Por: Francisca Yolin
fyolin@gmail.com
Esta no es una lista que determine todo el cine del año de manera general. Al final de cuentas, estas selecciones no son más que gustos personales que intentan ver un poco más allá y encontrar algo de relevancia, una cualidad que nos hace creer que estas películas trascenderán. Es casi una apuesta, y su resultado sólo podremos confirmarlo con los años.
Por lo pronto, y de lo que vimos en circuitos comerciales o muestras, a estos “caballos” apostamos como los que aportaron grandes cosas al cine este año.
Amor - Michael Haneke
No hay lista en la que no esté o premio al que no haya sido postulada. Lo primero que sorprende de Amor es su simplicidad. Haneke deja atrás a sus sicóticos personajes y nos presenta una historia de lo más normal, una historia de amor de una pareja en su crepúsculo.
Sin embargo, pronto nos damos cuenta de que su intención sigue siendo la de hacer sufrir al espectador. El director lo consigue colocando la cámara donde nadie quiere estar. El espectador se puede identificar fácilmente y eso la hace terriblemente desgarradora. Parece ser el filme “menos Haneke” en su totalidad, pero puede que sea su obra más redonda.
Holy Motors - Leos Carax
Trece años llevaba el francés Leos Carax sin rodar un largometraje en solitario y regresó con una bofetada al cine convencional. Desde su inicio, Holy Motors nos adentra en un espectáculo de historias sin aparente conexión entre sí y en el que todo vale, no tanto con la intención de impactar al espectador como la de mostrar varias formas de progresiva decadencia. Sin duda, una de las películas más singulares de los últimos años, que seguro generará reacciones muy encontradas, pero que tiene un valor cinematográfico innegable.
Un reino bajo la Luna - Wes Anderson
Y nos volvemos encontrar con Wes Anderson, fiel a sí mismo, como siempre. En Un reino bajo la Luna se nos muestra una visión que está entre la ternura y lo extraño, el amor incondicional entre dos jóvenes, que ante la incomprensión de los que les rodean deciden embarcarse en un viaje en el que el único objetivo es la compañía mutua que alivie su soledad.
No es lo que uno espera de un filme de amor, pero Anderson demuestra una admirable coherencia con una forma de ver la vida y el arte que vale la pena compartir.
Esto no es una película - Jafar Panahi y Mojtaba Mirtahmasb
El último trabajo del cineasta iraní Jafar Panahi es resultado de la condena que sufrió en 2010, que estipula que no puede volver a rodar ni viajar al extranjero durante 20 años, por considerar que su cine atacaba al régimen iraní.
Panahi desafía esta imposición junto a Mojtaba Mirtahmasb quien, en su mirada y dirección tras la cámara, convierte el mundo privado del cineasta en un espacio de representación pública. La película es un testimonio sobre la libertad artística, pero también sobre la idea, el tiempo y la función del cine.