A raíz de múltiples estudios epidemiológicos, clínicos, y de biología molecular, se ha identificado que ciertas sustancias químicas, virus, genes y agentes físicos son los responsables de producir un crecimiento anormal o alteración en las células de los tejidos, mejor conocido como cáncer, así como las condiciones de vida, diferencias ambientales, hormonales, de resistencia inmunológica y hereditaria que aumentan la susceptibilidad de presentar esta enfermedad.
Pero al mismo tiempo que se han descubierto los factores de riesgo para este mal, se ha logrado diseñar diversas terapias, desde preventivas —como vacunas— hasta terapéuticas —como químioterapia, radiación, crioablación—, y en fase de estudio se encuentra el uso de
nanotecnología e hipertermia magnética.
Para ganar la batalla contra el cáncer es de vital importancia realizar medidas de prevención y diagnósticos a tiempo, lo que impide que avance la enfermedad y salve vidas.
“Los tumores malignos son una de las principales causas de enfermedad en México, pero hasta 40% de ellos se evita si se eliminan los factores que contribuyen a su desarrollo, como el consumo de tabaco y de grasas en exceso, el sobrepeso y la obesidad”, asevera Abelardo Meneses García, director general adjunto médico del Instituto Nacional de Cancerología (Incan) de la Secretaría de Salud (SSA).
Y es que de acuerdo con las autoridades sanitarias en las próximas tres décadas se van a presentar 50% más casos de cáncer; uno de cada tres mexicanos tendrán algún tipo de neoplasia; 70% de ellos podrán curarse, si se detecta en forma oportuna; es decir, si los especialistas, investigadores, autoridades y pacientes cumplen cada quien con su parte.
Prevención
De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se espera que las muertes por neoplasias sigan en aumento y alcancen la cifra de doce millones para 2030, por lo que en el marco del Día Mundial contra el Cáncer —que se conmemora este 4 de febrero— autoridades sanitarias, especialistas, científicos y población están comprometidos a realizar todo lo posible para detener la avalancha de casos.
Por lo anterior, Meneses García detalla que existen neoplasias susceptibles de diagnosticarse oportunamente por métodos accesibles, lo que impide que avancen y causen la muerte.
Por ejemplo, señala, “el cáncer cérvico uterino se puede detectar con Papanicolau o citología exfoliativa; el de mama, a través de la mastografía y ultrasonido; de colon, con la determinación de sangre en heces fecales y rectosigmoidoscopia; de próstata, con determinación de antígeno prostático específico en hombres mayores de 50 años de edad y el tacto rectal digital; y el de piel mediante la exploración dermatológica”.
El especialista destaca que para reducir la posibilidad de padecer esta enfermedad es importante incluir en la alimentación diaria, frutas y verduras, así como un programa de actividad física cotidiano, evitar la exposición a sustancias cancerígenas en el trabajo, usar filtros solares y cubrirse del sol con sombrero.
Crioablación, alternativa eficaz
Una de las terapias más novedosas para tratar neoplasias es la crioablación. Se trata de una técnica que permite destruir las células tumorales a través del frío, con temperaturas que llegan de -80° a -120° centígrados, explica Juan Manuel Ruiz Molina, jefe del Servicio de Gastroenterología del Incan.
La crioablación o crioterapia —congelamiento in situ del tejido— primero se aplicó en cáncer de próstata y posteriormente se utilizó en casos renales, hepáticos y ganglionares, entre otros; donde muchas eran lesiones imposibles de operar debido a su complejidad de abordaje o su cercanía con grandes vasos.
Ruiz Molina comparte que el procedimiento se puede aplicar en cualquier lesión con tejido “macizo” y cuyas dimensiones no sobrepasen los cinco centímetros, pero en caso de ser mayor a esta se puede aplicar como forma de disminuir la lesión, para posteriormente intervenirla quirúrgicamente o para aplicar una nueva sesión de crioablación.
En la actualidad la crioablación se utiliza en pulmón, cardio, seno, utero, riñón, hígado, huesos y próstata, explica Antonio Tellitud, director de Endocare México. Entre los beneficios de esta técnica están: tiene una mínima invasión al organismo, utiliza anestesia local, es un procedimiento selectivo que no daña los nervios disminuyendo los eventos adversos y es casi ambulatorio.
Nanotecnología oncológica
Científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Saltillo, logran eliminar células cancerígenas óseas en menos de 15 minutos en pruebas en laboratorio, con una efectividad de 90% en la destrucción de tumores, con la aplicación de nanotecnología e hipertermia magnética.
Dora Alicia Cortés Hernández, investigadora del área de nanomateriales del organismo, refiere que se trata de una terapia menos invasiva y riesgosa que las existentes, porque no es necesario extirpar el órgano afectado, y más económico, porque requiere menos sesiones.
Cortés Hernández precisa que la nueva técnica, cuya efectividad para combatir el cáncer de mama ya también se empieza a analizar, consiste en recubrir con un polímero bioactivo las nanopartículas, que luego son colocadas en un fluido químico similar a la sangre e inyectada vía intravenosa.
Hasta el momento, los experimentos se han realizado in vitro, por lo que el siguiente paso es aplicarlo en ratones; se calcula que de continuar los buenos resultados, la técnica podría estar lista en tres años para llevarla en pruebas controladas con pacientes.