Volver a la sencillez

Basta una guitarra y una voz para hacer una buena canción.

Amparo Sánchez
Foto: Internet
Todo menos politica
Compartir

Basta una guitarra y una voz para hacer una buena canción.

Amparo Sánchez hoy lo sabe, pero no ha sido fácil descubrirlo.

Antes de Alma de cantaora, su nuevo disco, hay bastantes horas de vuelo, experiencias y luchas donde no todo han sido victorias.

Los amateurs Amparo & the Gang y Amparamos el blues, fueron los sparrings que la prepararon para las grandes ligas.

Bajo el cobijo de Manu Chao, a finales del siglo pasado dio forma a Amparanoia, una legendaria banda que tomó el mestizaje por bandera y armó discos épicos que responden al nombre de Poder Machín y Somos viento.

A principios de 2008, Sánchez decidió dejar de pisar el acelerador.

Deshizo Amparanoia y emprendió una carrera en solitario que después de Tucson Habana arroja su segunda producción.

“En Alma de cantaora quería ofrecer una serie de canciones que transmitieran fuerza y esperanza. A la vez, me interesaba presentarlas de una manera desnuda y acústica”.

La Abuela Margarita, Mane Ferret, Bebe, Calexico y Howe Gelb son algunos de los cómplices en su nueva aventura.

Sin sacrificar el perfil combativo, la artista ahora es más frontal.

No hay florituras sonoras ni líricas.

“Me he ido desprendiendo de mezclas, estilos e instrumentación, en aras de encontrar una simplicidad que permita que llegue a la esencia o mensaje que quiero transmitir. Cuando cambié de Amparanoia a Amparo volví a los locales pequeños; y eso me ha permitido a sentir que basta una guitarra y una buena canción para llegar al corazón de la gente. Lo mío es expresar con la voz lo que siente mi corazón. No necesito tanta instrumentación para mostrar lo que quiero”.

La compositora las ha pasado duras y maduras. A los 23 años se afincó en Madrid.

En calidad de madre soltera tocó en bares y tugurios.

Coincidió entonces con Manu Chao, quien recién había emigrado de Mano Negra.

Junto con otros compinches crearon el proyecto Radio Bemba. Así, Amparo Sánchez descubrió que podía vivir de su trabajo.

Esperanza

Si en un principio había más crítica y amargura, ahora canta con una esperanza renacida; incluso pese a los grises tiempos que atraviesa su país.

“Necesitamos ser optimistas y quienes hacemos música tenemos la posibilidad de dar luz esa realidad o al posible mundo que quisiéramos. Me gustaría contribuir a que el mundo esté un poco mejor. Es verdad que vivimos tiempos difíciles, pero no hay que abandonar la esperanza y el optimismo. Estamos acostumbrados a recibir malas noticias, pero también las hay buenas. Un ejemplo: hace unas semanas una amiga perdió un ojo durante una marcha; le dispararon con una bala de goma; ese fue un suceso triste, pero sirvió para que mucha gente se uniera: a una desgracia se sobrepuso la esperanza”.

×