Miembros del Partido Republicano se muestran reacios a la propuesta de reforma inmigratoria que presentó el pasado martes Barack Obama, presidente de Estados Unidos, que, por cierto, apoya la iniciativa bipartidista del algunos miembros del Senado de los Estados Unidos.
Al respecto, diversos actores políticos y especialistas han opinado sobre las dificultades que enfrentará esta propuesta antes de convertirse en Ley y algunos coinciden en que el racismo es una de las razones más importantes pues es una actitud que permea entre los militantes del “Gran Viejo Partido” (o GOP, por sus siglas en inglés).
En ese sentido, Ronald Brownstein y Scott Bland, del National Journal, opinaron que la divisón del Congreso no es partidista sino racial y que en un futuro esto podría ser la ruina de los republicanos pero, por el momento, son capaces de oponerse a la integración de los migrantes a la sociedad norteamericana.
El ex secretario de Estado, Colin Powell -destacado republicano-, hace un par de semanas criticó severamente a su partido por tener una “vena oscura de intolerancia” y por el lenguaje racial que utilizan para oponerse al presidente.
“Cuando veo a la ex gobernadora Sarah Palin decir que el Presidente está ‘choreando’, se trata de un término racial de la época de la esclavitud”.
“El ‘numerito y el choro’ del Presidente Obama con esas mentiras sobre Bengasi debe terminar”. Sarah Palin
“Shuckin’ n Jivin’” era una expresión usada en la jerga afro americana para referirse a los ladrones y embaucadores.
“Otro ex gobernador, John Sununu, después del primer debate del Presidente, donde no le fue muy bien, dijo que el presidente estuvo ‘lento’ (…), ahora no significa nada para la mayoría de los estadunidenses, pero para los negros, el otro significado es perezoso”.
“Lo que vimos anoche, creo, fue un presidente que reveló su incompetencia, cuan ‘lento’ y distante está...”. John Sununu
“Lazy” es la palabra para referirse a la gente de color como vagos, flojos y sin ambiciones.
Es obvio que los miembros del GOP han sido irrespetuosos, tienen como principio fundamental oponerse a cualquier iniciativa de la Casa Blanca y se oponen a mirar a las minorías, por lo que es fácil adivinar que pondrán trabas a la reforma inmigratoria.
Por lo pronto, el presidente Obama ya advirtió a los líderes republicanos de la Cámara de Representantes que si no apoyan esta reforma tendrán que atenerse a las consecuencias electorales – la última elección es la prueba- y que, en ese caso el mismo Obama mandaría un proyecto de Ley basado en su reforma inmigratoria para que sea votada por los legisladores.