Mauricio Macri obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales en Argentina del pasado domingo 22, con lo que concluyen 12 años consecutivos de la familia Kirchner en el poder.
El empresario de 56 años, hijo del magnate Franco Macri, abandonó la comodidad de heredar un imperio para meterse en las arenas del fútbol y la política.
Macri, ingeniero civil y padre de 4 hijos optó por postularse a presidente del popular club de fútbol Boca Juniors.
La idea la concibió durante su secuestro de 15 días, en agosto de 1991, por parte de policías y agentes de inteligencia, quienes pedían entre 6 y 8 millones de dólares de rescate.
Pese a los prejuicios por su condición de “niño rico” sin antecedentes en el mundo del fútbol, Macri llevó al Boca al periodo más exitoso de su historia con la conquista de 4 copas Libertadores, 2 Intercontinentales y varios títulos de liga.
Una figura popular en Argentina por los triunfos deportivos, fundó después de la crisis de 2001 el partido Propuesta Republicada (PRO), al que sumó a dirigentes de distintas fuerzas políticas tradicionales que habían desencantado a los argentinos.
Sumergido en el barro de la política, Macri tuvo que convivir con las suspicacias en torno al origen de la fortuna de su familia.
El Grupo Macri también fue contratista del Estado bajo gobiernos militares y civiles y el apellido es asociado a la privatización de empresas públicas y la frivolidad que marcaron el gobierno neoliberal de Carlos Menem en la década de 1990.
En 2003, Macri se postuló –y perdió- a la alcaldía de Buenos Aires y 2 años después obtuvo una banca de diputado nacional, un cargo con el que nunca se sintió cómodo porque siempre prefirió “lo ejecutivo”.
En 2007 venció al kirchnerismo en las elecciones para la alcaldía de la capital, con lo que Macri implementó un sistema de gestión empresarial.
Durante su gestión como alcalde, la justicia lo procesó por supuesto espionaje a opositores y miembros de su familia, pero él negó los cargos y acusó al kirchnerismo de inventar la causa judicial.
Macri asumirá la silla presidencial en Argentina el 10 de diciembre para enfrentar una inflación de al menos 27% anual según economistas privados, restricciones a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento del crecimiento, creciente inseguridad y el avance del narcotráfico, así como la negociación con los llamados “fondos buitres”.
“Lo importante es el camino del trabajo, del esfuerzo, de no querer sacar ventaja a costa del que se tiene al lado... Mi tarea es ayudarlos a encontrar ese camino de desarrollo personal y el de sus familias”.
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