La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, fue la más votada en las elecciones presidenciales del pasado 5 de octubre, con el 44 %, y disputará una segunda vuelta con el socialdemócrata Aécio Neves (30 %) el próximo 26.
En tercer lugar quedó la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), que obtuvo el 22 % de los sufragios tras haber liderado las encuestas de intención de voto durante algunas semanas de la campaña, de acuerdo con la encuesta divulgada por el instituto Ibope y encomendada por el canal de televisión Globo.
Rousseff no logró ‘convencer’ a los votantes en esta primera vuelta, su votación disminuyó comparada con la que obtuvo en la primera vuelta en 2010 (46.9%). Una diferencia de 4 millones de votos.
¿Qué es lo que llevó a Dilma a la baja entre sus votantes? Te mostramos 5 hechos durante su mandato que le bajaron puntos.
1-. Escándalos
La presidenta se vio perjudicada directamente por la supuesta red de sobornos que se creó para conseguir contratos con Petrobras, en la época en la que Rousseff ejercía la más alta dirección política de la empresa estatal de hidrocarburos desde el Ministerio de Minas y Energía.
Al preguntarle sobre el caso, en una entrevista con el diario O Estado de São Paulo, Rousseff aseguró que ignoraba totalmente la existencia del esquema de corrupción: ‘Yo no tenía la más mínima idea de que alguien dentro de Petrobras hacía algo así’.
Las denuncias vinculadas al gigante del sector petrolero implicaron a Rousseff, porque la mandataria presidió el Consejo de Administración de la empresa estatal entre 2003 y 2011. En ese periodo fueron aprobados negocios que ocasionaron pérdidas millonarias a la empresa, y que están siendo investigadas por sospecha de irregularidades.
A ello se suma el caso ‘Mensalao', conocido como ‘el juicio del siglo’, porque destituyó a casi 40 políticos y empresarios por la compraventa de votos en el Congreso para garantizar a los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) el apoyo parlamentario necesario para sacar adelante sus iniciativas.
2-. Mundial
La popularidad de Rousseff también se vio perjudicada por los casos de corrupción que rodearon a la obras públicas para la construcción de instalaciones para el Mundial de Futbol de este año y los Juegos Olímpicos de 2016, que han estado plagados de irregularidades y que en 2012 provocaron una ola de protestas sociales.
La manifestaciones ‘Anti Mundial’ comenzaron con el intento por aumentar el precio al transporte público.
Manifestaciones, violencia, destrucción de calles, locales y casas. Desalojo de cientos de personas para la creación de nuevos espacios; además de la presión de la FIFA por los retrasos en aeropuertos, terminales y estadios hacían preguntarse a la prensa extranjera si Brasil sería un buen anfitrión para la máxima fiesta del futbol.
Para poder cumplir con el compromiso Brasil gastó más de 30,000 millones de reales (unos 13,600 millones de dólares).
3-. Espionaje
En septiembre de 2013, Edward Snowden, exagente de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos , reveló al diario The Guardian que dicho organismo había espiado correos electrónicos de empresas y gobernantes en varios países. Entre las víctimas estuvo la presidenta brasileña y la petrolera Petrobras.
En respuesta, Rousseff canceló una visita a Washington planeada para octubre del mismo año, lo que enfrío sus relaciones diplomáticas con EU.
4-. Recesión económica
El mandato de Rousseff ha generado declinaciones en los mercados financieros año tras año.
Brasil entró técnicamente en recesión luego de un primer período en el cual el índice bursátil de referencia del país cayó 23%, con lo que eliminó 300 mil millones de dólares de valor de mercado, y el real se debilitó 33%.
Muchos analistas atribuyen la contratación de la crisis en la industria y a la gran cantidad de días feriados decretados durante la Copa del Mundo celebrada del 12 de junio al 13 de julio, entre otros factores.
5-. Infraestructura
La creación de nuevas carreteras y medios de conexión afectó la economía, mantenimiento y medio ambiente de Brasil.
La construcción de vías de comunicación en las principales ciudades llevó a la migración provocando desigualdad espacial.
Otro problema es el mantenimiento de estas rutas. De acuerdo con la Confederación Nacional de Transporte (CNT), el 63% de las carreteras brasileñas tienen baches, grietas y otros defectos en el pavimento.
De acuerdo con el diario El País, la mayor critica es por la expansión de carreteras de Brasil que se produjo a expensas de los ferrocarriles y las vías navegables.
El transporte por carretera se hizo más caro y al no darle mantenimiento se volvió peligroso, lo que aumentó la tasa de mortalidad.
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