El Papa instó este 12 de enero a los dirigentes religiosos, políticos e intelectuales, especialmente musulmanes, a que condenen cualquier interpretación fundamentalista y extremista de la religión que pretenda justificar actos de violencia.
En su discurso anual a los diplomáticos acreditados ante la Santa Sede, a los cuales recibió en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano, Francisco criticó a la “cultura del descarte” que genera una mentalidad en la cual “no se respeta a nada ni a nadie”.
Denunció las “manifestaciones escalofriantes” de la propagación, en Siria e Irak, del terrorismo fundamentalista el cual, además de descartar a los seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico.