En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes los merecedores de los premios nacionales de literatura joven 2016: Hermann Gil Robles, Erika Zepeda, Edgar Camacho, Aniela Rodríguez, Ronnie Medellín y Mariana Oliver, compartieron con el público detalles de sus obras ganadoras.
Los premios nacionales, convocados por el Programa Cultural Tierra Adentro de la Secretaría de Cultura, fueron otorgados en colaboración con instituciones culturales y académicas de diversos estados de la República Mexicana.
El primero en conversar sobre su libro fue Hermann Gil Robles (Culiacán, Sinaloa), ganador del Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras / Border of Words (convocado junto con el Centro Cultural Tijuana y la Secretaría de Relaciones Exteriores) por su trabajo La ciudad del olvido.
El narrador y editor web, especializado en periodismo digital, destacó que se trata de una obra que indaga sobre la condición humana y su relación con lo sublime, en específico con lo sublime-terrorífico, es decir, aquello que asombra y horroriza al mismo tiempo.
Erika Zepeda (Guadalajara, Jalisco) fue ganadora del Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri (convocado junto con la Secretaría de Cultura de Coahuila) por su obra 63 señoritas condenadas a la desolación.
La licenciada en Letras Hispánicas y en Educación destacó que se trata de un texto que denuncia todas las etiquetas que a las mujeres se les han asignado y también las que ellas mismas se ponen. Además de contar la vida de señoritas que aún están en búsqueda de su historia.
El escritor y dibujante de comics Edgar Camacho (Toluca, Estado de México) es ganador del Premio de Novela Gráfica Joven por su obra Piel de cebolla (lanzado en colaboración con el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes).
Respecto a este volumen, el artista gráfico destacó que es una obra que relata la historia de dos jóvenes: Rolando, atrapado en la rutina y Nera, una mujer que vive al instante, quienes se embarcan en un viaje cuyo único objetivo es encontrar una vida libre.
La maestra en Letras Modernas, Aniela Rodríguez (Chihuahua) fue ganadora del Premio Nacional de Cuento Joven Comala (lanzado en conjunto con la Secretaría de Cultura de Colima) por la obra El problema de los tres cuerpos.
La escritora destacó que su texto está integrado por nueve cuentos y habla de sus incontables influencias literarias, “de la escritura como único refugio en este mundo deshumanizado y troglodita. Más que un libro de cuentos, se trata de un glosario. Habitan aquí mis definiciones del miedo, ansiedad, la ira, culpa y una larga lista de emociones que todavía ni siquiera descubro”.
Por su propuesta Dieciséis toneladas, el licenciado en antropología Ronnie Medellín (Minatitlán, Veracruz) se quedó con el Premio Nacional de Novela Joven José Revueltas (lanzado con el Ayuntamiento del Municipio de Durango, a través del Instituto Municipal del Arte y la Cultura).
El escritor detalló que su obra narra la historia de dos personajes, Larry y Rafa, quienes se conocen en una serie de sincronías desafortunadas, entre amores imposibles, notas de blues y jazz, chamanes, brujos, mujeres fatales y personajes siniestros propios de un folklor donde habita la muerte y el mismo diablo.
Finalmente, la maestra en literatura, Mariana Oliver (Ciudad de México) conversó de su obra Aves migratorias por la cual recibió el Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos (organizado con la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca).
La escritora reveló que es una obra de ensayos “sobre la búsqueda de una casa y del significado de ésta como contraparte necesaria para construir el sentido del viaje”.