Si sus hijos en edad escolar presentan desgano, somnolencia, pérdida de memoria, baja capacidad de concentración y trastornos de la conducta los responsables podrían ser algunos de los más de 100 tipos de parásitos intestinales que afectan a 20% de la población infantil en México y son causa de anemia, trastornos en el desarrollo físico, cognitivo, retraso en el crecimiento y desnutrición.
Alfredo Morayta Ramírez, ex presidente de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, explica que los parásitos intestinales afectan con mayor frecuencia a los niños entre el primer y el tercer año de vida, debido a su inmadurez inmunológica y poco desarrollo de hábitos higiénicos, lo cual les provoca diarrea, mala absorción de nutrientes, pérdida de sangre e intolerancia a azúcares y vitaminas, con posible desnutrición.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) los parásitos intestinales en los niños disminuyen sus posibilidades de crecer, desarrollarse y aprender.
Sin embargo, si reciben tratamiento adecuado y oportuno, la parasitosis no afectará su memoria a corto y largo plazo, ni su capacidad de razonamiento y de comprensión de lectura.
Igualmente, un reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que una persona que se infecta con parásitos intestinales y no sigue un tratamiento médico pierde en promedio 3.75 puntos de cociente intelectual a consecuencia de la infección.
Decaimiento y mareos
El infectólogo pediatra explica que los parásitos segregan sus toxinas y una sustancia llamada histamina, que es vasodilatadora, misma que provoca la caída de la tensión arterial y causa cansancio, decaimiento, mareos y cefaleas.
La parasitosis es la infestación de diversos tipos de parásitos que pueden causar daños de acuerdo a su tipo o la agresión a la mucosa. Puede ser de dos clases: por helmintos y por protozoos. Los helmintos son gusanos como áscaris lumbricoide y Tenia, mientras que en el grupo de protozoos hay amibas, entamoeba histolytica y giardia intestinali.
Las amibas en el intestino consumen los nutrientes de los alimentos y no dejan que el organismo los absorba; por ello algunos niños presentan cuadros anémicos o desnutrición.
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