España en su lidia más compleja

Cataluña realizó con escasa participación una consulta ciudadana el pasado domingo 9 de noviembre en torno de la idea de independizarse con respecto de España.

Cataluña realizó con escasa participación una consulta ciudadana el pasado domingo 9 de noviembre en torno de la idea de independizarse con respecto de España.
Foto: Especial
Redacción
Política
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Por: Claudia Luna Palencia

colaboradore@revistavertigo.com

Cuenta la mitología griega que un buen día Pandora abrió una caja regalada a ella por el dios Zeus, liberando así una cadena de males en la que uno llevó a otro: España recién destapó la suya llena de perfidia.

La caja de Pandora del Reino de España combina una serie de espectros: elevado desempleo, incredulidad de la población hacia la gestión de la crisis económica, cloacas de corrupción que destapan por doquier, la amenaza del secesionismo catalán y la creciente figura de una extrema izquierda con aires comunistas.

Los idus de Otoño están dejando frío a más de uno. De hecho hasta el presidente Mariano Rajoy, además de pedir disculpas por la corrupción, ha debido tomar cartas en el asunto macerando varias estrategias anticorrupción.

La nación ibérica es ahora un toro herido de muerte. Le han dado un bajonazo y busca los chiqueros. Pero se resiste a entregarse al poder de los extremistas y, sobre todo, de los separatistas, que quieren oreja y rabo.

Es curioso que tanto el Fondo Monetario Internacional como la Unión Europea y el Banco Central Europeo concedan a España una recuperación económica que ahora mismo envidiarían Francia o Alemania, en especial considerando que el año pasado la economía ibérica cayó 1.2 por ciento.

Además, realizada la tarea de ajuste, no se logra la simpatía de una población que ha visto depauperar su nivel de vida y cómo se exilian —laboralmente hablando— sus hijos a muchos otros países, incluido México, a falta de oportunidades dignas de empleo en su entorno natural.

Y todo ello propicia una mescolanza malsana para el actual gobierno del Partido Popular, que se pierde en arenas movedizas de corrupción, escándalos a diestra y siniestra, una recuperación económica con una deflación, demanda interna y una tasa de paro que son un verdadero galimatías.

Riesgo

Hace unos días el Banco Central Europeo (BCE) decidió dejar el precio del dinero en la mínima tasa histórica de 0.05% en cuanto a refinanciamiento y de 0.20% la de depósitos a un día, aunque los bancos europeos acumulan dinero pero no lo prestan, porque hay desconfianza.

Desconfianza obvia para prestarle dinero a una población que todavía no balancea su propia economía, ni personal ni familiar: no se puede financiar a quien no tiene forma de hacer frente al pago de los adeudos.

También la gente que tiene empleo lo está pensando muy bien. La crisis ha hecho mella en todos los estratos sociales. En España, hasta las familias con títulos nobiliarios han salido a vender sus cotos de caza, palacetes y cuadros de reconocidos artistas.

La misma baronesa Tita Thyssen se deshizo de varios activos de arte hace más de un año dado que requería de liquidez. Y el ajuste del cinturón ha sido para todos, no en balde muchos lo piensan hasta dos veces para acudir a una institución bancaria para solicitar un crédito.

Pero la economía española y su recuperación, atizada ahora por la posibilidad de una triple recesión en la economía de la Unión Europea, tiene a más de un ministro en la zona común metido en un atolladero, porque saben bien que es tiempo de dar respuesta social a la población castigada con la pérdida del Estado benefactor.

Luis de Guindos, ministro de Economía de España, aceptó que “hay riesgo de que Europa sufra una tercera recesión, tras el estancamiento que la economía europea de la zona euro presentó en el segundo trimestre del año”.

De acuerdo con la Oficina Estadística Comunitaria (Eurostat), la zona euro tuvo un crecimiento cero en ese lapso, mientras que el conjunto de la Unión Europea registró un avance de 0.2% de abril a junio de 2014.

El triple estancamiento, de concretarse a partir de los datos del tercer trimestre, significaría un balde de agua fría para la población europea, cuyo desencanto por la gestión de la crisis indudablemente pasará factura en las urnas.

Secesión catalana

Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya, cumplió con el acto seudoelectoral de llevar a cabo una consulta ciudadana el pasado domingo 9 de noviembre para reivindicar, con la gente en la calle y tachando en papeletas, la separación de Cataluña del Reino de España.

De acuerdo con el periódico ABC “la Generalitat ha cifrado en dos millones 250 mil el número de personas que han participado en la jornada del 9N. De ellas, 80.72% han apoyado la opción del doble Sí-Sí; es decir, se han mostrado a favor de la independencia. Un dato calificado de gran éxito para la Generalitat que, sin embargo, arroja otras cifras: más de tres millones de catalanes decidieron no unirse a la farsa de Artur Mas y sólo un millón 700 mil de los casi seis millones de catalanes llamados a las urnas han mostrado su deseo de ser independientes”.

La mascarada de Mas no tardó en tener respuesta y fue al día siguiente que el presidente Rajoy emitió un comunicado para refrendar la soberanía nacional y la unidad de España por encima de todo.

Así lo expresó Rajoy: “Mientras yo sea presidente del gobierno la Constitución se cumplirá, la soberanía nacional está a salvo y nadie romperá la unidad de España. Ni referéndum, ni consulta. Todos estamos sometidos a la ley”.

Para el escritor Antonio Pérez Henares lo sucedido en Cataluña es una pantomima que no deja de inquietarle, dado que el asunto catalán “es la mayor amenaza que como nación hemos tenido desde nuestro nacimiento”.

Divide et impera es la consigna de Mas, y justo cuando se celebran 25 años de la caída del Muro de Berlín, en España se está levantando otro muro: el ideológico, que manipula con tenazas de mentiras históricas acerca de lenguas, geografía e historia más que común denominador, como un parapeto para dividir.

Para Pérez Henares se confunde el nacionalismo con el odiar al otro y muchos elementos comunes para los españoles se usan como elemento de agravio.

“Me preocupa lo que pase después del día 9, de esta pantomina terrible. Entre todos votamos la Constitución española. Si ahora queremos cambiarla, no es una parte quien debe cambiarla, es entre todos”.

Como él puntualiza, para ejemplificarlo con México: “Imagine que Nuevo Laredo dijera que quiere anexionarse a Estados Unidos. Oiga, perdone, pero no puede hacerlo”.

Para Ignacio Camacho, experto y columnista en temas políticos, la consulta catalana es “una farsa tolerada. Aunque la iniciativa de autodeterminación haya quedado desactivada, las instituciones de la democracia han hecho clamorosa dejación de autoridad al permitir que suceda lo que habían prohibido”.

El día D tras el 9-N probará la verdadera fortaleza del gobierno del presidente Rajoy y de su cúpula de illuminatis. Para Camacho ello implica tomar medidas que comprometan seriamente a los que han organizado la estafa y se han responsabilizado de ella, pues no puede darse “el peligroso mensaje de que las leyes y las decisiones judiciales se pueden incumplir sin que ocurra nada”.

La impunidad, afirma, “como se ha visto con los casos de corrupción, irrita sobremanera a la gente. Y es posible que por no crispar a la comunidad catalana se haya generado un sentimiento de agravio en el resto de la sociedad española, atufada por el desagradable olor de un pacto camuflado en torno de la carnavalada”.

A Mas le queda largo el camino para decir aquello de veni, vidi, vici.

Abono

El hedor de la corrupción en España es enorme: alcaldes, legisladores, políticos en distintos cargos y pertenecientes a varios partidos, la mayoría repartidos entre las filas del PP y otros del PSOE.

Cada escándalo abona como caldo de cultivo para los radicales. Pablo Iglesias, con su grupo de Podemos, sorprendieron en las urnas para llegar al Europarlamento y desde hace cinco meses gozan de creciente popularidad en España.

Su giro radical, de extrema izquierda, raya en el comunismo recalcitrante con tufillo de la URSS. El programa de Podemos no tiene ni pies ni cabeza. Se puede consultar en http://podemos.info/wordpress/wp-content/uploads/2014/05/Programa-Podemos.pdf.

La cuestión es que Iglesias ha desatado una “podemosfobia” que intenta ser contrarrestada en tertulias de medios de comunicación y en la prensa escrita, donde todos los días se hace mención acerca de los riesgos que implicaría para la gobernabilidad de España el desembarco de Podemos en el Congreso de los Diputados.

La más reciente encuesta del CIS ubica a Podemos como la primera fuerza política en intención de voto directo (17.6%) y tercera estimación de voto (22.5%). Y desde allí se barajan todo tipo de posibilidades.

Lo cierto es que JP Morgan, Barclays y Fitch, desde sus centros de estudio, observan tanto a la asonada nacionalista catalana como a la creciente presencia de Podemos en el regustillo del electorado como amenazas para la economía española y para el consenso político.

Las calificadoras advierten, inclusive, con bajar la nota de inversión de España en momentos que el país ibérico requiere avanzar a trancas y barrancas. No le ayuda el escenario externo y el interno es un caldero.

Ahora el presidente Rajoy intenta calmar un poco los ánimos con la mano en la legislación a través de varios proyectos de reforma a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, regular la devolución del dinero defraudado, suspensión de los cargos públicos, etcétera.

Empero, hay descontento entre la gente y todo eso lo saben capitalizar muy bien Iglesias y sus esbirros. El joven profesor universitario de la Complutense, de 36 años, conoce al dedillo la relevancia de las redes sociales y de estar en un plató de televisión.

En el debate él suele ser contundente enviando mensajes claros a una población que se siente damnificada de la crisis: jóvenes en paro; familias que han visto partir a sus hijos a otros países para buscar empleo; empresarios que lo perdieron todo, hasta sus casas hipotecadas e incluyendo las de sus avales, muchas veces los propios padres; inmigrantes latinoamericanos con la doble nacionalidad y que son en su mayoría de países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, esto es, que han mamado de cuna las raíces del populismo ramplón.

No obstante la figura ególatra de Iglesias asusta, así como sus propuestas radicales que por momentos dejan entrever la idea de refundar el sistema.

Muchos temen que el ascenso de Podemos en las elecciones generales meta a España en la vera de la ingobernabilidad y llegue inclusive a ser necesario un pacto histórico entre dos fuerzas yuxtapuestas como el PP y el PSOE.

Para Pérez Henares este escenario es descartable, aunque sí reconoce que Podemos está retroalimentándose de los escándalos de corrupción, que además no hacen más que aumentar el enojo de la gente.

Es, como lo él destaca, “el partido de la patada en el trasero que le vamos a dar a otros” y que proviene de una casta. “Ellos dicen que no son casta política española; es cierto: son casta política chavista. Yo lo he visto y se los he dicho públicamente”.

Pérez Henares cuenta la anécdota de que en 2007 él viajó a Venezuela junto con otros periodistas y entonces solicitaron una entrevista con el presidente Hugo Chávez. La persona del gobierno elegida para atenderlos fue Juan Carlos Monedero Fernández-Gala, politólogo y académico español, de los fundadores actuales de Podemos.

Monedero era uno de los prohombres de Chávez y estaba en nómina. De acuerdo con Pérez Henares, “él cobraba desde 2004 o 2005 casi 400 mil euros al año. Y se lo he dicho públicamente: ellos son una casta política chavista”.

Al respecto, desde su óptica, Camacho dice que “la corrupción y el agotamiento del sistema han generado un clima de ruptura que los perspicaces politólogos de la Complutense han sabido primero intuir, luego descifrar y por último utilizar como rampa de lanzamiento para su proyecto radical de populismo estatalista e igualitario. Los viejos partidos abotargados no detectaron lo que se movía bajo su averiado radar y ahora es demasiado tarde. Lo único que pueden hacer es tratar de medir el alcance del proyectil político que se les viene encima cargado de material inflamable”.

Faena

Entre los analistas se hacen números de cuántos votos más o menos podría obtener Podemos, sobre todo considerando su ascenso en la intención de voto bajo el escenario actual.

Camacho ya hizo su cálculo: “Pueden ser tres millones de votos. Con esa cifra el bipartidismo quedaría desestabilizado y directamente triturado si subiese hasta los cinco o más. A partir de siete sería una catarsis, pero nada es descartable ahora”.

Y así, en esta vorágine de espectros que se entremezclan, camina la España herida en el burladero de Las Ventas, entre novilleros improvisados que buscan hacerle una faena histórica.

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