Dallas amaneció conmocionada y llena de incertidumbre esta mañana luego de que cuatro francotiradores asesinaran a balazos a cinco policías y dejaran a siete más heridos durante una protesta por la muerte de dos hombres negros a manos de la policía.
Tres de los agresores fueron detenidos, mientras que el cuarto intercambió disparos con los agentes en un estacionamiento del centro de la ciudad, afirmando a los negociadores que pretendía hacer daño a más policías, indicó el jefe de la policía de Dallas, David Brown.
El sospechoso declaró ante los negociadores de la policía, cuando se encontraba rodeado, que sentía ira por las razones que motivaron el movimiento La vida de los afroamericanos cuenta y aseveró que no estaba afiliado a ningún grupo, de acuerdo con Brown.
Después de varias horas de negociaciones, que duraron hasta las primeras horas de este viernes, la policía intercambió disparos con el atacante aun sin identificar y se procedió a detonar un aparato explosivo para matarlo.
“No teníamos otra opción”, agregó Brown. Y añadió: “Otras alternativas habrían expuesto a nuestros agentes a un grave peligro”.
El jefe de la policía de Dallas señaló que no puede especular los motivos del atacante, más allá de lo que expreso antes de morir.
Los disparos comenzaron en torno de las 20:45 horas la noche del jueves, cuando cientos de personas se manifestaban por las muertes en tiroteos policiales esta semana en Baton Rouge, Louisiana, y un suburbio de St. Paul, Minnesota. Brown dijo a la prensa que varios francotiradores abrieron fuego contra los agentes “al estilo de una emboscada”.
Al parecer los agresores “planeaban herir y matar a tantos agentes como pudieran”, informó el jefe policial.
Imágenes de video del lugar mostraban a los manifestantes marchando por una calle en el centro de la ciudad, a un kilómetro del Ayuntamiento, cuando se oyeron los disparos y la multitud se dispersó para buscar protección.
Los ataques del jueves fueron los más mortíferos para los policías estadunidenses desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2011, según el Fondo Nacional para el Monumento a los Agentes de las Fuerzas de Seguridad, que lleva un registro de las muertes de policías en servicio.
Las autoridades no han determinado si algún manifestante estaba implicado o fue cómplice del ataque, ni están seguras de haber localizado a todos los sospechosos, informó Brown.
Cuatro de los agentes fallecidos pertenecían a la policía local de Dallas. El cuarto formaba parte del Dallas Area Rapid Transit. La agencia emitió un comunicado identificándolo como Brent Thompson, de 43 años, el primer agente muerto en acto de servicio desde que la agencia de transportes formó un cuerpo policial en 1989.
En declaraciones desde Varsovia, Polonia, donde tiene previsto reunirse con líderes de la Unión Europea y asistirá a una cumbre de la OTAN, el presidente Barack Obama afirmó que Estados Unidos está “horrorizado” por los tiroteos y que no hay justificación para los ataques. Agregó que se hará justicia y pidió a los estadunidenses rezar por los agentes caídos y sus familias. También dijo que la nación debe expresar su gratitud a quienes sirven en las fuerzas de seguridad.