El riesgo de presentar una trombosis (formación de un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo) se incrementa cuando la persona está inmovilizada en el hospital por alguna cirugía, tiene yeso o férula que la mantiene en una sola posición, supera la quinta década de la vida, tiene sobrepeso, consumo tabaco, y/o presenta hipertensión o diabetes.
Esta condición la sufren anualmente 52.8 millones de personas en el mundo, de las cuales 12.9 millones no lograrán superarla en 2016, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, la trombosis es la quinta causa de muerte y se estima que cada año se presentan entre 400 mil y 500 mil casos, lo que la ubica como un problema de salud pública.
Trombos
Para incrementar las medidas preventivas en los servicios de salud, y en el marco del Día Mundial de la Trombosis (el 13 de octubre), especialistas en hematología exhortan a las autoridades del sector salud a impulsar acciones para disminuir el número de muertes por trombosis, la cual se puede prevenir y tratar oportunamente.
Manlio Márquez, secretario de la Sociedad Mexicana de Trombosis y Hemostasia, dice que existe una estrategia de la OMS para la prevención y control de las enfermedades no transmisibles, que tiene por meta reducir en 25% la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares para 2025; de cumplirse tal objetivo, se salvarán las vidas de casi tres millones de personas tan solo en el continente americano.
“La trombosis es un trastorno silencioso subyacente, que actúa como mecanismo común de los tres principales asesinos cardiovasculares: infarto del corazón, accidente vascular cerebral (AVC) y tromboembolia venosa. Estos eventos pueden ocurrir durante y después de una hospitalización, por lo que se debe proporcionar información sobre todas las formas de trombosis”, expone el especialista.
Precisa que en particular preocupa la tromboembolia venosa, que se caracteriza por producir coágulos sanguíneos en las venas profundas de las extremidades inferiores, los cuales suelen desprenderse y se dirigen a los pulmones, donde generan más complicaciones y el riesgo de muerte para el paciente.
El presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología, Erick Alexanderson Rosas, destaca en tanto la importancia de sensibilizar a la población y a las autoridades sobre la necesidad de reducir la incidencia de enfermedades crónicas.
Asevera que ese objetivo podrá lograrse de manera significativa al reconocer los factores y contrarrestar los factores involucrados. “Creemos que una atención apropiada a nivel cardiovascular podrá reducir la incidencia de muerte súbita de infarto del miocardio”, señala.
De igual forma, Luis Meillón, jefe del Departamento de Hematología del Hospital de Especialidades en el Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS, explica que la mortalidad que producen las trombosis es mayor que las de cáncer de mama, accidentes automovilísticos y sida juntos.
“Por desgracia, en la mayoría de los casos no genera síntomas: es una enfermedad silenciosa. Pero factores como sedentarismo, edad, tabaquismo, obesidad, hipertensión y diabetes pueden encender las luces preventivas, puesto que el riesgo es mayor en las personas que sumen más puntos de riesgo”, comenta.
En caso de que exista dolor en la pantorrilla, exista enrojecimiento, el músculo se torne duro y con presencia de calor, es importante que acuda a los servicios médicos. En ocasiones el estancamiento venoso es tan grande, que la pierna se vuelve azulada por exceso de sangre venosa e incluso pálida porque la sangre arterial llega con dificultad.
Las pruebas diagnósticas que se pueden realizar para detectar una trombosis venosa son la sospecha clínica y la exploración médica. También se apoyan de estudios como el Eco-doppler, mismo que consiste en realizar una ecografía que es capaz de detectar los flujos de sangre. Cuando no hay flujo porque un trombo corta el paso, se puede comprobar. De igual forma es útil una resonancia magnética, la cual permite realizar imágenes transversales de las piernas y observar si hay obstrucción de las venas.
Evento cerebro vascular
En el mundo se registran 15 millones anuales de Accidente Vascular Cerebral (ACV), de los cuales seis millones no logran superarlo y pierden la vida. De hecho, se estima que cada seis segundos muere una persona por esta enfermedad.
De los que llegan a salir de un evento de este tipo, 53% queda con alguna discapacidad parcial o completa y cinco años posteriores al problema existe el riesgo de que se repita, advierte Antonio Arauz Góngora, neurólogo vascular del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).
Un ACV se presenta cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Si el flujo sanguíneo se para por segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente.
Los síntomas dependerán de qué parte del cerebro se dañe. Puede existir dolor de cabeza, somnolencia, pérdida del conocimiento y coma. También confusión o pérdida de memoria, problemas para deglutir, para leer o escribir, problemas para caminar, debilidad muscular en la cara, el brazo o la pierna (por lo regular solo en un lado) y problemas para hablar o entender a otros que estén hablando. Ante ello, es urgente acudir a un hospital al servicio de urgencias médicas.