México: muchos litorales, poca productividad pesquera

Para contrarrestar la magra organización del sector, funcionarios y senadores proponen políticas públicas y modificaciones legislativas. 

Norberto Vázquez
Política
Productividad pesquera
Foto: NTX

México figura entre los poseedores de litorales más grandes del mundo, con más de once mil kilómetros de costas: 40% más que Chile y cuatro veces más que Perú, por ejemplo. Sin embargo, el país se encuentra por debajo de su potencial productivo pesquero, pues genera apenas la cuarta parte del volumen que produce por kilómetro de playa la nación andina y la décima parte de lo que produce la sudamericana.

Asimismo, pese a la inmensidad de nuestras costas, nos ubicamos a nivel internacional en el lugar 16 en cuanto a captura de especies marinas.

El nicho pesquero nacional se caracteriza, además, por sobreexplotar la biodiversidad de las costas y mares, lo que desemboca en que cada año se pierda valor del Producto Interno Bruto (PIB) pesquero, cuya participación actual es de apenas 0.06%, ya que no se ha generado una política coordinada para explotar una industria organizada y darle valor agregado a los productos del mar.

Para contrarrestar esta magra organización del sector, funcionarios y senadores de la República proponen políticas públicas y modificaciones legislativas que den nuevos lineamientos a uno de los grandes pendientes de productividad nacional.

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Dilemas

La principal amenaza es, precisamente, para las personas que viven de la pesca: casi 250 mil familias de forma directa, pero dos millones de hogares de manera indirecta en México subsisten de esta actividad, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

El Imco señala que además la producción se concentra en unas cuantas variedades: el camarón, la especie de mayor valor para la pesca mexicana, representa casi 31% del valor total de la pesca de captura y 5% del total de las toneladas capturadas; ello contrasta con la sardina, que representa 48% del total de toneladas capturadas (tanto en peso vivo como desembarcado), pero en contraste solo aporta 5% del valor de la pesca de captura.

También hay que tomar en cuenta otras variables, como el hecho de que en México la pesca comercial se lleva a cabo en dos sectores: el industrial (o pesca de altura) y el artesanal (o ribereño).

El sector industrial está compuesto por dos mil 200 barcos, dedicados principalmente a la pesca de sardina, camarón y atún. Se estima que este sector emplea a 47 mil personas de forma directa y genera otros 125 mil empleos indirectos.

Por otro lado, de acuerdo a cifras de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), la flota ribereña representa 96% de las embarcaciones totales del país, con 78 mil barcos con capacidad menor a tres toneladas y emplea de 110 mil a 190 mil pescadores.

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Potencial

Un informe de la Cámara de Diputados intitulado Consulta nacional del sector pesqueroestablece que en los mares mexicanos se distinguen tres grandes regiones: la del Océano Pacífico Norte-Golfo de California, con aguas frías caracterizadas por abundancia de especies migratorias de gran biomasa; la del Océano Pacífico Mexicano Sur, de aguas profundas, cálidas; la zona del Golfo de México y Mar Caribe, con amplias plataformas continentales, de aguas cálidas y abundantes arrecifes de coral, dotada de especies asociadas a los ecosistemas de arrecife y plataforma, con un gran número de especies y pocos individuos.

En términos generales, además, según el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) en el país se presentan aproximadamente 320 especies de interés que soportan el desarrollo pesquero y acuícola nacional.

Incluso, cuatro estados de la parte norte del territorio de México (Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur) contribuyen con 62% de la producción pesquera total de la nación.

En términos de volumen las pesquerías de sardina-anchoveta, atún, camarón y mojarra participan con 50% de la producción pesquera nacional, ya que durante los más recientes años aportaron 647 mil 74 toneladas.

En la actualidad —además de las sociedades cooperativas de producción— se presentan siete formas de organización para la producción y cubren diferentes modalidades: uniones de pescadores; uniones de producción pesquera y acuícola; grupos solidarios; sociedades de solidaridad social; unidades económicas especializadas; secciones especializadas del sector productivo, y sociedades de producción acuícola o rural.

Además, en la actividad inciden los permisionarios que cuentan con diversos medios y recursos humanos para realizar las operaciones de pesca.

El Registro Nacional de Embarcaciones de la Subsecretaría de Pesca refleja que en el periodo de los últimos 18 años las unidades de pesca se incrementaron 1.4 veces. Actualmente se cuenta con 105 mil 795 embarcaciones: 97% corresponde a flotas menores y 3% atañe a la escuadra mayor.

La flota mayor está constituida por dos mil 988 unidades. La flota camaronera representa 66%, seguida de la escamera con 28%; la atunera con 4%; mientras que la sardinera anchovetera representa dos por ciento.

En el último año en el Océano Pacífico operaron mil 616 embarcaciones, equivalente a 54%, y en el Golfo de México y el Mar Caribe otro 46 por ciento.

La flota pesquera nacional realiza sus operaciones de maniobras de avituallamiento y descarga de productos pesqueros en los 61 puertos pesqueros con que cuenta el país. En el litoral del Pacífico mexicano se localizan 26 puertos, mientras que el Golfo de México y el Mar Caribe cuentan con 35 puertos; el resto se ubica en diversos estados.

Por el momento, el Instituto Nacional de Pesca, órgano responsable y coordinador nacional de la investigación y desarrollo tecnológico de la pesca, goza de una larga tradición desde su fundación hace más de 38 años y ha generado gran cantidad de información para orientar las políticas de desarrollo pesquero y acuícola en el país.

Cuenta con alrededor de 700 investigadores, técnicos y administradores, distribuidos en 14 centros regionales de investigación; dos estaciones; 16 campos tortugueros; el Centro Mexicano de la Tortuga; siete laboratorios; cinco plantas piloto y ocho barcos de investigación, de igual manera distribuidos en casi todas las entidades con litoral.

En el último ejercicio presupuestal se realizaron 119 proyectos de investigación: 57 se orientaron a la evaluación y manejo de los recursos y sus ambientes; 21 en materia de acuacultura; 19 para el desarrollo sustentable, y 22 en investigación y desarrollo tecnológico pesquero.

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Renovación

Para modificar estos esquemas el gobierno federal trabaja coordinadamente con el Poder Legislativo y el sector productivo social y privado para fortalecer el desarrollo sustentable de la pesca y la acuacultura de manera integral, dice el comisionado nacional de Acuacultura y Pesca, Mario Aguilar Sánchez.

El comisionado celebra que los 19 legisladores integrantes de la Comisión de Pesca de la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados hayan destacado en sus primeros posicionamientos la importancia de la pesca y la acuacultura como un motor de la economía, generador de empleos y alimentos de alto valor nutritivo.

Aguilar Sánchez indica que el crecimiento de la producción pesquera y acuícola ya es una realidad, toda vez que en 2013 creció 5% y se colocó como líder en la productividad del sector primario del país.

En 2014, agrega, también registró un incremento de 9% en el valor de la producción, lo que evidencia que es un sector productivo y rentable. “Hemos avanzado en la integración de un sector pesquero y acuícola responsable y comprometido con la sustentabilidad de los recursos”, apunta.

No obstante, el presidente de la Comisión de Pesca y Acuacultura en el Senado de la República, Salvador López Brito, reconoce que ha habido pocos avances: “Hemos ido con paso de elefante, lentos, tanto en el Poder Legislativo como en el Ejecutivo, para dar una respuesta en materia de producción pesquera y de acuacultura”.

Y determina: “Esto pone en desventaja a México porque a nivel mundial muchos gobiernos han tomado acciones certeras y ya lograron un mejor y mayor crecimiento económico, así como soberanía alimentaria, con un adecuado cuidado del medio ambiente”.

Con este argumento hace un llamado a los senadores y a “todos los diputados que trabajarán sobre el sector, para atender la gran posibilidad de responder a lo que espera México de nosotros como legisladores en un trabajo conjunto con el Poder Ejecutivo y organizaciones civiles”.

El senador del PAN hace énfasis en la advertencia de los especialistas en el sentido de que para lograr una buena gobernanza en el sector un punto primordial es el cuidado de los ecosistemas, lo cual requiere la modificación de las dinámicas en pesca y acuacultura, así como en la certificación de los productores.

López Brito refiriere que con este objetivo “se analizarán a fondo la nueva Ley de Aguas, particularmente en lo que se refiere al uso del líquido en acuacultura; y la petición de productores ribereños para modificar el artículo 68 de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, que prohíbe la captura comercial de especies permitidas exclusivamente a la pesca deportiva. Ambos temas se encuentran actualmente en la Cámara de Diputados”, concluye.

De esta manera, según los consultados, en México con una buena legislación y disciplina en las políticas públicas el alimento proveniente de los mares puede incrementarse en el mediano plazo, pero además puede mejorarse la capacidad de recuperación de las reservas de especies que son depredadas indiscriminadamente.

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