Día Mundial de la Tierra: el planeta puede resistir, nosotros no

Mitigar el daño ambiental, restaurar ecosistemas y preservar la biodiversidad ya no es una opción, sino una necesidad urgente

Martha Mejía
Bienestar
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Foto: UNAM-DGCS

Cada 22 de abril, el Día Mundial de la Tierra nos recuerda que el planeta puede prescindir de la humanidad, pero nosotros no podemos sobrevivir sin él. Así lo advierte el investigador del Instituto de Geología de la UNAM, Priyadarsi Debajyoti Roy, quien subraya que mitigar el daño ambiental, restaurar ecosistemas y preservar la biodiversidad ya no es una opción, sino una necesidad urgente.

Los efectos de la actividad humana son cada vez más evidentes: desde 2015 hemos registrado los años más calurosos de la historia, siendo 2024 el más extremo. La urbanización, la industrialización y la expansión agrícola han disparado las emisiones de gases de efecto invernadero, intensificando fenómenos como sequías, olas de calor, huracanes y pérdida de glaciares.

Las cifras son contundentes: se estima que para 2050, hasta 200 millones de personas podrían migrar hacia “refugios climáticos” debido a la escasez de agua y alimentos. En México, cerca del 80% del territorio ha experimentado sequías en los últimos cinco años, lo que afecta la agricultura, impulsa la migración y compromete la seguridad alimentaria.

A esto se suma la contaminación por microplásticos, presentes en el agua, el aire y los alimentos. Estudios recientes han detectado estas partículas en órganos humanos como el cerebro y los pulmones. En los océanos, la mayor isla de basura plástica del Pacífico ya alcanza 1.6 millones de km², tres veces el tamaño de Francia.

Roy señala que, si no se toman medidas concretas, a finales del siglo México podría enfrentar un aumento de hasta 5°C en la temperatura media y una reducción del 30% en las precipitaciones. Esto profundizaría la desertificación, el colapso de ecosistemas y una migración masiva.

“La ciencia ya nos mostró el problema. Ahora necesitamos voluntad colectiva para corregir el rumbo”, afirma el investigador. La ONU coincide: solo restaurando los ecosistemas dañados podremos combatir el cambio climático, erradicar la pobreza y evitar una extinción masiva.