Dicen que somos lo que escribimos, y si esto es cierto imaginen a algunos diputados locales de Yucatán que no se caracterizan por tener buena ortografía.
Tal es el caso de Dafne David López Martínez, representante por el distrito XIV, quien para empezar ni siquiera acentúa uno de sus dos apellidos en su currículum.
Con todo y la maestría en derecho empresarial que presume, desconoce que por lo general los verbos simples en pasado llevan acento y que la palabra “más”, cuando denota cantidad, también lo lleva.
Otro caso relevante es el de Edgardo Gilberto Medina Rodríguez, un maestro normalista y licenciado en educación primaria, a quien ojalá no le vaya tan mal en la evaluación educativa porque por lo menos en su currículum demostró que no sabe que “título” y “cédula” se acentúan.
A Luis Jesús Manzanero Villanueva, José Javier Castillo Ruiz y Mauricio Vila Dosal hay que recordarles que aunque redacten sólo con mayúsculas, no pueden librarse de los acentos, que mínimo los usen al escribir su nombre, para que la maestría se note.
Los diputados Francisco Javier Chimal y a Pedro Oxté Conrado los traicionan un par de acentos, pero le insistimos a Luis Alberto Martínez Ordaz que lo imperdonable es un error en el propio nombre. Y si te apellidas “Martínez”, pues le pones acento y ya.
Para ver la hoja de vida de todos los legisladores de Yucatán, da clic aquí.