El secretario de estado John F. Kerry comentó que los Estados Unidos están determinados a realizar todo lo posible para salvar Siria de las injusticias del gobierno de Bashar al-Assad.
Tras 3 años de conflicto, el congreso norteamericano se muestra empático con los rebeldes Sunnis y el apoyo parece inminente. Por otra parte, el gobierno de al-Assad tiene el apoyo del grupo militante Shiita Hezbollah de Líbano.
Conforme el movimiento en contra de los rebeldes toma fuerza, el gobierno de Barack Obama lleva a cabo audiencias de crisis para discutir su posible intromisión. La victoria de al-Assad en Qusair la semana pasada fue un punto de cambio para la postura americana hacia el conflicto.
En días recientes, al-Assad mencionó que comenzaría su ofensiva contra los rebeldes en el gobernorado de Alepo al norte de Siria. Fuerzas de contención Francesas y Británicas acusaron al presidente sirio de utilizar armas biológicas.
En Washington se dice que el uso de armas biológicas es una línea roja que presiona a la acción norteamericana. Aunque se dice que el número de decesos generados por el conflicto es de 92,000, Kerry asegura que la cifra supera los 100,000.
La acción norteamericana no es definitiva, aún hay quien piensa que la intervención no será de gran ayuda y solo alargará el sufrimiento en la región. Además, los Estados Unidos se enfrentarían de forma indirecta a los Hezbollah y al gobierno Iraní, que también apoya al gobierno de al-Assad.