargo parecería que esa exigencia no corresponde a la sensibilidad que se le debe otorgar a diversas funciones municipales que se relegan ante la inmediatez y que a la postre son aquellas que mayormente inciden en la salvaguarda de la población. Cierto, la seguridad pública de primer círculo es fundamental, como fundamentales son otras condiciones que cada vez se vuelven más borrosas.

El municipio mexicano es la primera célula de contacto con el ciudadano y constituye el primer nivel de atención a la regulación territorial, donde se materializan las políticas de ordenamiento para el asentamiento y regulación del crecimiento citadino. Además de las múltiples funciones derivadas de la Constitución que se han conferido al municipio, sin exagerar, existe una actividad que representa la conservación de la integridad y la vida de los habitantes del mismo. De ese grado la importancia en el correcto funcionamiento.

Al municipio le corresponde por mandato ser el primer otorgante de protección civil, actividad que previene y mitiga los riesgos ante los posibles desastres naturales. Esta importantísima tarea se da dentro del marco de actuación legal de diversos organismos pertenecientes al gobierno federal, como el Cenapred, la Sedesol y la Sedatu, dependencias que en el contexto nacional realizan importantes acciones para la gestión de riesgos en comunidades.

En la escala alcanzada resulta básico que, además de la creación de una cultura integral de la prevención, por igual se tengan instrumentos que generen mapas de los riesgos latentes y apoyen el ordenamiento seguro de los asentamientos humanos. Estos instrumentos son por excelencia los denominados Atlas de riesgos municipales.

Trascendencia

Desafortunadamente ante distintos tipos de barreras y circunstancias, tanto financieras como metodológicas y técnicas, no ha existido una homologación para conseguir que la totalidad de los municipios mexicanos se favorezcan por este mapeo. Se ha avanzado desde los acontecimientos telúricos, los cuales obligaron a una modificación del actuar gubernamental en apuesta de políticas de prevención, pero en el control de la inmediatez no se ha consolidado un auténtico sistema de elaboración unificada para los Atlas de riesgo, aun cuando fue imperativa desde la creación del Centro Nacional para la Prevención de Desastres y la aprobación de la Ley General de Protección Civil en 2000.

Es de notarse que desde 1998 el gobierno federal descentraliza hacia el municipio mexicano para que este cuente con Unidades de Protección Civil con mandatos y orientación legal por medio de manuales tales como Sistema municipal de protección civil, guía para su implementación y Guía técnica para el plan municipal de contingencias. En apariencia las condiciones están dadas; sin embargo la realidad actuante nos muestra un panorama distinto.

Aun cuando la actividad sísmica de 2017 obligó a la disposición de fondos presupuestales específicos para los estados y municipios más afectados, en las zonas de mayor interés no se han actualizado los correspondientes atlas. En Jojutla, Morelos, su atlas data de 2010; en Juchitán e Ixtepec, en Oaxaca, corresponden a 2012, y los correspondientes a Puebla se ubican en un pasado 2015.

No solo son condiciones de subsuelos o propensión telúrica: son riesgos volcánicos, por inundación, por deslaves y laderas, mismos que con responsabilidad absoluta se tendrían que tomar en cuenta para la definición de prioridades de ocupación de territorios y uso del mismo. Que no por una decisión apresurada impulsada por el deseado desarrollo inmobiliario o empresarial solamente se cuente con una débil orientación de riesgo sin carácter regulatorio.

Hemos olvidado la enorme trascendencia que en distintas actividades se manifiesta en los municipios. Por ello ahora que la discusión se ha avivado en este país pujante por el cambio, no soslayemos que desde el municipio se previene la desgracia fortuita que ocasionan los riesgos naturales. ¡De ese tamaño la importancia! Como en muchos otros temas se esperan acciones claras para que literalmente cada mexicano tenga conciencia de saber en dónde se encuentra parado.