Ciudad de México, a 28 de octubre. Ante lo insostenible del problema que representa el tráfico ilícito de armas desde Estados Unidos a territorio mexicano y tras la llamada telefónica que sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador con su homólogo estadunidense Donald Trump por los hechos ocurridos en Culiacán, integrantes del Gabinete de Seguridad se reunieron con el embajador norteamericano en México, Christopher Landau, con una firme intención: lograr un acuerdo para sellar la frontera norte bajo el operativo Frozen.
La urgencia se justifica, dicen expertos, considerando que a nivel nacional hubo al tercer trimestre un incremento en homicidios de 1% respecto del año anterior y en la mayoría de esos hechos se usaron armas de fuego.
Los especialistas advierten que si bien dicho incremento no aparenta ser significativo en su comparación con 2018, lo cierto es que resulta 19% superior a la media de los recientes tres años y de continuar así tendríamos el peor año al cierre de 2019 ya que hasta el momento se contabilizan 25 mil 890 víctimas de homicidio doloso en lo que va del año, según cifras de la organización Semáforo Delictivo.
Para el gobierno mexicano, agregan, es inaplazable resolver esta situación cuando se ha evidenciado que los grupos delictivos organizados poseen armamento altamente sofisticado para cometer sus actividades ilícitas, que invariablemente proviene de las armerías situadas en la Unión Americana y que entran de contrabando a México para suministrarse a los diversos cárteles de las drogas.
Cabe destacar que en el país circulan casi 1.6 millones de armas, según reveló en agosto de 2019 el general secretario Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena.
Reunión
El pasado 21 de octubre los secretarios de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo; de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard; de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval; de Marina (Semar), José Rafael Ojeda; el director general del Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez, el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, y el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, encabezaron la reunión del Subgrupo Binacional sobre Tráfico de Armas, en la que abordaron la estrategia de seguridad en las fronteras de ambos países para congelar el flujo de armas que ingresan a nuestra nación.
En el encuentro celebrado en las oficinas de la SSPC “autoridades mexicanas informaron sobre la situación actual en la zona fronteriza y los esquemas de coordinación e intercambio de información para atender el flujo de armas en las aduanas terrestres, marítimas y aéreas”, indica la ficha informativa.
Las autoridades estadunidenses “comprometieron el esfuerzo de su gobierno para enfrentar de manera firme el tráfico de armas que opera de manera trasnacional y reiteraron su disposición de trabajar en planes de acción conjuntos y maximizar la eficacia de los esfuerzos a través de la inteligencia”.
Los funcionarios “acordaron tener reuniones ejecutivas cada 15 días; desburocratizar las respuestas institucionales y sellar las fronteras, cada país desde sus responsabilidades y en un ámbito soberano”.
Armas
De acuerdo con la Sedena, siete de cada diez armas decomisadas a los criminales son de manufactura estadunidense. Y es que según la Secretaría de la Defensa Nacional se ha detectado la existencia de armas predilectas para los narcotraficantes: de 2013 a 2018 les fueron decomisados a la delincuencia organizada al menos 28 mil 602 fusiles de alto poder, como los AK-47, conocidos como cuernos de chivo, AR-15 y su variación M1, así como Barret calibre .50.
En videos que circulan en redes sociales, el jueves 17 de octubre salieron a las calles de la capital sinaloense hombres con armas de alto poder y entre su arsenal pudo verse una camioneta con una ametralladora fija Browning M2 calibre .50, a un sujeto disparando un rifle Barret .50 y gran cantidad de sicarios portando fusiles de asalto AR-15, AK-47 y armas cortas nueve milímetros.
Reportes oficiales en peritajes balísticos establecen que en los automóviles baleados que se encontraron la mañana del viernes 18 de octubre en Culiacán pudieron apreciarse hoyos de una pulgada y media en la lámina de los vehículos, hechos por armas calibres .50 utilizadas durante las diversas balaceras, capaces incluso de precipitar helicópteros.
Además los grupos delictivos en diversas partes del país han mostrado en otras ocasiones instrumentos de alto poder, como sucedió el 1 de mayo de 2015 cuando el Cártel Jalisco Nueva Generación derribó un helicóptero de la Semar con un lanzacohetes RPG-7.
Casos
En el cruce ilegal de armamento ha habido inclusive operativos avalados por el gobierno estadunidense para introducir armas a México en un intento por descubrir las rutas de contrabando, sin que las autoridades mexicanas fueran informadas, como ocurrió en los casos de las estrategias Receptor abierto y, la más escandalosa, Rápido y furioso.
Cabe señalar que Receptor abierto se llevó a cabo entre 2006 y 2008, mientras que Rápido y furioso se realizó entre 2009 y 2011.
Estos dos operativos fueron creados por el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) en sus oficinas en Phoenix, Arizona, con la intención de “vigilar la ruta de trasiego de armas” y dejarlas adquirir con libertad a los traficantes para localizar así a grandes capos de la droga en México.
Incluso hay peritajes que evidencian que armas introducidas en Rápido y furioso las usó el crimen organizado contra civiles, como en el caso de la masacre de Villas de Salvárcar, Chihuahua, en enero de 2010, cuando sicarios irrumpieron en una fiesta de estudiantes donde asesinaron a 16 personas e hirieron a otras doce.
Sobre esta situación en 2013 Vértigo solicitó (vía el INAI) a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) toda la documentación sobre las indagatorias que se seguían por parte del gobierno mexicano en torno de esta operación, donde se rastreaban las armas introducidas por parte de la administración de Barack Obama, pero sin haberle avisado al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
La respuesta oficial de la PGR fue que la documentación “se encuentra inmersa en una averiguación previa”, además de que la información de la indagatoria “podrá permanecer hasta por un periodo de doce años” clasificada para su versión pública.
Tráfico
Un informe del Center for American Progress revela que durante 2011 y 2016 al menos 106 mil armas fabricadas en Estados Unidos estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México. De estas, 74 mil 200 fueron compradas de manera legal. Y un dato inquietante: cada año son transportadas ilegalmente 213 mil armas de fuego desde Estados Unidos.
Según el documento “el impacto del tráfico desenfrenado de armas desde Estados Unidos a México ha sido devastador. Los mismos vacíos y debilidades en las leyes de armas de EU que contribuyen al tráfico ilegal de armas local también contribuyen al tráfico ilegal de armas desde EU a las naciones cercanas. Como principal productor mundial de armamento la Unión Americana exporta 298 mil armas de forma legal cada año”.
Y agrega: “Estados Unidos tiene la obligación moral de mitigar su papel en el armado de la violencia letal en el extranjero”.
Oficina
Al respecto el gobierno de Estados Unidos anunció que abrirá una Unidad de Seguridad que fungirá como enlace con el gobierno mexicano para combatir el tráfico de armas, como fruto de los enfrentamientos en Culiacán.
El subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, confirmó que “dicha unidad será parte de la embajada estadunidense y es resultado de las acciones bilaterales para congelar el tráfico de armas, tema que vincula a las dependencias de seguridad”.
Añadió: “Recientemente dimos nuestro acuerdo, después de consultas con muchas dependencias relacionadas en el gobierno, para que creen una unidad de seguridad; no es una gran oficina: es una persona que estará siguiendo los temas con las distintas dependencias en México”.
El subsecretario confió en que se puedan lograr avances importantes encaminados a formar un muro electrónico contra las armas. “Tenemos que ver cuál es la disposición de ellos a avanzar internamente: en Estados Unidos es una cuestión muy politizada, muy complicada; pero lo que yo personalmente espero que podamos lograr en estos avances es controles modernos más decisivos en la frontera, lo que yo llamé un muro electrónico contra las armas que fluyen hacia el sur”, expuso.
Por el momento para las autoridades mexicanas es urgente sellar la frontera norte y evitar que armamento sofisticado fabricado en la Unión Americana siga equipando a los cárteles mexicanos para generar violencia de alto impacto.