Invisibles: niños que nacen y viven en la cárcel

En México existen 377 niños menores de 6 años que viven con sus madres en los reclusorios de todo el país.

Elidet Soto
Política
Reclusorio de Santa Martha Acatitla
Foto: Bureau of Land Managem/Creative Commons

Paula tiene 5 años, viste un overol de mezclilla y una playera de manga corta en color azul agua, mira fijamente a la cámara para que le tomen una foto, su rostro está oculto por una máscara que muestra una gran sonrisa, pero sus ojos no mienten, son el reflejo de la violencia y privaciones que vive en la cárcel.

Paula, nombre ficticio, es una de los 120 niños y niñas que viven en el reclusorio Santa Martha Acatitla, ubicado al oriente de la Ciudad de México, en la delegación Iztapalapa.

El delito de estos infantes fue nacer cuando su madre aún purgaba condena en el reclusorio, por ello tiene el “derecho” de permanecer a su lado hasta que cumpla 6 años de edad.

nio2.png

Ellos, al igual que sus madres, viven hacinados en celdas y duermen en camas de cemento, algunos van a la escuela, pero la mayoría se queda con progenitora todo el tiempo, incluso durante las visitas conyugales.

El reclusorio de Santa Martha Acatitla cuenta con un área especial para que vayan a la escuela, jueguen y convivan entre ellos, pero sólo el 34% lo hace, ya que prefieren estar junto a sus madres.

Son Los niños invisibles y sus historias están compiladas en un anuario realizado por la organización civil Reinserta, cuyo objetivo fundamental es garantizar que tengan los mismos derechos que cualquier niño de su edad.

“Son niños que nacieron en la cárcel y están expuestos a la violencia y el autogobierno de un reclusorio, el anuario retrata su realidad y los hace ser menos invisibles ante la sociedad y las autoridades”, dijo Saskia Niño de Rivera, directora y fundadora de Reinserta.
nios3.jpg

El anuario contiene las fotografías de un grupo de 60 niños que habitan en el reclusorio, así como dibujos realizados por ellos mismos y sus respectivas descripciones.

Ana, de 2 años, dibujó un par de garabatos en la hoja de papel y los describió así:

“Come, se hizo popó, se vomitó. Esta es su cola. No le gusta su papá porque hace rato su papá está en la calle y se murió y dijo: te voy a traer un caracol para que no te de miedo”.
dibujos1.jpg

Alex, también de 2 años de edad, dibujó un piojo malvado que se come a las niñas que se portan mal, según el pequeño, el piojo vive en las escaleras, el patio y la resbaladilla.

“El vive en una porquería, en la basura. Porque ahí lo pusieron, ahí lo mataron y lo pusieron ahí en la basura...” Así describió Brian, de 2 años de edad, uno de sus dibujos. 

“Sus dibujos cuentan lo que viven, la violencia a la que están expuestos, no son dibujos propios de su edad, hay lenguaje sexual y violento"; agregó Niño de Rivera.

nios1.png

Destino incierto

Cuando un menor que vive en la cárcel llega a los 6 años de edad debe enfrentar otra prueba: vivir lejos de su madre y tratar de adaptarse a la vida fuera de reclusión.

Esto representa un fuerte problema ya que no siempre los menores se adaptan a su nueva vida, dejan la escuela, se deprimen o en el peor de los escenarios, replican lo que vivieron en la cárcel, desde golpes, hasta abusos, producto de su exposición a las visitas conyugales con sus madres.

En ocaciones el menor es entregado a un familiar, sin embargo, no siempre es así, hay casos de menores que llegan a vivir hasta los 12 o 13 años con sus madres o simplemente llevados a un albergue, casa hogar o el DIF.

Son las 19:00 horas, los niños ya saben que deben guardar sus juguetes e instalarse junto a sus madres y otras reclusas en una celda, ahí deberán permanecer hasta el día siguiente, a la espera de que el candado que resguarda su libertad, no vuelva a cerrarse.

reinserta.jpg

Vacío legal

Aunque existe la Ley General de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, ésta no garantiza los derechos humanos de los 377 niños que viven en 51 centros penitenciarios de todo el país, ya que no existe una especificación de qué hacer en caso de que un menor viva en un reclusorio.

La senadora Cristina Díaz, aseguró que ya trabajan en diversas reformas para proteger a los infantes que nacen y viven en la cárcel.

“Se van a reformar 7 artículos, del 102 al 108, de la Ley General de Derechos de niños, niñas y adolescentes para poder actuar a favor de la población infantil que actualmente habita en la cárcel, también se solicitará a la Cámara de Diputados más presupuesto para la protección de la niñez”, dijo la senadora del PRI.

Entre los cambios que contemplan hacer a dicha legislación están:


  • Trabajar en políticas públicas y programas que garanticen el desarrollo de todos los menores en situación de vulnerabilidad, incluidos los que viven en la cárcel.
  • Crear una base de datos de la población infantil que existe en todos los centros penitenciarios y reclusorios del país.
  • Garantizar que los menores que viven en la cárcel tengan acceso a servicios básicos de salud, educación y alimentación de acuerdo a su edad.
  • Facultar a las autoridades para realizar verificaciones en los reclusorios y comprobar que los niños vivan en condiciones humanas.

Otro problema al que se enfrenta la legislación vigente es la falta de presupuesto, pues según el diputado Jesús Valencia, presidente de la Comisión de Derechos de la niñez en San Lázaro, no existe dinero para el Sistema Nacional de Protección Integral para niños, niñas y adolescentes.

También te puede interesar:

Buscan regulación de reclusorios

10 violaciones a los derechos humanos de reclusas en México

Funcionario del DIF de Sonora es acusado de vender niños