Los obispos alemanes, reunidos en su conferencia episcopal, se pronunciaron a favor de que hospitales y clínicas católicas en el país prescriban a partir de este jueves “la píldora del día después” en casos de violencia sexual.
Las mujeres que hayan sido violadas, “deben de obtener como es obvio apoyo humano, médico, psíquico y moral”, según se lee en un comunicado citado por medios alemanes.
Indicaron que la consideración clave para esta decisión fue el hecho de que las nuevas píldoras impiden la fecundación y no provocan aborto.
Aún así, los obispos aclararon que “métodos médicos y farmacológicos que provocan la muerte del embrión siguen siendo prohibidos”, por parte de la Iglesia Católica alemana.
Un hecho que desencadenó un debate a finales de enero, fue cuando 2 hospitales católicos de la ciudad de Colonia rechazaron atender a una chica que fue violada.
El caso desató una ola de indignación sin precedentes en Alemania, un país donde la Iglesia Católica vive también una preocupante salida de fieles y crisis de vocaciones.
Tras esa situación, el Arzobispo de Colonia, el Cardenal Joachim Meissner, comunicó su intención de autorizar el uso de ese anticonceptivo, y aseguró tener el apoyo de la Congregación de Defensa de la Fe y la Academia Papal.