En México cerca de 14.5 millones de personas padecen esta enfermedad metabólica.
Los valores de glucosa en la sangre en ayunas de 99 mg/dl o menores son normales, pero en caso de que superen las cifras de 100 a 125 mg/dl indican que existe prediabetes y los de 126 mg/dl o mayores indican que se tiene diabetes.
Esta condición es provocada por el sobrepeso y la obesidad que, con el paso del tiempo, causan daños como aterosclerosis, infarto al miocardio, enfermedad vascular cerebral, insuficiencia renal crónica, hígado graso, retinopatía y neuropatía diabética, entre otros.
Se estima que hay en México 14.5 millones de personas con diabetes, de las que 70% no tiene apego al tratamiento.
Además, alrededor de 90% de las personas diagnosticadas con esta enfermedad metabólica tiene dos o más comorbilidades, siendo las más frecuentes hipertensión arterial, dislipemia o colesterol y triglicéridos elevados, condición que puede revertirse al cambiar los hábitos alimentarios y de actividad física.
Alimentos
Jorge Horacio Trevilla, nutriólogo de la Clínica de Especialidades Indianilla del ISSSTE, destaca que la diabetes y la obesidad se deben a diversas causas, algunas no modificables como la genética, y las más importantes tienen que ver con el cambio de conductas que pueden prevenir la enfermedad o favorecer su control.
“Tiene que ver mucho con hábitos que llevas en tu vida: si es sedentaria, si haces algún tipo de ejercicio, si tienes muchas horas de ayuno; eso lo vas sumando a que seas ya propenso a desarrollarla. Nos proponemos reeducar a la población en este tema”, señala el especialista.
El estrés, explica el nutriólogo, puede influir como detonante. “Cuando dicen ‘es que me dio un susto y me dio diabetes’, tiene que ver con que los niveles altos de estrés provocan acidez metabólica en el organismo y eso hace que el cortisol se eleve, lo que provoca que la cantidad de azúcar en sangre aumente y la insulina no pueda suministrar más energía a la célula, provocando hiperglucemia”.
Otros hábitos nocivos son “los ayunos prolongados. Hay quien cree que dejando de comer por horas va a bajar de peso; por el contrario, lo poco que come se almacena como grasa y, a más obesidad, más resistencia a la insulina”, explica.
Señala que es recomendable preferir los alimentos naturales sobre los ultraprocesados y de preferencia evitar consumo de refrescos y bebidas azucaradas. “La dieta ideal para diabéticos es consumir alimentos cada tres o cuatro horas, con abundante fibra para evitar presentar hipoglucemias o hiperglucemias”.
Por cada cantidad de fruta que consumimos debemos comer dos de verdura, para compensar el azúcar con la fibra; esto debe ir acompañado por la ingesta diaria de litro y medio a dos litros de agua natural, dice. “La dieta saludable debe tener frutas, verduras, cereales, leguminosas y proteínas, donde la variedad de colores en los alimentos no puede faltar porque es más nutritiva la combinación”.
Alerta que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y segundo en adultos; siete de cada diez mexicanos presentan sobrepeso y obesidad, lo que nos habla de mayor propensión a desarrollar diabetes mellitus. Por eso es importante que desde la infancia se vigile dar raciones alimenticias adecuadas y de calidad a nuestros niños.
Riesgo cardiovascular
El riesgo cardiovascular en personas con diabetes es de dos a seis veces mayor que en una persona sana. Dado su fuerte impacto en la salud, esta enfermedad reduce la esperanza de vida hasta en diez años. “Por ello un buen control glucémico, asociado al control de los factores de riesgo cardiovascular, disminuye la probabilidad de aparición de complicaciones como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y daño renal, a la vez que evita su progresión”, indica a su vez el doctor Mike Vivas, director médico de Novo Nordisk México.
“Actualmente el abordaje de la diabetes se centra en un enfoque integral, individualizado y multifactorial, que debe ir más allá del control glucémico como único objetivo. Uno de los retos más importantes en el tratamiento integral de la diabetes es evitar que los pacientes lleguen a un evento cardiovascular. Ahora buscamos reducir el riesgo de que los pacientes presenten complicaciones vasculares a nivel cardiaco, cerebral y renal”, puntualiza.
“En este sentido, una de las terapias antidiabéticas que ha demostrado beneficio integral u holístico en control glucémico, con impacto benéfico en peso, factores de riesgo cardiovascular y reducción de eventos cardiovasculares, son los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (arGLP1)”, agrega Vivas.
“Además del tratamiento adecuado que controle el nivel de glucosa en la sangre, el peso corporal y reduzca el riesgo cardiovascular, el cual debe ser indicado por el médico, es importante que los pacientes tengan una dieta saludable y eviten el consumo de alimentos con alto contenido de grasas saturadas y trans, azúcar y sal; realicen actividad física regular; dejen de fumar, y mantengan un monitoreo continuo de sus niveles de glucosa en la sangre”, recomienda el director médico.
Enfermedad hepática
David Victor, especialista en hígado del Hospital Houston Methodist, subraya que “el hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo. Es el centro de reciclaje donde se eliminan los desechos creados durante el funcionamiento diario del organismo. El hígado ayuda a desintoxicar el cuerpo al descomponer los medicamentos y sustancias nocivas. Produce la bilis que ayuda a la digestión; este órgano es donde se crean, procesan y almacenan muchos nutrimentos que necesitamos. No es de extrañarse que el hígado debe estar en condiciones óptimas, para realizar todas estas tareas”.
Expresa el doctor que “obesidad, colesterol elevado, síndrome metabólico y síndrome de ovario poliquístico pueden dañar el funcionamiento hepático al generar hígado graso, situación que provoca inflamación hepática que, con el tiempo, puede progresar a fibrosis y en última instancia cirrosis, que es un daño hepático permanente”.
Advierte el hepatólogo que “de las personas con hígado graso solo un pequeño porcentaje termina con daño hepático real. Es por lo que, si tienes factores de riesgo, debes hablar con tu médico para evaluar si es necesario realizarte análisis de sangre de rutina. Así como adoptar una dieta saludable como reducir el azúcar, limitar o evitar el alcohol, y comer alimentos enteros y frescos”.