Vargas Llosa y Claudio Magris, más que una charla de café

Vargas Llosa y Claudio Magris
Foto: Creative Commons/PROChristopher Sessums
Redacción
Todo menos politica
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Por: Federico González

Mario Vargas Llosa y Claudio Magris. La literatura es mi venganza. Anagrama/Círculo Editorial Azteca. 92 pp.

El 9 de diciembre de 2009, en la Biblioteca Nacional de Perú, se reunieron Claudio Magris (Trieste, Italia, 1939) y Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936). Literatura y política fueron los ejes que guiaron la conversación entre ambos escritores. Loas aparte, cada uno dedica adjetivos celebratorios —sin duda merecidos— a la obra de su interlocutor y el encuentro ofrece apreciaciones que pintan por sí mismos a cada uno de los ponentes.

Magris se distingue por ser menos pragmático: “La novela cuenta la verdad de la vida, mostrando y narrando las vicisitudes de personajes que no encuentran esta verdad, que la deforman y que solo viviendo dolorosamente esa deformación nos hacen experimentar la verdad del mundo”.

Su posición ante la literatura es la de quien la asume como un ejercicio para intentar comprender la realidad.

Sin ser necesariamente opuesto, Vargas Llosa habla más bien de su vínculo con la ficción a partir de una necesaria intención de entender al mundo. “Las historias nos entretienen, nos divierten, nos producen placer, pero también nos educan para adoptar frente al mundo real una actitud censora”. Más adelante el Nobel de Literatura se muestra como un autor profundamente racionalista.

Lejos de ser un auténtico debate, o siquiera un juego de esgrima, la conversación tiene puntos de conflicto. Cuando Magris plantea la posibilidad de separar la obra del escritor con su actuar o pensar político cita los ejemplos de Günter Grass y Julio Cortázar, quizás aludiendo indirectamente a la misma trayectoria del autor de La fiesta del chivo, quien continuamente es descalificado por sectores de izquierda debido a su ideología liberal.

Invitación

Las apreciaciones de método, estéticas o meramente literarias no van más allá de generalidades articuladas en frases lúcidas. En una charla abierta al público difícilmente se puede profundizar más.

No sucede lo mismo con las apreciaciones políticas o sociales. Magris usa el concepto de “política pop” para explicar la fascinación que despierta un líder como Silvio Berlusconi en Italia y sus similares en el resto del planeta. A su manera, y desde posiciones distintas, coinciden en el riesgo que enfrenta la democracia.

Vargas Llosa destaca la paradoja europea. Por un lado, el derecho del inmigrante a buscar un lugar donde alcance mejores condiciones de vida, y, por otro, su cerrazón —sobre todo los musulmanes— para insertarse en la dinámica occidental.

La literatura es mi venganza es una breve aproximación a temas centrales de Occidente. No se trata de estar o no de acuerdo con uno u otro, quizás eso sea lo menos importante: lo medular en este caso es la invitación a la reflexión lanzado por ambos.

Otros títulos de Mario Vargas Llosa son Conversación en la catedral y La guerra del fin del mundo.

Otros títulos de Claudio Magris son El Danubio y El conde y otros relatos.