El oficio de Morábito

Quien lee a Morábito lee a alguien que vive y respira literatura.

Redacción
Todo menos politica
Fabio Morábito. El idioma materno
Foto: Creative Commons/Bachtiar Rahady

Por: Federico González

Fabio Morábito. El idioma materno. Sexto Piso. 178 pp

Tiene ante usted el libro más personal de Fabio Morábito (Alejandría, 1955) hasta la fecha. Poeta y poseedor de una prosa fina y elegante, reúne un compendio de artículos que en cierta medida suponen un corte de caja de su propuesta literaria.

Todos son breves. En ellos hay reflexiones, anécdotas, herramientas utilizadas no para contar una autobiografía y sí para desnudar la tramoya de su escritura.

“La mayor diferencia entre prosa y poesía no radica en una cuestión de ritmo, de música o de mayor o menor presencia del elemento racional (…) La verdadera diferencia, diría la única, es que solo hay una forma de escribir un poema y es verso a verso, mientras no se escriben un cuento o una novela línea por línea”.

Sirva la cita para resumir probablemente la teoría literaria de quien sabe moverse por ambas aguas.

Morábito creció entre varios idiomas: nació en Alejandría, parte de su infancia transcurrió en Italia, y poco después llegó a México. Aprendió a relacionarse en varias lenguas y a escribir en la que fue su segunda o tercera. Algo tendrá de razón cuando escribe: “Quizás el último reducto del alma sea el acento”. Y es que justo el acento es el espacio que, inmersos en un mismo contexto, nos identifica y nos hace singulares. Dicho esto, El idioma materno adquiere una nueva dimensión y se convierte en un libro sobre el lenguaje, o mejor dicho: sobre la apropiación del lenguaje como único territorio posible.

Vital

Quien lee a Morábito lee a alguien que vive y respira literatura. Alguien capaz de explicar y explicarse a sí mismo a través de la palabra escrita. Fluidez es el relato de un escritor que sucumbe ante el encanto de una correctora con manejo de comas implacable. “Cuando corregía sus ojos se concentraban como un cazador que vislumbra la presa (…) Sus comas terribles, casi gotas de plomo en la página, me abrieron los ojos y nunca se lo agradeceré bastante”. Si la anécdota es real o ficticia es lo de menos, lo que importa es la obsesión por la gramática.

Uno a uno los textos de El lenguaje materno nacen del gozo más llano. El libro es una exquisitez artesanal sobre el arte de escribir. La emoción no proviene de los episodios sino de las pulsiones que genera en el ser humano articular una oración, leer o subrayar un título.

Aquel que consiga conectar con el objetivo del narrador podrá divertirse y disfrutar con todo lo que se supone hace de la literatura una experiencia vital.

Otros títulos de Fabio Morábito son La lenta furia, Emilio, los chistes y la muerte y También Berlín se olvida.