El primer ministro de Italia, Enrico Letta, anunció que todos los fallecidos en el naufragio frente a la isla de Lampedusa recibirán la nacionalidad italiana, mientras la fiscalía de Agrigento, en Sicilia, acusó a los 114 adultos rescatados del delito de inmigración clandestina, que puede ser castigado con una multa de hasta 5,000 euros y la expulsión del país.
Vito Fiorino, dueño de una de las embarcaciones que se acercó a la zona de la catástrofe para auxiliar a los náufragos, denunció que la guardia costera de Italia tardó más de una hora en llegar, cuando su barco ya había rescatado a 47 inmigrantes.
Sin embargo, Fiorino podría ser detenido, ya que la legislación italiana contempla desde 2002 el delito de complicidad con la inmigración ilegal para quien introduzca en el país a inmigrantes sin permiso de entrada, incluyendo a quienes ayuden a los barcos en los que viajan.
‘Me querían impedir ir al puerto con los náufragos. Si ahora quieren detenerme por haber salvado a náufragos, que lo hagan, no veo la hora’ dijo Fiorino a la prensa en el puerto.
Lampedusa es la entrada a Europa para miles de inmigrantes, pero también un puerto peligroso, ya que las cifras aproximadas indican que en las últimas 2 décadas más de 8,000 personas han muerto frente a la isla italiana.
Con información de: El País