Puente de pesadilla en Acapulco
La tormenta tropical Manuel provocó aguaceros durante dos días, dejando en el puerto al menos 300 mil damnificados, 40 muertos y 58 desaparecidos hasta el momento.
Los daños causados por la tormenta tropical Manuel, a decir de algunos de los damnificados que dejó a su paso, fueron tan grandes como los ocasionados por el huracán Paulina en octubre de 1997, meteoro que tenían de referencia como de los más destructivos que han azotado a Guerrero en los años recientes.
Manuel, que hizo un amplio recorrido a lo largo de las costas del Pacífico mexicano hasta convertirse en huracán, generó torrenciales lluvias durante el puente del 15 y 16 de septiembre en este puerto turístico, lo que sumado a la humedad generada al mismo tiempo por el huracán Ingrid en el Golfo de México precipitó aguaceros durante dos días.
Las lluvias inundaron la exclusiva zona de Punta Diamante y causaron graves daños en comunidades cercanas, como Renacimiento Arroyo Seco, Llano Largo y Coyuca de Benítez.
La tormenta tropical dejó casi 300 mil damnificados, 40 muertos y 58 desaparecidos en la entidad.
Hasta el cierre de esta edición el recuento de los daños incluía, además, graves afectaciones a más de diez mil casas, desperfectos carreteros, puentes destruidos, inundaciones y destrucción en medio centenar de municipios de la entidad.
Cientos de turistas nacionales y extranjeros en este centro vacacional observaron, conforme pasaban las horas, que lo que suponían serían días de descanso y esparcimiento se convertían de un momento a otro en una situación de emergencia: el nivel del agua aumentaba poco a poco, hasta dejarlos encerrados en hoteles y/o fraccionamientos, sin saber qué hacer y sin la posibilidad de salir durante muchas horas para abastecerse de alimentos o ponerse a salvo.
La emergencia se extendió por el desbordamiento de ríos, la destrucción de viviendas y la afectación a la infraestructura carretera, sobre todo en la Autopista del Sol, con deslaves que bloquearon el paso hacia la Ciudad de México.
(Foto: NTX)
La caída de varios puentes en Coyuca de Benítez y en Iztapa Zihuatanejo, así como el deslave de varios cerros sobre la carretera, bloqueó en su totalidad la entrada o salida de Acapulco por vía terrestre, dejando incomunicado al puerto y atrapados a miles de turistas que ya no pudieron salir durante varios días.
Con el aeropuerto internacional de la entidad inundado y sin posibilidad de movilizarse por carretera, casi 40 mil personas, en su mayoría turistas, quedaron varadas por la suspensión de vuelos comerciales, lo cual generó desesperación y caos en su intento por regresar a sus lugares de origen, sobre todo al Distrito Federal, pese al puente aéreo puesto en marcha por la Fuerza Aérea, la Marina y el Ejército mexicano para trasladar en aeronaves militares a miles de pasajeros a la Ciudad de México.
La desesperación también se apoderó de cientos de afectados de las comunidades cercanas a Punta Diamante debido a la escasez de víveres, lo que provocó saqueos en algunos centros comerciales de la zona, ante la necesidad de conseguir alimento, situación que fue controlada paulatinamente con el reparto de miles de despensas por parte de elementos de las Fuerzas Armadas, la Cruz Roja y voluntarios ciudadanos.
Los elementos militares redoblaron esfuerzos para llevar atención y ayuda a los más afectados, sobre todo en las regiones incomunicadas, donde día y noche, cuando las condiciones lo permitían, realizaban labores de rescate y auxilio.
Entre las mayores desgracias se encuentra el desprendimiento de un alud en la comunidad de La Pintada, municipio de Atoyac de Álvarez, donde 58 personas del lugar se encuentran desaparecidas. Se presume que quedaron sepultadas bajo cientos de toneladas de tierra, sin que hasta el cierre de esta edición se haya encontrado alguno de los cuerpos.
Emergencia
Debido a la gravedad de las daños causados por las intensas lluvias en Guerrero, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió con los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional, Marina, Gobernación, Desarrollo Social y Comunicaciones y Transportes al término de la ceremonia delgrito de Independencia en Palacio Nacional para hacer una balance de la situación y proceder a las labores de auxilio para miles de damnificados en Guerrero y otras entidades con graves afectaciones, como Veracruz y Tamaulipas.
El mandatario mexicano se trasladó a Acapulco el lunes 16 para constatar los daños y realizó recorridos por las zonas más afectadas del puerto, además de escuchar y atender las demandas de familias afectadas.
En medio de una fuerte lluvia, el titular del Ejecutivo pidió a los damnificados confiar en las labores de auxilio que realizan las autoridades y tener calma mientras se organizaba la ayuda que recibirían.
El presidente instruyó a las secretarías de la Defensa Nacional y Marina-Armada de México desplegar personal militar en las zonas siniestradas para proteger las casas y los negocios de actos de rapiña, además de ordenar la aplicación de acciones para garantizar la alimentación de los residentes de las áreas siniestradas.
“Lo importante es que, frente a los daños que está causando la naturaleza, podamos actuar de manera coordinada, eficiente, y brindar apoyo a las familias afectadas. Lo importante es que los apoyos para restablecer la normalidad lleguen de forma segura y evitemos que se quieran aprovechar grupos de organizaciones políticas. Necesitamos llevar apoyos directos a los afectados”, afirmó el mandatario.
Peña Nieto realizó vuelos sobre las zonas afectadas de Acapulco y Chilpancingo, para constatar los daños provocados por las lluvias y el desbordamiento de ríos, la afectación a viviendas y la caída de puentes.
Por instrucción del Ejecutivo federal, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, permanece en Acapulco, convertido en centro de operación logística, para encabezar y supervisar las acciones de auxilio y abastecimiento de despensas.
Apoyo militar
En una operación conjunta, cientos de elementos del Ejército Mexicano, la Marina y la Fuerza Aérea realizaron labores de ayuda y rescate como parte del Plan DN-III, con la repartición de despensas, reparación y reconstrucción de caminos, vigilancia en las zonas siniestradas y apoyo en los albergues de Acapulco y otros municipios.
Por la inundación del aeropuerto internacional de Acapulco y ante la imposibilidad del despegue o aterrizaje de aviones comerciales, el jefe del Ejecutivo instruyó a las Fuerzas Armadas a poner en marcha un puente aéreo Acapulco-Distrito Federal para el traslado de miles de turistas varados, quienes tenían boletos de transporte por vía aérea.
En el traslado fueron incluidas personas que llegaron al puerto en transporte terrestre y habitantes de las zonas afectadas que querían salir de Acapulco, para lo cual se dispuso de tres aviones Boing 727 con capacidad para transportar 150 personas cada uno; dos aviones Hércules con capacidad de transporte de diez toneladas; cuatro helicópteros Cougar y un Bell; dos aviones caza, que de manera permanente a lo largo del día transportaban toneladas de despensa y elementos militares al puerto y regresaban con pasajeros, en un ir y venir constante y sin interrupciones tanto de día como de noche, salvo por cuestiones climatológicas, para ser reanudadas de inmediato en cuanto se restablecían condiciones para el vuelo.
Los elementos militares repartieron miles de despensas al día y ayudaron a los afectados a salir de las áreas siniestradas; trasladaron a quienes perdieron sus casas a los nueve albergues instalados en Acapulco; y reforzaron las medidas de seguridad para evitar saqueos.
La Secretaría de Desarrollo Social puso en marcha de inmediato un plan de apoyo a las familias cuyas casas se perdieron o sufrieron graves daños estructurales, la distribución de despensas a las familias de las áreas siniestradas, así como alimentación y cobijo en los albergues, además de anunciar el Programa de Empleo Temporal Inmediato, para que la gente comience con la limpieza de calles y casas.
El gobierno del estado coordinó las labores de la administración estatal coordinadas con los operativos aplicados por el gobierno federal y las Fuerzas Armadas.
Apoyos suficientes
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, organizó y coordinó las acciones de auxilio y rescate desde Acapulco, para brindar apoyo lo más rápido posible a los habitantes de las zonas más dañadas, para lo cual, aseguró, se cuenta con los apoyos suficientes para el reparto de despensas de manera directa en las colonias y las comunidades.
Hizo énfasis en que el gobierno federal y los distintos niveles de gobierno no permitirán abusos contra la gente que pasa momentos difíciles, por lo que se tomaron medidas para garantizar la entrega de víveres y despensas.
El responsable de la política interior del país dejó en claro que los esfuerzos que se realizan de manera coordinada son tan importantes los municipios afectados en la región de la Montaña, como en la sierra y en el puerto de Acapulco.
“Tan importante es el que vive en una comunidad que fue arrasada por el agua, como el turista que vino a pasar unos días aquí. Todos son importantes. Todos son mexicanos o todos están en nuestro país. Y van a tener atención cada uno de ellos”, destacó.
Osorio explicó que se requieren distintos tipos de apoyo: los que necesitan agua o alimento, los que demandan transporte para regresar a sus lugares de origen, o los que requieran ser rescatados o necesitan maquinaria para liberar caminos.
“A todos se les atiende. Hay un plan, una estructura, un diseño que nos ha instruido el presidente Enrique Peña Nieto para poder atajar y resolver la contingencia con la que nos estamos enfrentando”, indicó.
La reacción inmediata del gobierno federal para hacer frente a los graves daños que dejó a su paso la tormenta tropical Manuel por Guerrero, y sobre todo en la zona de Punta Diamante en Acapulco, permitió articular los esfuerzos del Ejército mexicano, la Marina y la Fuerza Aérea, el gobierno del estado, la Cruz Roja, Protección Civil, voluntarios ciudadanos y sociedad civil, en un esfuerzo de grandes proporciones para dar auxilio a las poco más de 300 mil personas que resultaron afectadas por un fenómeno meteorológico que no se presentaba desde hace más de 50 años.
Como en otras ocasiones de desastre, la sociedad civil ha desempeñado un papel fundamental para organizarse y prestar ayuda para el acopio de víveres, que de manera solidaria han donado millones de mexicanos de todo el país, así como la ayuda que llega del extranjero, lo que sumado a las labores que realizan los tres niveles de gobierno ha permitido una respuesta eficaz para proporcionar ayuda a los cientos de miles de damnificados y afectados por las intensas lluvias en Guerrero.
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