PAN, PRI Y PRD: tiempo de retos

La renovación de las dirigencias nacionales es parte de los efectos y consecuencias de la jornada del pasado 7 de junio.

PAN, PRI Y PRD: tiempo de retos
Foto: NTX
Redacción
Nacional
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Por: Á. Hernández, J. A. Caporal y N. Vázquez

Teniendo como trasfondo los resultados de los recientes comicios del 7 de junio último, los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Revolucionario Institucional (PRI) entraron en procesos internos para elegir a sus respectivos nuevos presidentes teniendo en mente por lo menos un objetivo común: enfrentar con éxito los retos que presenta el nuevo mapa político del país.

Y, sin duda, el principal de esos desafíos será para estos y el resto de los institutos políticos nacionales posicionarse de la mejor manera posible en las elecciones de 2016 y 2017 para llegar fortalecidos y con mayores oportunidades de triunfo a los comicios presidenciales de 2018.

Así, pues, la renovación de las dirigencias nacionales de PRI, PAN y PRD necesariamente parte de los efectos y consecuencias de la jornada del pasado 7 de junio; pasa de manera inevitable por el análisis de los diversos escenarios electorales que podrían concretarse en los próximos tres años; y, por supuesto, toma en consideración el contexto económico y social que vive hoy el país.

Pero además de estas coincidencias, cada uno de los tres grandes partidos políticos de México debe hacer frente a desafíos muy particulares en los nuevos tiempos que vive la nación.

Analizamos en estas páginas caso por caso, en estricto orden alfabético.

PAN: operación cicatriz

Acción Nacional celebrará la elección de su nueva dirigencia el domingo 16 de agosto, con la participación de dos planillas que encabezan el diputado federal Ricardo Anaya Cortés y el senador Javier Corral Jurado.

El relevo de Gustavo Madero como líder nacional durante cinco años adquiere gran relevancia para el PAN porque el nuevo presidente nacional enfrentará retos como tratar de conciliar las pugnas internas que han caracterizado la vida del partido en los años recientes y reestablecer los principios partidarios como forma de cohesión que permita procesar los conflictos de los distintos grupos.

Además, el nuevo liderazgo blanquiazul tendrá la responsabilidad de buscar el retorno a la Presidencia de la República en 2018, pero antes habrá de hacer frente a los procesos electorales de 2016, en el que estarán en disputa doce gubernaturas, y 2017, cuando se renovarán otras dos gubernaturas.

Resultados y críticas

El cambio de dirigencia panista se da después de las elecciones intermedias del 7 de junio en las que el PAN no logró el avance electoral previsto, ya que si bien retuvo la gubernatura de Baja California Sur y recuperó la de Querétaro, perdió en cambio en Sonora, Colima y San Luis Potosí.

A nivel nacional, sin embargo, el panismo registró avances en la elección pasada, ya que pasó de gobernar a once millones 326 mil mexicanos en 2012, a 15 millones 107 mil este año, lo que representa 34% más.

Por lo que hace a los Congresos locales pasó de 79 diputados en 2012 a 112 legisladores estatales, lo que representa 41% más de diputados, además de que aumentó su número de legisladores en once de 16 legislaturas locales.

No obstante, los resultados obtenidos en el proceso electoral reciente no dejaron satisfecho a todo el panismo: el ex presidente Felipe Calderón, por ejemplo, criticó con dureza al presidente del partido por los resultados negativos obtenidos, mientras que su esposa, Margarita Zavala, en un mensaje invitó a los militantes panistas a reflexionar sobre el futuro: “Es evidente que la dirigencia nacional de este partido tuvo otras prioridades; incluso en otras campañas me dio la sensación de un abandono a nuestros candidatos”, aseguró la ex primera dama del país.

Juventud y capacidad

El diputado federal con licencia Ricardo Anaya Cortés es uno de los dos aspirantes a la presidencia del PAN, a quien se le ha criticado que representa la continuidad de la dirigencia de Gustavo Madero.

Entre los integrantes de su plantilla se encuentran figuras como la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota; el ex secretario de Gobernación y ex senador Santiago Creel Miranda; el primer gobernador panista en Baja California, Ernesto Ruffo Appel, y la ex candidata a la gubernatura de San Luis Potosí, Sonia Mendoza Díaz.

El decálogo de Anaya Cortés para transformar al PAN en un partido que esté abierto a los ciudadanos, que esté unido, que dé prioridad a la agenda de formación y capacitación de militantes, organizado, que busque una buena imagen y renovado, tendrá una línea programática definida: será una posición firme y valiente, impulsará buenos gobiernos a los ciudadanos, será transparente e íntegro y, por último, ganador.

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Retomar el rumbo

El otro aspirante es el senador por Chihuahua, Javier Corral Jurado, quien incorporó a su planilla al ex secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, José Luis Luege Tamargo; a la ex directora del DIF Ana Teresa Aranda Orozco; al ex gobernador de Guanajuato y actual senador Juan Carlos Romero Hicks, y al ex gobernador de Nuevo León, Fernando Canales Clariond.

Al registrarse como candidato, Corral Jurado señaló que su candidatura abre un camino de esperanza en la competencia de Acción Nacional, el cual también sirve para reencontrarse con el ejercicio de la libertad: “Vi, en un meteórico recorrido que hice por diez entidades del país, la esperanza de mucha gente. Desean que el PAN retome su rumbo, que vuelva a ser un instrumento de México”, resaltó.

Identidad

Durante el debate que sostuvieron ambos, Javier Corral convocó a una rebelión de las bases a fin de recuperar al PAN para los ciudadanos, donde se recupere también la calidad moral para enfrentar el deterioro institucional que vive el país.

Afirmó que el partido debe regresar a sus orígenes, volver a ser escuela, orquestador de bien común, en el que los panistas sean considerados personas con personalidad libre y donde el bien común sea la capacidad de reconocer errores propios y externos.

Ricardo Anaya planteó a su vez que el partido está a tiempo de asumir una profunda regeneración del sistema político, empezando por el partido con unidad.

Expuso que es tiempo de rencuentro, de unidad y reconciliación, así como de volver a poner el acento en la capacitación de los militantes, realizar un PAN organizado donde haya una reingeniería del proceso de afiliación y propuso ser implacables contra la corrupción con órganos autónomos para investigar y sancionar a quien cometa actos de corrupción.

El que triunfe en la elección interna del domingo 16 tomará las riendas de un partido que tiene en sus manos seis gubernaturas (Baja California Sur, Baja California, Guanajuato, Oaxaca, Puebla y Sinaloa), 439 presidencias municipales, 38 escaños en el Senado de la Repúblicas y 108 diputados federales.

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PRD: crisis interna

Carlos Navarrete Ruiz, en su calidad de presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, anunció la semana pasada su disposición a renunciar al cargo para que los perredistas designen a un liderazgo que haga frente a sus retos inmediatos: los comicios de los próximos tres años y, sobre todo, la necesidad de mantener la unidad partidista.

Sin haber cumplido todavía un año como presidente nacional del partido del sol azteca —su periodo concluiría en octubre de 2017—, Navarrete se ha visto orillado a dejar la dirigencia nacional luego de los malos resultados electorales que obtuvo en los comicios del 7 de junio, en los que si bien es cierto que recuperaron la gubernatura de Michoacán, también lo es que perdieron la de Guerrero, al igual que un importante número de delegaciones en el Distrito Federal, así como diputaciones federales, entre otros cargos.

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Ello se suma al importante número de legisladores y dirigentes que entre el año pasado y el actual renunciaron a su militancia partidista, sobresaliendo los nombres de Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas.

El propio Navarrete señaló que “el PRD no puede seguir como está” y por ello debe, en primer lugar, escuchar el mensaje de las urnas: “No podemos cerrar los ojos ni los oídos a lo que los electores mexicanos nos dijeron a todos los partidos, pero particularmente al PRD, el pasado 7 de junio”.

En este sentido, dijo Navarrete, la dirigencia nacional que encabeza ha elaborado un documento con propuestas encaminadas a fortalecer al partido.

Primero, señaló, debe quedar claro que el PRD “se debe anclar en una posición claramente de izquierda opositora”. Segundo, el partido debe acompañar y verificar a los gobiernos que gana en las urnas. Tercero, una mayor coordinación con sus grupos parlamentarios y vigilar que estos voten en concordancia con los postulados del partido.

También señaló que el PRD revisará su política de alianzas electorales, así como su apertura a candidaturas de ciudadanos independientes, sin olvidar que les urge el relevo generacional en los cuadros dirigentes.

Y advirtió Navarrete que para llevar a la práctica las propuestas que se han formulado, los dirigentes deben incluso estar listos y dispuestos a colocar sus “cargos a disposición de los órganos partidarios para que tomen las medidas que sean necesarias”.

Al respecto, aseveró: “Los dirigentes somos pasajeros; cumplimos etapas, metas y objetivos, pero siempre hay que colocar el colectivo partidario, que es referente de más de cuatro millones 300 mil electores por encima de cualquier visión personal o de cualquier interés individual de cualquiera de los dirigentes partidarios, empezando por el presidente nacional”.

Es así que a partir del pasado viernes 7 de agosto el presidente nacional y el resto de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional pusieron sus cargos a disposición del Consejo y Congreso nacionales que celebrarían sesión el domingo 9 de agosto, por lo que es muy probable que para estos días ya exista una nueva dirigencia nacional, sea electa o interina.


La propuesta para fortalecer al @PRDmexico presentada al Consejo Nacional no sólo implica cambio de dirigentes, entre otras cosas incluye: — Carlos Navarrete (@Navarretecarlos) agosto 10, 2015

Transformación y diálogo

Días antes de poner sobre la mesa su renuncia, Carlos Navarrete consideró que las corrientes internas del partido están obligadas a transformarse porque de lo contrario terminarán siendo el principal lastre que el partido tenga: “Nuestro partido es plural, es diverso; así nació, así seguimos siéndolo; pero llegó el momento de que por encima de grupos internos, de presión de expresiones o de corrientes partidarias coloquemos el interés del PRD, para que el PRD le sea útil a México: ese es el objetivo principal”.

Otro punto que se deberá analizar, dijo, es la relación que se tendrá con las otras fuerzas políticas de izquierda de cara a los procesos electorales de 2016 y, sobre todo, los de 2018. Y en esto, añadió, se incluye a Morena y al futuro candidato presidencial de ese partido, Andrés Manuel López Obrador: “La izquierda nunca ha triunfado cuando está dividida”.

En este sentido, sostuvo que “requerimos buscar mecanismos de recuperar el diálogo básico el conjunto de las fuerzas de izquierda. El PRD tiene la obligación de planteárselo como una iniciativa política. No sé qué respuesta tengamos, pero estamos en la obligación de lanzar una iniciativa política en ese sentido de reunificación de las fuerzas progresistas, porque la apuesta de profundizar la fractura en la izquierda y pensar que uno solo de los partidos será capaz de enfrentar exitosamente al PRI y a sus aliados en 2018 es una apuesta equivocada”.

Finalmente, sobre los malos resultados electorales que le recriminaron, Carlos Navarrete respondió: “Somos la primera fuerza de izquierda, con cuatro millones 350 mil votos, 61 diputados federales, una gubernatura, 140 ayuntamientos ganados… El PRD existe y es una fuerza política muy importante: la tercera a nivel nacional, de acuerdo con las cifras”.

Y remató: “Hicimos un gran trabajo, un gran esfuerzo, que hay que reconocerle a miles y miles de perredistas en todo el país, a sus candidatos y candidatas, a sus equipos, sus dirigentes. Hicimos la tarea. Libramos el huracán y trajimos a puerto seguro el barco del PRD, no zozobró”.

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PRI: cambio de estafeta

Tres años después de recuperar la Presidencia de la República, el Partido Revolucionario Institucional mantiene una constante reorganización cuyo principal objetivo es conservar las riendas administrativas del país desde el Poder Ejecutivo, la mayoría de las gubernaturas y numerosas presidencias municipales, además de muchos de los Congresos locales, en un escenario cada vez más difícil de remontar frente a una sociedad cuyas exigencias son cada vez mayores, reconocen analistas.

Por el momento, ante al próximo cambio de estafeta en su Comité Ejecutivo Nacional (CEN), el PRI deberá encarar un primer desafío mayúsculo en 2016: salir avante y ganar las doce gubernaturas que estarán en disputa el año entrante, para lo cual deberá refrendar la victoria en nueve estados que ya son priistas y recuperar Puebla, Sinaloa y Oaxaca.

Con ese primer objetivo prioritario, la fórmula Manlio Fabio Beltrones-Carolina Monroy buscará revitalizar al partido.

Y es que según expertos el sonorense cuenta sin duda con una reconocida capacidad, experiencia, trabajo político y legislativo, así como una lealtad institucional a toda prueba.

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Proceso

Con base en la ordenanza del Consejo Político Nacional en su XXXIII sesión extraordinaria, la Comisión Nacional de Procesos Internos (CNPI) del PRI discutió, aprobó y emitió el pasado jueves 6 de agosto la convocatoria para la elección de los titulares de la presidencia y la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional de ese instituto político para el periodo estatutario 2015-2019.

Encabezados por el presidente de la CNPI, Jorge Lescieur, los comisionados aprobaron también el manual de organización para el proceso interno de elección y los formatos para que los participantes acrediten el cumplimiento de los requisitos de la convocatoria.

El documento aprobado se difundió en los estrados de la propia Comisión y en la página electrónica del partido, con certificación del notario público número 241, Sergio Rea, quien también dio fe de los trabajos de la sesión de ese organismo interno.

Así, los miembros de la CNPI coincidieron en que la convocatoria prevé todos los posibles escenarios que pudieran presentarse en el proceso y anunciaron que el próximo lunes 17 de agosto, de las 12:00 a las 14:00 horas, se recibirán las solicitudes de registro de las fórmulas interesadas en participar en el proceso, para lo cual se declaró como recinto oficial de la comisión el salón Alfonso Reyes de la sede nacional del PRI.


La renovación de la dirigencia del @PRI_Nacional arranca en un clima de unidad y de entusiasmo por participar para la prosperidad de México. — César Camacho (@CCQ_PRI) agosto 7, 2015

Metas

Al respecto, el presidente del CEN priista, César Camacho, convocó a la militancia a participar en la renovación de la dirigencia nacional del tricolor en unidad activa y en colaboración, para lograr que ese organismo de representación popular se consolide “como el gran partido de México”.

Más allá de proyectos personales o grupales, “todos legítimos, todos respetables, está el interés superior de México, que es aquel por el que trabaja el PRI”, subrayó Camacho.

Y añadió: “Hoy iniciamos, con el pie derecho y pisando fuerte, el proceso de renovación de la dirigencia nacional y estaremos a la altura de las circunstancias y de las expectativas ciudadanas”.

Mencionó que “la elección interna marcha sobre rieles; ha generado interés, por supuesto, de la militancia; pero qué importante es registrar que los ojos de la sociedad mexicana están puestos en el partido: vamos a estar a la altura de las circunstancias y de las expectativas ciudadanas. No solo es un deber jurídico y político: es una obligación ética que contraemos con absoluta responsabilidad”.

Camacho Quiroz celebró que por fortuna su instituto político cuenta con muchas opciones muy buenas para sucederlo en el cargo y garantizó que los diez mil priistas que integran los Consejos Políticos Estatales, del Distrito Federal y el Consejo Nacional elegirán a la mejor fórmula.

El líder priista destacó que el tricolor es un partido vivo y vibrante que dará batalla no solo en lo político y lo electoral, sino también en lo social, para seguir siendo el partido por el que opte la inmensa mayoría de los mexicanos, militantes y no militantes. “Vamos a hacer que no únicamente haya interés de los priistas sino de la sociedad abierta toda y de un electorado cada vez más protagónico, para que estemos a la altura de nuestro tiempo, para que seamos el protagonista del esperanzador siglo XXI”, afirmó.

Finalmente, el político mexiquense convocó también a “cerrar filas” en torno del proyecto político del presidente Enrique Peña Nieto, “no solamente para honrar compromisos formales, sino para darle cauce, propósito y destino a un proyecto de país en la institucionalidad, en la legalidad y con sentido de oportunidad”.

Saldos

En las elecciones del pasado 7 de junio hubo triunfos y derrotas para el PRI: aunque sufrió el voto de castigo en la Cámara de Diputados con 203 legisladores, cifra menor a los 214 que tenía en la Legislatura saliente, mantiene su mayoría en alianza con el Partido Verde sumando de este último a sus 47 congresistas.

En el ámbito de las nueve gubernaturas que se disputaron en la primera semana de junio, también la situación fue un tanto equilibrada, ya que de igual forma el PRI ganó las elecciones en cinco estados: San Luis Potosí, Colima, Campeche, Sonora y Guerrero, aun cuando perdió Nuevo León y Querétaro.

Asimismo, el PRI tendrá mayoría absoluta en cinco de los 16 Congresos estatales renovados, entre ellos los de Campeche, Guerrero, Estado de México, Sonora y Yucatán.

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En camino

Es de esta manera que los liderazgos se reacomodan en los principales partidos políticos del país y empieza, aunque parezca todavía lejana la fecha, la recta final hacia la elección presidencial de 2018: la contienda ha comenzado.

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