En la temporada otoño-invierno las afecciones que más aquejan a las personas son las gripes o catarro común, la influenza y las alergias. Sin embargo, para poder diferenciar unas de otras es importante poner atención a los síntomas, los cuales son parecidos pero la fiebre es un elemento que ayudará a determinar que se trata de un cuadro infeccioso, ya sea por virus o bacteria.
Para empezar, la gripe es un proceso infeccioso ocasionado por virus de influenza (son cinco), pero los tipos A, B y C son los que más afectan al hombre y producen el cuadro conocido como gripe, explica el infectólogo pediatra Javier Ortiz Ibarra.
Precisa que el catarro común produce un ataque al estado general, flujo nasal (es una reacción natural del organismo para tratar de atrapar a los virus en su paso por las vías respiratorias altas), tos que tiende a ser productiva. “En este cuadro la mejoría se presentará de 48 a 72 horas”, refiere el especialista.
En cambio, la influenza es una enfermedad sistémica que produce dolor de cabeza intenso, detrás del globo ocular, en el pecho, muscular y articular, así como poca producción de secreción. “A diferencia de la gripe y del cuadro de influenza, en la rinitis alérgica nunca cursará el paciente con fiebre. Con las alergias no existe la presencia de un alergeno dentro del organismo, sino que habrá una respuesta local (estornudos en salva, flujo nasal transparente, ojos llorosos)”, explica.
Reacción exagerada
En el caso de las alergias, comenta por su parte Carlos León Ramírez, director del Centro de Asma y Alergia de México (CAAM), son un grupo de enfermedades causadas por una reacción exagerada de nuestro organismo a estímulos externos, denominados alergenos, como polen, ácaros, caspa de animales, hongos de la humedad o a determinados alimentos.
El alergólogo precisa que las alergias afectan distintas partes del organismo humano, desde la piel, el sistema respiratorio y el tracto gastrointestinal y dependiendo del órgano afectado, serán los síntomas.
Esta condición afecta a 40% de la población mundial y en general no tiene cura, pero los fármacos disponibles pueden controlar los síntomas y aliviar el problema.
De hecho, no someterse a tratamiento médico puede favorecer el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas y desencadenar afecciones más severas, como asma o fibrosis pulmonar. Las más comunes que presentan los mexicanos son rinitis alérgica en 30%; asma, 10%; dermatitis atópica, 5%; y la alergia por alimentos entre 1 y 3% de la población, asegura Carlos León.
¿Desaparecen con la edad?
Pese a que las alergias son muy comunes y hay terapias para minimizar sus efectos (fármacos, vacunas, entre otros), se desconocen los detalles de los mecanismos moleculares que las desencadenan, por lo que se investiga este proceso para identificar blancos terapéuticos a fin de mejorar los tratamientos actuales.
Claudia González Espinosa, del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, destaca que algunas alergias desaparecen con la edad debido a que se dejan de producir ciertas hormonas o la persona se aleja del alérgeno responsable de su afección, pero lo más aconsejable es que al detectar que se tiene este padecimiento el paciente se someta a tratamiento médico.
Hay varios factores que llevan a que una persona desarrolle alergias: desde la predisposición genética (condición que se conoce como atopia), hasta la historia de estímulos inmunológicos que haya tenido una persona.
Existe, por ejemplo, una hipótesis que propone que la ausencia de exposición a bacterias en la infancia ocasiona una mayor probabilidad de desarrollar alergias en la edad adulta, por lo que es necesario seguir investigando sobre los mecanismos de maduración del sistema inmune.
Cuando el ambiente se reseca la mucosa tiene poca humedad y se producen pocas cantidades de moco, lágrimas, además de que la piel se agrieta, facilitando la entrada de alérgenos, explica la investigadora.
Gripes
La infección que da lugar a un resfriado o gripe siempre es de origen viral; de ahí que es importante aclarar que utilizar antibióticos solo es recomendable en el caso de que se trate de una infección de origen bacteriano, por lo que no tiene sentido utilizarlos frente a los virus.
Durante la temporada invernal aumenta el riesgo de contraer enfermedades de vías respiratorias altas: nariz, laringe y garganta, y bajas: tráquea bronquios y pulmones; así como enfermedades oculares y de piel, advierte Francisco Pascual Navarro Reynoso, director general de la Coordinación de Hospitales de Referencia de la Secretaría de Salud.
Asevera que en esta temporada aumentan las consultas en los servicios de salud por enfermedades de vías respiratorias, sobre todo en niños y adultos mayores de 65 años, así como personas con enfermedades crónicas, que son los grupos más vulnerables ante estos padecimientos.
De acuerdo con el Boletín epidemiológico del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, en lo que va del año se han presentado 20 millones 789 mil 934 casos de infecciones respiratorias agudas en México.
Los especialistas recomiendan evitar los cambios bruscos de temperatura, así como el saludo de mano o beso en la mejilla si se está enfermo, y utilizar cubrebocas y alimentarse adecuadamente con frutas y verduras de la temporada.
También es fundamental la vacunación contra influenza y acudir de inmediato al médico ante los primeros síntomas respiratorios; de lo contrario, los padecimientos en vías respiratorias pueden evolucionar a neumonías o bronconeumonías y requerir hospitalización.