Un medicamento diseñado originalmente para tratar la diabetes se convirtió en tendencia mundial por sus efectos en la pérdida de peso. Así comenzó el fenómeno: celebridades, redes sociales y titulares convirtieron a la semaglutida, el compuesto activo de fármacos como Ozempic y Wegovy, en uno de los productos más deseados para quienes buscan adelgazar. Pero más allá de la moda, ¿qué dice la ciencia? ¿Son seguros? ¿Funcionan?
¿Qué diferencia hacen estos medicamentos y cuál es su verdadero potencial?
En México, donde el 75% de la población adulta vive con sobrepeso u obesidad (ENSANUT), la aparición de nuevos tratamientos marca un punto de inflexión. “No estamos hablando de soluciones rápidas ni mágicas, sino de un avance médico en el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad como enfermedades crónicas”, explica el Dr. Bernardo Antonio Díaz Culebro, endocrinólogo y director médico en Clivi, una plataforma de atención médica integral para el tratamiento de diabetes, sobrepeso y obesidad.
Nuevo medicamento aterriza en México
Ante el creciente interés en tratamientos médicos para perder peso y mejorar la salud metabólica es fundamental explorar en detalle las opciones que cuentan con respaldo científico.
Wegovy, un fármaco que recientemente llegó a México es altamente efectivo para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Aunque comparte su compuesto con el popular Ozempic, indicado para diabetes tipo 2, la diferencia principal está en la dosis. “Ozempic se fabricó con dosis de hasta 1 mg para controlar la glucosa en pacientes con diabetes. En cambio, Wegovy está diseñado con dosis más altas, de hasta 2.4 mg, lo que permite una mayor pérdida de peso y que esta sea sostenible”, detalla el Dr. Culebro.
Es una opción para el tratamiento de sobrepeso y obesidad respaldada por estudios clínicos. De acuerdo con un artículo publicado en The New England Journal of Medicine, las personas que recibieron semaglutida en dosis equivalentes a las de Wegovy perdieron en promedio hasta el 15% de su peso corporal. En la experiencia de Clivi, gracias a la semaglutida, alrededor del 70% de sus pacientes tratados logran reducir al menos 5% de su peso inicial, considerado el umbral clínico de efectividad.
¿Y el efecto rebote?
Una de las inquietudes más frecuentes entre quienes consideran estos tratamientos es si el peso perdido puede recuperarse. La respuesta corta es sí, si no se acompaña de un tratamiento integral. “Sin un enfoque médico, con cambios sostenibles en la alimentación, actividad física y atención psicológica, existe riesgo de rebote”, afirma el especialista.
También es común temer a los efectos secundarios o incluso al dolor de la aplicación, que es vía subcutánea. Sin embargo, bajo supervisión médica y ejerciendo los cambios pertinentes en el estilo de vida, estos aspectos son atendidos por personas capacitadas y los síntomas suelen ser leves y transitorios. Más importante aún: los beneficios pueden ir más allá del peso y reflejarse en la salud metabólica.
Más que bajar de peso
En el abordaje de Clivi, el objetivo no es solo bajar de peso, sino transformar la salud metabólica del paciente; y así evitar complicaciones de salud relacionadas al sobrepeso u obesidad. Esto incluye la reducción de niveles altos de glucosa en sangre, mejora en los niveles de colesterol, presión arterial y disminución del riesgo cardiovascular.
“El medicamento no actúa solo como supresor del apetito. Su acción en el sistema nervioso y digestivo ayuda a regular señales de saciedad y a reducir la compulsión en la ingesta de alimentos. No obstante, para que el tratamiento sea exitoso, debe estar acompañado de un plan multidisciplinario”, explica el Dr. Díaz.
Antes de prescribir cualquier tipo de medicamentos, se realiza una evaluación clínica, estudios de laboratorio y diagnóstico. Los pacientes elegibles son integrados a un programa que incluye seguimiento médico, nutrición especializada, acompañamiento psicológico y plan de salud deportiva. Con esto se busca que las personas desarrollen una relación más saludable con su alimentación y su cuerpo.
Automedicación, riesgo silencioso
El boom mediático también ha traído consigo un fenómeno muy preocupante: la venta y el uso de estos medicamentos sin diagnóstico ni supervisión. “Automedicarse es peligroso. No solo aumenta el riesgo a padecer efectos secundarios, también puede generar expectativas irreales que provoquen el abandono del tratamiento a mitad del proceso, lo que incrementa el riesgo de rebote y la frustración”, advierte el endocrinólogo.
Finalmente, comenta el Dr. Díaz, la obesidad es una enfermedad crónica y compleja que requiere tratamiento médico. Por eso, debe abordarse con atención especializada y seguimiento, y medicamentos como Wegovy son una herramienta útil, pero no funcionan por sí solos; deben formar parte de un plan médico integral y multidisciplinario.