Para tratar de abatir el rezago de nueve millones de viviendas que existe a nivel nacional se requiere garantizar la disponibilidad de suelo y evitar así lo ocurrido en los años recientes: la construcción habitacional en las periferias de las grandes ciudades, en lugares lejanos que carecen de escuelas, hospitales y transporte público.
De ahí el propósito del actual gobierno federal de emprender acciones que garanticen calidad en los servicios y desarrollos urbanos sustentables.
Para ello es necesario contar con reservas intraurbanas que, como su nombre indica, son espacios territoriales al interior de las urbes destinados al desarrollo de vivienda social, con lo que se pretende lograr un mejor desarrollo urbano y un mayor ordenamiento territorial del país.
Esta figura, sin embargo, no está prevista en la Constitución ni en las leyes secundarias, por lo que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), así como diversos legisladores, destacan la necesidad de crear y dar sustento jurídico a estas reservas estratégicas para permitir a la Federación, las entidades y los municipios realizar la planeación y la regulación que garanticen la funcionalidad, seguridad, sustentabilidad y habitabilidad de las viviendas.
Prever reservas
Durante la actual administración, la Sedatu —que sustituyó a la Secretaría de la Reforma Agraria— ha destacado la necesidad de crear reservas intraurbanas que permitan reducir el déficit de viviendas.
De acuerdo con datos de la propia secretaría hay un déficit de nueve millones de viviendas, de las que casi siete millones se concentran en 14 entidades, de las cuales seis tienen el mayor rezago: Veracruz, con 894 mil casas habitación; Chiapas, con 771 mil; Estado de México, 747 mil; Baja California, 563 mil; Oaxaca, 487 mil, y Guerrero, con 486 mil viviendas.
El titular de la secretaría, Jorge Carlos Ramírez Marín, anunció que el gobierno federal analiza la creación de nuevas reservas intraurbanas para que, en coordinación con ayuntamientos y gobiernos estatales, se destinen al desarrollo de vivienda social, además de que trabajan en la conformación de una nueva instancia que regularice y cree nuevas opciones de suelo.
Ha dicho que si bien se tienen muchos espacios, algunos de ellos federales, donde pueden establecerse reservas intraurbanas, no pueden dejarse solo al sector privado —que por lo general lo hacen— porque la vivienda social tendría menos oportunidades debido a que el suelo intraurbano es más caro.
De acuerdo con el funcionario federal se tienen en la actualidad 45 mil 690 hectáreas de reservas registradas, de las que 93% tiene permiso de uso de suelo habitacional y de este porcentaje 80% tiene a su vez permisos y servicios; dentro de este porcentaje, a su vez, casi 60% está en pleno desarrollo y 6% no califica.
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