URGE MEJORAR SISTEMAS ALIMENTARIOS Y EVITAR DESPERDICIOS DE COMIDA

Un señor come una papaya que se encontraba en los desechos orgánicos en la Central de Abastos
Graciela López/Graciela López
Lorena Ríos
Bienestar
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Más de 60% del desperdicio de alimentos proviene de los hogares; 26% pertenece al rubro de servicio de alimentos, por ejemplo, de restaurantes, hoteles o establecimientos educativos; y 13% al comercio, como supermercados o pequeños almacenes, revela el informe Índice de desperdicio de alimentos 2021 que elaboró el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Si aterrizamos los porcentajes en cantidades tenemos que en 2019 se desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos.

Esto significa que 17% de la producción total de alimentos en el planeta fue a parar a la basura. Es decir, cerca de 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados de alimentos, que puestos en fila darían siete vueltas a la Tierra.

Al respecto, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, declaró que “debemos construir un mundo en el que haya alimentos saludables y nutritivos disponibles y asequibles para todos, en todas partes”.

Puntualizó que los sistemas alimentarios pueden ser el motor de la recuperación mundial tras la pandemia de Covid-19, puesto que representan 10% de la economía global y sostienen la vida de las personas, además de que resultan fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.

El funcionario destacó los absurdos del sector alimentario: millones de personas pasan hambre y miles de millones más no tienen recursos para comprar comida saludable, mientras un tercio de la comida que se produce termina en la basura.

Además, hay miles de millones de personas con sobrepeso u obesidad y cientos de millones por debajo de un peso sano.

Hambre y desnutrición

La falta de alimentos, el hambre y la desnutrición afectan a todos los países del mundo, alertó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), por lo que llamó urgentemente a reducir la cantidad de alimentos que se desperdician.

Nancy Aburto, directora adjunta de Desarrollo Económico y Social de la FAO, mencionó que 811 millones de personas padecen hambre y 132 millones enfrentan inseguridad alimentaria y nutricional debido a la pandemia de Covid-19.

En términos de dinero la pérdida de alimentos anual se estima en 400 mil millones de dólares.

La FAO destacó las cifras en vísperas del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Asimismo, recalcó que los alimentos que no se consumen suponen un desperdicio de recursos como tierra, agua, energía, suelo, semillas y otros insumos que se utilizan para su producción.

Nancy Aburto explicó que el problema del desperdicio de alimentos es mundial y no se limita a las naciones ricas. “La inseguridad alimentaria, el hambre y la desnutrición afectan a todos los países del planeta: ninguno está exento. Más de dos mil millones de personas tienen deficiencias de micronutrientes; es decir, deficiencias de vitaminas y minerales; y millones de niños padecen retraso del crecimiento y emaciación, formas mortales de desnutrición”, detalló.

La funcionaria advirtió que debido a su alto costo las dietas saludables están fuera de alcance para la gran mayoría de las personas de todas las regiones del mundo, incluida Europa.

Asimismo, afirmó que los países necesitan adoptar herramientas innovadoras para reducir el desperdicio y citó como ejemplo los nuevos empaquetados que pueden prolongar la vida útil de muchos alimentos o las aplicaciones para teléfonos inteligentes que acercan a los consumidores y a los productores, acortando el tiempo entre la cosecha y el consumo del alimento.

Otro aspecto que llamó la atención en el estudio es que no se observan grandes diferencias entre países ricos y en desarrollo. Por ejemplo, Nigeria es uno de los países del mundo donde más comida se tira en los hogares, con 189 kilos per cápita al año, comparados con los 59 de Estados Unidos. En México se desperdician 94 kilos, en España 77 y en Colombia 70.

Objetivo de desarrollo en peligro

“Durante mucho tiempo se asumió que el desperdicio de alimentos en el hogar era un problema importante solo en los países desarrollados. Con la publicación del informe sobre el Índice de desperdicio de alimentos, sin embargo, vemos que las cosas no son exactamente así”, dijo Marcus Gover, director ejecutivo de Worldwide Responsible Accredited Production (WRAP), un programa no gubernamental sin fines de lucro que promueve una producción y una gestión lícitas, humanas y éticas.

La meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) busca reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel de los minoristas y los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro. Uno de los dos indicadores de la meta es el índice de desperdicio de alimentos.

Según Gover, con estos datos, en los nueve años que quedan para lograr ese objetivo de la Agenda 2030 está claro que no se alcanzará si no se toman medidas.

Aprovechando el informe la agencia de la ONU lanzará grupos de trabajo regionales con el objetivo de ayudar a los países a medir el desperdicio de alimentos para que sean capaces de rastrear los avances que pueden hacer a fin de lograr la meta de 2030 y diseñar estrategias nacionales para prevenir el desperdicio de alimentos.

Beneficios múltiples

Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos mejoraría los sistemas agroalimentarios, ayudaría a lograr la seguridad alimentaria y a garantizar la calidad de los alimentos, lo que se reflejaría en la nutrición. Además, contribuiría “significativamente a la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y de la presión sobre los recursos terrestres e hídricos”, dijo el director general de la FAO, Qu Dongyu.

El organismo internacional urgió a acelerar las acciones que conduzcan al logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 12, que se refiere a garantizar el consumo sostenible y a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos global per cápita para 2030. Añadió que esto requiere el compromiso y la participación de la sociedad en su conjunto: autoridades nacionales y locales, empresas e individuos, para dar prioridad a las medidas orientadas en esa dirección.

La FAO recordó que los productos agrícolas “como las frutas y verduras proporcionan nutrición y seguridad alimentaria. Promover dietas saludables para fortalecer nuestro sistema inmunológico es muy apropiado dada la crisis de salud que enfrentamos actualmente en todo el mundo”, dijo Qu Dongyu.

También señaló que la pérdida y el desperdicio de frutas y verduras es un problema que tiene consecuencias considerables y abogó por la adopción de tecnologías y enfoques innovadores para prolongar la vida útil de los productos frescos. Otra medida que se recomienda es compostar los residuos de alimentos en vez de enviarlos a un vertedero.

México

La pandemia por Covid-19 hizo más marcadas las diferencias en el consumo de alimentos y ahora hay más personas que no saben a ciencia cierta si comerán todos los días, señaló María Teresa García, directora general de la Red de Bancos de Alimentos de México (BAMX).

“Estamos en pandemia y al cierre del año pasado el Coneval reportó que subió este número de 25.5 millones de mexicanos en carencia alimentaria, que ya para nosotros era una preocupación, pero aumentó la cifra de personas viviendo en estas condiciones a 28.6 millones en un país que tiene alimentos para todos”, dijo.

Esto significa que la sola llegada de la pandemia incrementó a 3.1 millones de mexicanos en pobreza alimentaria, de acuerdo con las cifras oficiales. “Antes de la pandemia estábamos muy lejos de encaminarnos al ‘hambre cero’, que es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 que firmamos como país”, explica.

Recordó que los bancos de alimentos consiguen aquellos productos que están en buen estado pero que por sus características los productores o comercializadores ya no pueden vender y los llevan a estos establecimientos, donde se ofrecen a la gente a bajo costo: alrededor de 10% de su valor comercial.

“Son 55 bancos de alimentos y un equipo remunerado de mil 200 colaboradores, más de 20 mil voluntarios trabajando todos los días en el rescate, manejo del alimento y entrega a las comunidades. Logramos impactar en una población superior a 1.8 millones de mexicanos, pero hay 28 millones que atender y de los alimentos que se desperdician, que son más de 23 millones de toneladas, rescatamos 174 mil. No llegamos ni a 1% del producto que se desperdicia”, relata María Teresa García.

Y concluye que la red de bancos de alimentos atiende un problema gemelo: la inseguridad alimentaria y el desperdicio de alimentos.

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