Sonora: impulsar el crecimiento económico, el reto

Redacción
Política
Universidad de Sonora
Foto: Especial

Por: Lucio Alejandro Isá

Ubicado en el noroeste de la República y poseedor de costas bañadas por el Golfo de California, el estado de Sonora se vincula de manera directa con la Cuenca del Pacífico, que a decir de los expertos ofrece amplias posibilidades de desarrollo económico, así como múltiples oportunidades de aprovechamiento sustentable de sus recursos naturales.

También afortunada es la circunstancia de colindar con los estados norteamericanos de Arizona y Nuevo México, pues ello acrecienta sin duda su acceso al mercado comercial más grande del continente americano.

Y no menos importante resulta el hecho de que la entidad posee relevantes recursos naturales entre los que destacan sectores como minería, pesca, ganadería y agricultura, a lo que ahora se suman actividades como turismo, maquiladoras e industria de alimentos.

Sonora, que con una extensión territorial de 179 mil 355 kilómetros cuadrados es el segundo estado más grande y representa 9.1% de la superficie total del país, se divide políticamente en 72 municipios.

Los especialistas destacan que “gracias a su privilegiada ubicación es un destino turístico atractivo por la diversidad de sus paisajes, poblaciones, hermosas playas enmarcadas de color y riqueza natural, además de un desierto que se une al mar y a la sierra. La diversidad de sus ecosistemas hace posible que en el estado puedan realizarse gran variedad de actividades de recreación y turismo como buceo, pesca, nado, ciclismo de montaña, senderismo, turismo cinegético y turismo ecológico”.

La principal institución de educación superior de la entidad es la Universidad de Sonora (Unison), que cuenta con seis sedes a lo largo del estado, pero también destaca la presencia de otras instituciones públicas y privadas, como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores, la Universidad Tecnológica de Hermosillo, la Universidad Estatal de Sonora, el Instituto Tecnológico de Hermosillo, el Instituto Tecnológico de Sonora, la Universidad de Hermosillo, el Instituto Tecnológico Superior de Cajeme o la Universidad del Desarrollo Profesional.

Pese a todo ello, la economía estatal ha sufrido una caída tan estrepitosa, que en el último reporte del Observatorio Económico México, ¿cómo vamos? ocupó en 2013 el segundo lugar de los estados peor calificados (por no decir reprobados) del país en cuanto a crecimiento económico.

Proceso electoral

Guillermo Padrés Elías, del PAN, es actualmente gobernador en la entidad, cuya gubernatura le arrebataron los panistas al PRI en las elecciones de 2009.

En los comicios de ese 7 de junio, además de mandatario estatal, se elegirán 33 diputados locales y 72 alcaldes.

La Lista Nominal del estado representa 2.5% de los inscritos a nivel nacional y participan en este proceso electoral diez partidos: PAN, PRI, PRD, Partido Verde, Panal, Movimiento Ciudadano, PT, Morena, Humanista y Encuentro Social.

Economía

Aun cuando durante décadas la agricultura y la ganadería ubicaron a Sonora entre los estados más ricos y prósperos del norte del país, imponiendo incluso marcas de producción nacionales, ya no son estos rubros los pilares de la economía sonorense.

Germán Palafox Moyers, doctor en Economía y profesor en la Universidad de Sonora, dice a Vértigo que “la economía sonorense ha entrado a un tobogán desde finales de 2012 hasta los primeros meses de 2015. La economía sonorense no está aislada de la economía nacional y de los impactos de la economía internacional, especialmente de la de Estados Unidos. Por ello la economía estatal, junto con los estados de Chiapas y Campeche, fue de las peor calificadas en materia económica en 2013. Aquel año comienza la desaceleración de la economía, que se ve reflejada en el Producto Interno Bruto Estatal (PIBE) al registrar una tasa de crecimiento levemente moderada de 2.5%, que no generó los empleos necesarios ni aumentó la productividad ni permitió diseñar un programa de atracción de flujos de Inversión Extranjera Directa… Pero sobre todo no mejoró el bienestar social de la población. Fue el preámbulo de lo que vendría en años posteriores: arrancamos el mes de enero de 2014 con la generación de solo 169 empleos formales y se inició la fase recesiva de la economía”.

De acuerdo con los datos del Observatorio Económico México, ¿cómo vamos?, agrega Palafox, “en el segundo trimestre la economía tuvo una tasa de crecimiento del PIBE negativa de 0.80%; en términos sectoriales el primario presentó una contracción negativa de 5.7%; por otra parte, el sector industrial también registró tasas negativas de crecimiento de 1.7%, en cambio el sector terciario mostró tasas positivas de 1.3%. En el tercer trimestre de 2014 el crecimiento en la producción también fue negativo en 0.60%, pero en este periodo el sector agrícola del estado presenta las peores tasas de crecimiento en su historia, de -16%, al igual que el sector industrial. Se espera la información del último trimestre del año para poder saber con certeza el crecimiento de la economía, pero se puede adelantar que no llegaría a 1% de crecimiento y con ello se generarían no más de ocho mil nuevos empleos al año”.

En este sentido, Álvaro Bracamonte Sierra, doctor en Ciencias Económicas e investigador de El Colegio de Sonora, puntualiza que el bajo crecimiento económico de la entidad “también se refleja en la generación de empleos, los cuales se han reducido significativamente desde 2011. En otras palabras, la coyuntura actual se caracteriza por un relativo pero significativo deterioro de los principales indicadores macroeconómicos”.

—¿Cuáles serían los más importantes?

—En materia agropecuaria —dice Bracamonte— la variabilidad de los precios y mercados provoca inestabilidad; de la misma forma, el sector industrial mantiene una alta dependencia a los mercados globales, en especial del estadunidense, lo cual lo hace vulnerable a los sobresaltos de las crisis. En términos de empleo, si se relaciona la PEA ocupada con la población total de Sonora se observa que para 2013 había una fuerza laboral de 41% y que por cada persona que trabaja hay 2.4 dependientes económicos. De la población total, la ocupada se distribuye de la siguiente forma: 11% en el sector primario, 27% en el secundario (industrial) y 62% en el sector servicios.

El turismo es una actividad con mucho potencial en el estado, añade Bracamonte, pero “requiere resolver asignaturas importantes, como la inseguridad; igualmente falta mejorar la conectividad, pues las carreteras están en mal estado. Por otra parte, la entidad desde hace tiempo ha dejado de ser una economía agropecuaria. De hecho, en los últimos años la producción rural ha representado solo 6 o 7% del PIB estatal. En cambio, la industria ha incrementado su participación hasta alcanzar casi 45%. Esto significa que la entidad se ha industrializado, proceso que a simple vista se ha fincado en empresas de base tecnológica esencialmente de origen foráneo.

Nicolás Pineda Pablos, también de El Colegio de Sonora, considera necesario analizar la situación económica sonorense desde dos perspectivas: “La economía del estado y la economía del sector público”.

La economía del estado, dice, “ha tenido un ligero repunte debido principalmente al auge de la minería, de la construcción y otros servicios. También está contribuyendo la reactivación de la economía de EU”.

En este sentido, el periodista y analista político Carlos Moncada Ochoa dice a Vértigo que en Sonora “un rezago de siempre es el pésimo estado de la carretera internacional, que da entrada al flujo del turismo norteamericano. Se aprueban partidas federales por tramos nunca suficientes y a veces, como ocurrió en el sexenio de Vicente Fox, se aprueban, se aplauden y no se aplican. En el tramo Ciudad Obregón-Navojoa (70 kilómetros) se ha colocado concreto hidráulico, de gran duración. Ojalá se utilizara el mismo material en el resto de la carretera”.

Hay también, agrega, “rezago educativo, lo mismo a nivel de primarias, en las que se suspendieron los desayunos escolares y hay planteles deteriorados, que a nivel universitario: hace seis años que el gobierno local no cumple el acuerdo con la Federación de aportar lo mismo que esta para integrar un subsidio suficiente a la Unison y al Instituto Tecnológico de Sonora. La consecuencia es que cada año los sindicatos de la universidad se declaran en huelga, a veces de más de un mes de duración”.

A su vez, el periodista Óscar Castro Valdés, director de Dossier Político, advierte que “la división de los sonorenses de la capital y los del municipio de Cajeme por el trasvase de agua de la cuenca del río Yaqui al río Sonora para dotar del vital líquido a Hermosillo a través del acueducto Independencia, aunado a la demanda de los yaquis de parar la obra por el impacto ambiental negativo del acueducto y la detención de uno de sus líderes (eran dos los encarcelados, pero acaba de ordenar la Corte liberar a uno de ellos), es también un tema delicado del que no se ve aún la luz al final del túnel”.

Castro Valdés destaca que “en territorio sonorense existen 13 grupos indígenas, de los cuales ocho son originarios, algunos de ellos binacionales por su condición fronteriza, además de cinco migrantes que se han instalado en el estado. Y su vida, tanto en su hábitat como en las urbes, se caracteriza hoy por condiciones de precariedad material”.

No es un problema menor, considerando que casi 2.5% de la población sonorense es indígena y al menos 37% corresponde a mestizos.

Urgencias

Así las cosas, ¿cuáles son los problemas de la entidad que deben ser atendidos lo más pronto posible?

Para el doctor Álvaro Bracamonte “hay que invertir más en el desarrollo científico y tecnológico; la investigación está abandonada y desarticulada de los sectores productivos y de las necesidades de la sociedad. Es seguro que una agenda en esta materia redituará buenos dividendos en el mediano y largo plazo”.

Nicolás Pineda responde a su vez que “la prioridad es contar con un liderazgo efectivo. Lo que hace falta es industrializar y darle valor agregado a nuestros productos primarios: industria agroalimentaria, productos de cobre y oro, etcétera”.

Por su parte, Germán Palafox destaca que “la igualdad de oportunidades de las regiones es un tema clave en el desarrollo equilibrado y sostenido del estado. Para ello urge el diseño de programas de corto, mediano y largo plazo, que aminoren las desigualdades entre la costa y la ciudad, entre el campo y la zona urbana. A las desigualdades regionales se suman las desigualdades salariales o de ingresos para la población, especialmente a las comunidades indígenas, rurales y de la costa”.

Asimismo, concluye Palafox, “urge diseñar programas que fomenten el empleo formal y bien remunerado, que es otro de los problemas graves que aquejan a la sociedad sonorense”.

Esto desde el punto de vista financiero, pero para los politólogos consultados las urgencias pasan también por el plano político.

Carlos Moncada, por ejemplo, estima que “el Instituto Nacional Electoral debe atender las quejas presentadas por casi todos los partidos respecto de la conformación y actuación del Instituto Estatal Electoral; de no hacerlo, la parcialidad con que cuatro de los siete consejeros se conducen profundizará la división de los sonorenses y acentuará la desconfianza en las autoridades locales”.

Finalmente, Óscar Castro destaca: “Creo conveniente señalar el riesgo de la judicialización de esta elección (entre PRI y PAN, sobre todo) por el alto número de impugnaciones y denuncias ante la PGR derivadas de posibles delitos electorales”.

El próximo 7 de junio Sonora estará, por todo ello, frente a una nueva oportunidad de retomar el camino del crecimiento, la prosperidad y el desarrollo, si logra que el sufragio popular fortalezca la ruta hacia la solución del desempleo, la desigualdad y la pobreza, para generar mayor bienestar social.