A lo largo de los últimos meses, el gobierno de Barack Obama ha enfrentado varios escándalos: se acusó al IRS de acosar a grupos conservadores y del Tea Party; fue blanco de críticas por el manejo de la crisis en Benghazi; y poco después se descubrió que la administración había solicitado acceso a registros de llamadas de periodistas de la agencia noticiosa AP…
Sin embargo, la popularidad del presidente se mantuvo constante. Incluso, Obama ha tenido mayor popularidad que el Congreso y sus números de aprobación superan el porcentaje de estadunidenses que están satisfechos con la dirección que lleva el país, según Gallup.
Esto hasta que un empleado de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) reveló la existencia de un programa secreto de vigilancia electrónica. Para Obama, esta parece ser la gota que derramó el vaso: una encuesta de CNN muestra un nivel de aprobación ocho puntos abajo del promedio.
Pero, ¿por qué es diferente este escándalo?
Según la encuesta de Gallup, la mayoría de las personas piensa que los programas de la NSA sirven al interés público, pero el margen entre estas y quienes lo ven como una amenaza es de apenas cinco puntos.
Algunos expertos argumentan que los otros escándalos se perciben como una batalla contra los enemigos, los republicanos, mientras que el espionaje de la NSA toca una fibra sensible de sus propios partidarios: una cosa es permitir que se investigue específicamente a grupos de derecha en asuntos tributarios y otra muy diferente que los simpatizantes de tu propio partido perciban un abuso del Poder Ejecutivo para violar la privacidad de los ciudadanos.
Niveles de aceptación
La encuesta de CNN muestra que el cambio de niveles de aceptación fue más marcado entre el grupo de 18 a 29 años. Este es también el que más pudo sentirse afectado por las revelaciones de espionaje, pues usan más el internet y están más al tanto de cuestiones de privacidad. Además, son quienes más han apoyado a Barack Obama y, por lo tanto, pueden sentirse traicionados por las promesas de campaña que rompió.
Además, Obama parece haber perdido credibilidad entre los demócratas. El diario liberal The New York Times expresó en un editorial que el presidente abusó de su poder como jefe del Ejecutivo y que la administración ha perdido credibilidad en el tema de transparencia y rendición de cuentas.
Se podría argumentar que los niveles de aceptación no son importantes para el jefe del Ejecutivo estadunidense, pues no puede reelegirse en las próximas elecciones de 2016.
Sin embargo, una baja en la popularidad puede ser grave al afectar su capacidad para negociar con los legisladores en temas muy partidistas, como la reforma migratoria y, en especial, temas de presupuesto. Además, una pérdida de credibilidad le podría afectar para comunicar su agenda al público y obtener su apoyo.
Obama se metió en problemas.