Castillo de Arenas

El material de la antología es en estricto rigor el sustrato de la ficción de Arenas

Castillo de arenas
Foto: Alex Graves/reativeCommons
Todo menos politica
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Por: Federico González

Reinaldo Arenas. Libro de Arenas. Prosa dispersa (1965-1990). Equilibrista/Conaculta. 418 pp.

Lo más sencillo es definir a Reinaldo Arenas (Cuba 1940–Nueva York 1993) por medio de adjetivos: a su figura le sobran epítetos.

Buena parte de su carrera literaria la construyó desde la disidencia y padeció como pocos la persecución del régimen castrista.

Tras una efímera estancia en las huestes revolucionarias descubrió el perfil represivo de Fidel Castro y se dedicó a mofarse de él, así como a cuestionar sus actitudes dictatoriales.

Su voz, ya fuera desde Nueva York, Francia e incluso al interior de la isla, no era cualquier voz. Alguna vez Eliseo Alberto lo nombró el mejor narrador cubano de su generación. El filme de 2001 basado en su autobiografía, Antes que anochezca, de Julian Schnabel y protagonizado por Javier Bardem, supuso un rescate de su obra y el hallazgo para muchos de un escritor cáustico y ácido que poco tenía que ver con la tradición de Carpentier o Lezama Lima.

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Si bien sus libros Celestino antes del alba y Un mundo alucinante se cuentan entre lo más original de la novela habanera de la segunda mitad del siglo XX, no existía un volumen que recopilara textos y relatos sueltos por aquí y por allá. Un poco de todo, esto es lo que da sustancia al borgiano título Libro de Arenas…

El material seleccionado se divide entre textos autobiográficos, como su Cronología. Irónica pero cierta que sirve como una atinada carta de presentación para quien desconoce al cubano, prólogos, críticas y relatos. Aquí es notable la recuperación de La punta del arcoíris y Soledad, dos cuentos inéditos hasta cierto punto menores pero interesantes porque registran el origen rural de su autor.

Dibujo

En términos de crítica es innegable que a veces le gana el estómago. Sus cuestionamientos a García Márquez y en particular a El amor en los tiempos del cólera parecen justificarse más en la simpatía del Nobel colombiano por el general Castro que en los recursos literarios.

No sucede lo mismo, en cambio, cuando se refiere a Borges, Rulfo o Cabrera Infante, a quienes dedica lúcidos análisis. La visceralidad es una herramienta que en su caso imprime potencia. Algo similar a lo que sucede con Fernando Vallejo.

El material de la antología es en estricto rigor el sustrato de la ficción de Arenas. El mordaz Elogio a Fidel Castro se ve ampliado en textos de El color del verano. En el mismo tono su Carta abierta a Fidel Castro, escrita desde España junto con Jorge Camacho y donde exhortan a un plebiscito parecido al que abrió la puerta de salida al régimen de Pinochet en Chile, delinea el pensamiento político que lo llevó a ser una presencia incómoda para el régimen.

Estamos pues ante un volumen que dibuja de pies a cabeza el tipo de personaje que fue Reinaldo Arenas.

Otros títulos de Reinaldo Arenas son Otra vez el mar y El asalto.

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