Existe riesgo de generar adicción a estar conectado permanentemente a las redes sociales, es decir, se crea una fuerte dependencia sicológica a estar en línea para compartir experiencias o estar pendiente de lo que otros comparten, advirtió Cecilia Bautista Rodríguez, subdirectora de Enseñanza, Investigación y Capacitación del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez de la Secretaría de Salud.
“Cuando no existe un límite claro, entonces se genera un estado de ansiedad, mejor conocido como ‘miedo a perderse algo”, señaló
La ansiedad, que afecta a 3% de la población en México, está muy relacionada con cuadros de depresión, misma que sufre 2% de los mexicanos, y ambos trastornos requieren atención médica especializada que incluye terapia y tratamiento farmacológico.
“Hemos tenido en el hospital pacientes deprimidos realmente porque los ignoran, porque rechazan sus mensajes o imágenes en el muro. Y entonces piensan que ya no tienen nada: el mundo se acaba para ellos”, refiere la especialista.
Los sujetos que se han hecho tan afectos a las redes sociales siempre están conectados a cualquier tipo de dispositivos que los tengan al tanto de lo que sucede en el ciberespacio, dice: “Trabajan, estudian, comen con el celular a un lado. Todo el tiempo lo están revisando. Tienen la necesidad de suplir con estos contactos lo que ellos en la vida real no han podido realizar personalmente”.
Cuando una persona descubre a través de las redes sociales que su círculo social se encuentra en alguna actividad que no lo involucra, agrega, “la ansiedad afecta sus procesos mentales, interfiriere con su capacidad de análisis y deteriora su funcionalidad.
Los síntomas de la ansiedad son:
- Aumento de tensión muscular
- Mareos
- Sudoración
- Palpitaciones
- Intranquilidad,
- Nerviosismo
- Preocupación excesiva
- Miedos irracionales
- Ideas catastróficas.
Sector afectado
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre los trastornos mentales los de ansiedad son muy frecuentes, suelen iniciar en la adolescencia y tienen su máxima prevalencia en la etapa más productiva de la vida laboral, social y afectiva.
Las personas que padecen este trastorno tardan mucho en buscar atención o recibir ayuda adecuada, lo que favorece la cronificación y predispone a generar depresión y discapacidad asociada con la misma.
Cuando al trastorno de ansiedad provocado por la adicción a las redes sociales se suma el vivir en un ambiente familiar violento, con eventos de vida traumáticos, la comorbilidad con depresión o el abuso de sustancias dañinas como alcohol y enervantes se incrementan.
“Las complicaciones por no atender oportunamente el trastorno provocan pérdida de años de calidad de vida, de productividad laboral, la necesidad de internamiento hospitalario, desarrollo de cuadros depresivos o incluso el suicidio”, advierte Bautista Rodríguez.
Depresión incapacitante
La falta de concentración y la disminución en la velocidad de procesamiento mental afectan la funcionalidad de los pacientes que sufren depresión, lo cual genera un desempeño pobre en las actividades diarias, que se traduce en pérdida del trabajo, bajo rendimiento académico y problemas en las relaciones interpersonales, explica s su vez Catherine Harmer, profesora e investigadora de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
Resalta que la depresión es una patología médica frecuente que puede afectar a cualquier persona y se asocia a una amplia variedad de síntomas emocionales, físicos y del pensamiento, que en los casos más graves se relaciona con pensamientos suicidas y autolesiones.
“Los pacientes con depresión presentan problemas en su capacidad de pensamiento, por lo que se les dificulta aprender información nueva, memorizar y tomar decisiones. Por ello es importante su detección y tratamiento oportuno, a fin de que el paciente puede recuperar su funcionalidad y su calidad de vida al mismo nivel que tenía previamente”, afirma.
Sobre su investigación para entender cómo funcionan los medicamentos antidepresivos, cómo desarrollar mejores respuestas a los mismos y cómo ayudar a predecir si están dando resultados positivos desde las fases tempranas del tratamiento, revela que “cuando los pacientes presentan actitudes negativas en el proceso emocional generan un círculo vicioso que empeora la depresión”.
En este sentido, comenta que “las teorías que tenemos sobre el funcionamiento de los antidepresivos apuntan hacia la resolución rápida de las áreas afectivas negativas, lo cual se asocia con mejoría gradual del estado de ánimo, en el funcionamiento social y en los síntomas del pensamiento asociados”.