Al celebrar hoy la misa por el Domingo de Ramos, el Papa Francisco recordó a los refugiados y lamentó que por ellos “nadie se hace responsable”, justo cuando Europa acaba de determinar el cierre de sus fronteras para migrantes de Medio Oriente.
Ante más de 60 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, Francisco inició la ceremonia con la bendición de los ramos de olivo que los fieles llevaban consigo y después encabezó una procesión cargando el tradicional ramo de palma, acompañado por cardenales y obispos.
En su sermón, el líder católico repasó todos los momentos de la pasión y muerte de Jesús quien –dijo- “fue vendido por 30 denarios y con un beso por un discípulo que había elegido y llamado amigo”.
“Mientras le es negada toda justicia, Jesús padece sobre su piel también la indiferencia, porque ninguno quiere asumirse la responsabilidad de su destino”, abundó.
“Pienso en tanta gente, tantos marginados, tantos refugiados, tantos migrantes, a aquellos de los cuales muchos no quieren asumirse la responsabilidad por su destino”, siguió.
Al terminar la misa y antes del rezo del Angelus, recordó que a finales de julio tendrá lugar la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia e invitó a todos los jóvenes del mundo a encontrarlo en la tierra de san Juan Pablo II.

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