Entregan Medalla Bellas Artes a Héctor Aguilar Camín

El autor de Morir en el Golfo critica a su generación por heredar un país inferior a lo que pudo construir

Hector Aguilar Camín
Foto: Notimex
Redacción
Todo menos politica
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A Héctor Aguilar Camín (1946) hay que agradecerle sus cuentos, sus novelas, su pasión por la historia y el periodismo; su faceta de editor, su espíritu de cronista de su tiempo, su sorprendente capacidad para atender ese puente de ideas entre el pasado y la realidad, para tratar de encontrar la brújula del futuro, aseguró Lidia Camacho, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), al entregar al escritor la Medalla Bellas Artes.

En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la funcionaria dio lectura a un texto a nombre de María Cristiana García Cepeda, Secretaria de Cultura Federal, en el que destacó la personalidad y obra literaria del autor originario de Quintana Roo, quien estuvo acompañado por amigos, colegas y su esposa, la también escritora Ángeles Mastretta.

Por su parte, el escritor, periodista e historiador agradeció la presea y habló de dos obsesiones que ha tenido en la vida: la literatura y México.

En cuanto al primer tema, el Premio Nacional de Periodismo Cultural reveló haberse convertido en escritor para contar la historia de su casa, en una decisión que no fue artística, sino “una necesidad melancólica”.

Para el autor, la historia de su casa tiene el resplandor de una pérdida y recobrarla de diferente manera en cada uno de sus libros ha representado una de las alegrías continuas de su vida: la alegría de escribir la vida para completarla. “Sin las literatura, sin las obras que he podido escribir, mi vida sería infinitamente más pobre de lo que es y más ignorante de sí misma”, dijo.

Sobre México, Aguilar Camín consideró que el país está muy lejos de ser la nación próspera, equitativa y democrática que se propuso construir su generación.

“Hemos corrompido nuestra democracia, destruido nuestra seguridad, precarizado nuestra economía y salarios, hemos profundizado nuestra desigualdad. La historia de las equivocaciones colectivas de estos años, es notoriamente más populosa que la de los aciertos.

“La responsabilidad mayor es de los gobiernos, pero también de sus oposiciones, de los malos hábitos y las pobres convicciones de la sociedad, de la baja calidad de sus medios, empresas, iglesias, intelectuales de su clase dirigente”, consideró.

Apunto que el país que su generación heredará es inferior al que pudo construir equivocándose menos, y agregó que “no hemos sido los peores en estos de equivocarse mucho, pero eso no es un gran consuelo”.

“Todos los de mi generación hemos estado por debajo de las oportunidades que la historia nos brindó y más por debajo aún de lo que nos propusimos y soñamos, hemos sido inferiores a lo que soñamos”, reconoció Aguilar Camín, quien se pronunció por renovar el contrato y cambiar al constructor, aliviar el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad.

Antes, Rafael Pérez Gay y Luis Miguel Aguilar elogiaron la obra literaria del homenajeado, al tiempo que hicieron un repaso sobre los orígenes de Aguilar Camín como escritor.

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