Conaculta privilegia a la literatura

No todas las bellas artes son iguales ante los ojos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Los premios se enfocan a las obras literarias
Foto: Internet
Redacción
Todo menos politica
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Por: Héctor González
hcgonzalez@revistavertigo.com

No todas las bellas artes son iguales ante los ojos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes: Vértigo solicitó al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) el monto destinado por el gobierno federal para premios literarios, musicales, artes plásticas y danza, vía Conaculta y la respuesta contenida en el folio 1114100042512 dice a la letra que “el presupuesto original autorizado para el Consejo en la partida de premios asciende a la cantidad de $2,827,076.00” (dos millones 827 mil 76 pesos).

En el detalle de los reconocimientos en los que tiene intervención el Conaculta figuran: premio al Fomento a la Lectura México Lee; premio FIL Guadalajara de Literatura en Lenguas Romances; premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino; el Concurso Nacional de Cartel Invitemos a Leer; Catálogo de ilustradores de publicaciones infantiles y juveniles; Concurso de libro ilustrado infantil y juvenil; premio FILIJ de Cuento para Niños y Jóvenes; premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos; premio Nacional de Cuento Joven Comala; premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras; premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo; premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal; premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2012; premio Traducción Literaria Tomás Segovia; premio Bienal Continental de Artes Indígenas Contemporáneas; premio Netzahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas; Concurso Nacional Fotografía; premio Internacional del Libro Animado Interactivo en Español Paula Benavides...

Conviene matizar que dentro de los galardones no se incluyen los que se entregan a través de dependencias como el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia o los institutos estatales de cultura. No obstante, basta ver el tipo de reconocimientos promovidos por el Conaculta para constatar que privilegian a la literatura y a la industria editorial: no hay uno solo dedicado a música, cine, danza o pintura.

“Derroche”
El cineasta Everardo González explica que esta tendencia obedece a que Consuelo Sáizar —ex titular del organismo— era una mujer de letras.

“La política cultural depende de quién la lleva; no hay una idea de la relevancia de la cultura. En la administración anterior se apoyó y se hizo derroche para las letras. Finalmente, la literatura es un arte más viejo, ha tenido más años para ser reconocido y ha formado más gente. Para el Conaculta el cine no figura dentro de las bellas artes, porque obedece a intereses económicos y privados”.

Asimismo, el director expresa que no estaría mal contar con certámenes similares al recién instaurado premio Internacional Carlos Fuentes a la creación literaria en español y cuyo monto es de 250 mil dólares, para otras artes.

“Con ese galardón, el Conaculta le jugó al primer mundo y entregó un reconocimiento superior a dos millones de pesos a una figura internacional; imagínate que Haneke tuviera un galardón de este nivel, sería increíble”.

En México, además de los premios, existen estímulos federales, como las becas que entrega el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). González añade que en estos apoyos la literatura sigue teniendo un lugar privilegiado: “Para el cine, el Sistema Nacional de Creadores entrega diez estímulos, mientras que para letras entrega 40; para Jóvenes Creadores hay cinco, en tanto que para literatura son un montón”.

Música
El músico mexicano Miguel Ángel Villanueva deplora que el Conaculta no otorgue reconocimiento a músicos e intérpretes. “Estamos por debajo de donde se manejan las cosas. Es muy significativo que la dependencia privilegie la literatura. México es un gran generador de producto cultural a todos los niveles, pero no se destinan recursos importantes a su difusión.

Debería haber difusión y reconocimientos para quienes crean e interpretan por México, pero no es así. Más allá de las becas, la Medalla Mozart o el premio Nacional de Ciencia y Artes, no se premia a los músicos. No existe un premio de Bellas Artes a la interpretación, siendo que aquí contamos con artistas que son reconocidos en todo el mundo”.

El flautista Horacio Franco responde que quizá la ausencia de premios nacionales de música “obedece a que se piensa que nosotros tenemos más posibilidades de ganarnos la vida. Y en cierta forma así es, somos considerados como los más movidos del ambiente artístico, no tanto por la calidad sino por la cantidad de eventos en los que podemos participar. La música es más socorrida que la poesía, por ejemplo”.

Para el intérprete, la situación de privilegio que vive la literatura tiene su origen en que es la rama de las bellas artes con más peso en la opinión pública.

“Los comentarios de Fuentes, Poniatowska, Monsiváis o Loaeza, tienen más peso del que podemos tener Toledo o yo. Se tiene la idea de que los escritores son los más pensantes. La gente que está en las cúpulas del poder sabe que necesita de los escritores para hacer contrapeso a las críticas. No me parece que eso sea tan justo. Quizá los músicos no sabemos expresarnos igual, pero también tenemos opiniones interesantes. Lo mismo sucede con los bailarines. De ahí viene este tipo de descompensaciones”.

Franco reconoce que si bien faltan premios para la acción social o trayectoria de un músico, lo que en verdad hace falta es crear mejores condiciones para los artistas. “La música de concierto sólo representa una alternativa para pararse el cuello, pero lo que necesitamos es trabajar, no premios ni que nadie se pare el cuello con nuestro trabajo. Un joven, más que reconocimiento, requiere que se exponga su trabajo”.

Miguel Ángel Villanueva concluye que el Conaculta carece de sistemas de monitoreo para la música o la danza. “Debería tener un área dedicada a dar seguimiento a los músicos e intérpretes; eso ayudaría mucho, porque más allá de los premios nos permitiría cotejar que nuestra actividad tiene una resonancia que trasciende a las salas de concierto. Sería muy bueno crear el premio nacional de intérpretes en las áreas de teatro, música o danza: aportaría bastante a la difusión de las artes en su conjunto”.

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